domingo, 28 de septiembre de 2014

CUESTIÓN DE PRINCIPIOS

“Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros” (Groucho Marx)

Esta declaración del genio Groucho, goza de plena actualidad y tiene más vigor que nunca, sino, fijémonos en el proceder de nuestro Gobierno. Para muestra, una más, la  causa de la huida del ya ex ministro Gallardón. Lo único que iban a cumplir de su programa ya no va a ser posible parece, dado que es más importante un puñado de votos que hay en juego, que cumplir un compromiso, o tener principios y defenderlos. Aunque también es cierto, que tal vez el principio con más arraigo sea el voto.

En este caso, tengo que trasladar mi satisfacción porque la presión social hizo que no siguieran adelante con el cumplimiento de la que sería  única promesa electoral que lo iba a ser.
Las encuestas anunciaban tormenta, por lo que había que reaccionar y resultó, que la reacción provocó un  huracán. Para variar, Mariano, ni sí ni no ni lo otro. Creo que fue a conocer la muralla china, con su mente puesta  en el “Rey Juan Carlos II” y no en Alberto I.

Un proyecto de Gobierno que defiende un Ministro, cuando el viento sopla en contra, quien dimite y asume la debacle es éste. ¿No debería ser el Gobierno quien asumiese la responsabilidad?

No vayan a pensar que pretendo defender al ex Ministro, que dicho sea de paso, su salida de la vida pública es de las mejores noticias que pude escuchar en estos tiempos. Hizo una gestión de su Ministerio, propia de un discípulo aventajado de Atila. He de decir que tengo mis dudas que sea una salida real y definitiva de la política, como dijo. Más bien creo que sea una retirada para coger impulso, al igual que hizo su “compi” que no amiga Aguirre, y que también dije en su momento.

Recuerden que es un señor que estaba poniendo patas arriba el sistema judicial, con la oposición y preocupación por sus consecuencias de todos los sectores vinculados al mismo. Que adoptó y adoptaba medidas encaminadas a alejar la  justicia de la ciudadanía. Que en su reforma del código penal no le provoca rubor alguno, referirse a las personas con una enfermedad mental en términos de delincuentes. Con su largo etc., su huida no puede causar otra cosa que alivio. Hay que estar expectantes hacia su sucesor para ver si esas iniciativas obedecen a unos “principios” personales, que también, o más bien a los de un Gobierno en conjunto.

Aquellos personajes, cuyas decisiones influyen en nuestras vidas de una forma tan importante y provocan efectos como los conocidos, cuando deciden, o les deciden desaparecer,  supone un respiro de esperanza. Esperemos que en un año, más o menos, le siga el resto.

Espero para ellos, suerte y ventura en lo personal, y para bien de todos, no volver a verlos con uniforme decisorio.
Es cuestión de principios

                                                                            D. Robles 

lunes, 15 de septiembre de 2014

ARRANCA EL CURSO Y TAMBIÉN LA LOMCE


Comienza el curso escolar y sus primeros pasos bajo el paraguas de la LOMCE. ¿Quién empieza a sufrir sus medidas desde el principio? Como siempre los sectores más débiles de la sociedad.
El día 29 de octubre de 2013 publiqué un comentario referido a esta Ley en el que anunciaba alguna de las consecuencias de su entrada en vigor, la amenaza que suponía su aplicación; lamento haber acertado. Todo apunta a que hay prisa, puesto que sus efectos se empiezan a sentir desde el minuto cero.

Sirva de ejemplo el siguiente: Estos días algunos medios de comunicación se hicieron eco de una denuncia y preocupación que desde Galicia hace una organización, Down Galicia, a cerca de los efectos iniciales de la normativa en vigor.

Según dice la nota y que la propia Xunta confirma, a la pregunta de algún medio: el decreto que regula las ayudas para la adquisición de material escolar a aquellas familias susceptibles  de recibirlas, recoge principios como el siguiente: un alumno con síndrome de down u otra dificultad de tipo intelectual, perteneciente a una familia que puede optar a ese derecho, puede recibir ese recurso para la adquisición de unos libros de texto que no va a usar, puesto que estos alumnos trabajan con unos materiales escolares adaptados a su realidad y no con los libros de texto típicos, sin embargo no pueden utilizar el dinero para adquirir ese material que sí necesita y siempre, hasta este curso, pudo utilizar; a mayores, permite acceder a estas ayudas a quienes poseen una discapacidad superior al 65%, algo que en esa etapa de la vida es excepcional puesto que el propio sistema les asigna un 33 y ya de adultos se va viendo cual es el que corresponde según unos baremos establecidos. Para más inri, si el alumno está escolarizado en un centro de educación especial, es decir, segregado de la educación ordinaria, entonces sí puede recibir ese apoyo económico para adquisición de ese material que se niega a quienes están  en la enseñanza pública ordinaria, tenga el grado que sea y sin excepción.

Si alguien encuentra una explicación lógica al caso, al margen de la que voy a exponer me gustaría conocerla.
Veo con claridad que en este caso no estamos ante un problema de tipo económico, como es fácil comprobar. Lo que no se autoriza en la enseñanza púbica sí se faculta en la segregada. Luego, es bastante fácil concluir que el trasfondo que hay no es otro que iniciar ese camino, que parece hay mucha prisa en recorrer, para expulsar de la enseñanza pública ordinaria a todo el alumnado con discapacidad y enviarlo a la específica, es decir segregarlos del conjunto de niños y niñas, marginarlos, porque no es otra cosa. Tal vez los guetos formen parte del ideario de la actual clase dirigente e interese potenciarlos. No estamos ante un problema económico, que también, estamos ante algo peor: un cambio de modelo, netamente ideológico.

Todo el trabajo que muchos chicos y chicas, familias y organizaciones del ámbito social llevaron a cabo los últimos años; el trabajo, implicación y dedicación de muchos profesionales de la docencia, con el resultado que a día de hoy se puede contrastar; si no se remedia, habrá servido para muy poco. Las huestes de Wert se bastarán para echarlo abajo.
Se puede percibir con bastante claridad que para estos personajes una persona con discapacidad no tiene categoría de persona, es otra cosa. Es hasta posible que se recuperen expresiones como, “subnormales” para referirse a ellos, más adecuada, posiblemente, a su línea de pensamiento y propias de los tiempos a donde pretenden conducirnos de nuevo.

Sólo se acuerdan de ellos cuando necesitan una justificación para llevar adelante otra involución, como es la pretendida ley de interrupción del embarazo, que al parecer ya no va a seguir adelante y no es necesario decir por qué. No cuestiono el discurso  tan recurrente del derecho a la vida, la pregunta que hago a continuación es ¿No tienen más derechos? Porque hacia los nacidos ya se ve la consideración tan coherente con su discurso que tienen, negándoles los más fundamentales También se acuerdan, cuando interesa hacer una foto para salir en la prensa; siempre queda bien. Después ya se ve el respeto que les tienen.

Desde estas líneas anuncio que, cueste lo que cueste y caiga quien caiga  no se va a tolerar que esta panda de desalmados con disfraz de gobernantes lleven a cabo tal atentado a derechos fundamentales de las personas, que tal vez tengan dificultad para defenderse, pero que no están solas.

 Las personas con discapacidad y todos quienes les apoyamos no lo vamos a permitir.

                                                                          D. Robles

lunes, 8 de septiembre de 2014

"HACIENDA SOMOS TODOS"

Pues sí, “Hacienda somos todos”: Esto es lo que nos dicen, y a poco que reflexionemos nos hemos de dar cuenta que es así. Lo que no se dice es en qué medida lo somos, todos y cada uno.

Si analizamos el concepto en su sentido más básico, pienso que haya pocas personas capaces de no interiorizarlo, asumirlo y comprometerse con él.

Hacienda, es el recaudador de impuestos, la caja del Estado, que hace acopio de recursos que después distribuye, y sirven para poder tener y mantener los servicios públicos, básicos e indispensables que hacen que una sociedad avance de una forma racional, equitativa, solidaria, etc. Han de servir para cubrir las necesidades de la ciudadanía en general.

Si esto es así. Solamente aquellos individuos egocéntricos e insolidarios que no ven otra cosa más que su ombligo, están en disposición de vulnerar tal principio y por tanto, no cumplir con él.

Nuestros impuestos sirven para tener sanidad, educación, seguridad, comunicaciones, transporte, etc.

Cuando hacemos uso de alguno de estos servicios, o de todos, sin un coste adicional, es muy común interpretar y afirmar que ese servicio es gratuito, cuando esta percepción es un abultado error de consideración, dado que lo estamos pagando a través de esos impuestos, de esa “Hacienda somos todos”, luego nadie debe decir que tenemos servicios gratuitos. ¿Hay excepciones?, es posible, pero la regla es la regla y la que debemos considerar.

Lo expuesto hasta aquí es lo que debiera ser, entiendo, y también que, quienes en cada momento concedemos la responsabilidad de gestionar esos recursos, lo hicieran de una forma seria, rigurosa y honesta.   

Ahora viene otro apartado: ¿Qué se hace con nuestros impuestos? ¿Sirven y cumplen fielmente el objetivo de su recaudación? Cada cual, extraerá la conclusión que crea.
La mía es la que expongo a continuación:

Considero que formo parte de ese gran número de personas que no le da lo mismo todo, que le preocupa lo que hay a su alrededor, que le preocupan los demás, puesto que parto de la convicción de algo tan sencillo como que el entorno que me rodea forma parte de mí y yo parte de él, luego no me debe ser ajeno.
 No me preocupa pagar impuestos, es más, creo que debo hacerlo, de manera justa y equitativa a mi realidad, por supuesto, de la misma manera que debiera ser religión para todos; pero, ¿Es así?, pues no, y si no lo es ¿Se puede entender que la gente se revele?, entiendo que es más que legítimo.
A veces, la Ley no es razón, es sólo ley.

Un contribuyente cuyos ingresos provienen de su nómina ha de pagar “x”, lo dice la ley, y también hay que decir que va a ser difícil que se escape 1€ de su contribución, mientras que un acaudalado del IBEX 35, pongo por ejemplo; uno de tantos donde elegir, bien a través del impuesto de sociedades, bien por medio de las SICAV, o cualquier otro subterfugio, que con carácter legal, otorgado por el poder establecido, que al fin y al cabo son los mismos, pueden contribuir pagando un 1%,(de lo declarado) a lo que hay que añadir lo que exportan para no pagar nada, porque pueden.

Veo estos días a una tal Ferrusola a quien esa Hacienda le debe devolver 2100€, más o menos, mientras que un joven parado debe pagar 1800 por ese IRPF.

Paso a creer que tenemos un sistema con enormes desajustes. Aquí hay algo que está fuera de su sitio. Algo que no está bien, puedo incluso llegar a la conclusión que a mí como ciudadano normal me están estafando, quién sabe si robando, de forma legal eso sí, para hacer uso de mis recursos no para el fin que debieran y reflejo en la primera parte, sino más bien para mantener el abuso de unos, la desvergüenza de otros, la avaricia de todos ellos y el uso desmedido y fraudulento de unos depravados dirigentes sin escrúpulos que son capaces de modificar leyes si fuera preciso para facilitar el desaguisado. Entre tanto, esos servicios financiados con estos impuestos se ven menguados de recursos y con dificultades de mantenimiento. Es decir, ahora pago impuestos para tener unos servicios que puedo no tener, y no por falta de esos recursos como nos tratan de hacer ver sino por otros motivos bien diferentes.

 Con nuestros impuestos se llevó a cabo el proceso denominado de saneamiento del sector financiero, tras el crac causado por la impecable gestión de sus dirigentes, que para mayor inri salieron de sus puestos: con los bolsos llenos, las entidades vacías, nuestros impuestos a disposición del difunto, y una vez resucitado,  regalarlo o casi a otros depredadores del sistema.

Luego: ¿Hacienda somos todos?, ¿O más bien muchos somos la Hacienda de pocos?

Ante este panorama, entiendo y justifico a quien se niegue, como acto de rebeldía,  a pagar impuestos, aunque creo que el camino más adecuado no es renunciar a este deber. Veo más coherente, aunque también más complicado, tomar conciencia suficiente para sacar de nuestros telediarios a tanto “mangante” que hay, viviendo a nuestra cuenta y facilitando la perversión del sistema.

Por si fuera poco, con el sello Gobierno de España, nos deleitan con anuncios publicitarios para convencernos del pago de IVA ¿Lo recuerdan?, ¡Hay que tener valor!


                                                                                  D. Robles