España es un país grande, enorme en artistas y personajes con
talento. Comprobamos día a día el reconocimiento “urbi et orbi” del
mismo, la importancia e interés que despiertan en cualquier punto del planeta.
Imagínense que a este talento se pudiera añadir el dedicado a
la pillería; porque reconozcamos que necesita talento, y de éste también estamos nutridos; el país que nos siguiera en el mundo lo haría a una distancia
estelar.
No me digan que en momentos como estos, donde nos despertamos
con un pésame y nos acostamos con una defunción, un buen día descubrimos a
Nicolás y no resulta sugerente y gratificante. Nos distrae de otras cosas más trascendentes, seguro,
pero hay que darle la bienvenida.
Durante este tiempo, después del hallazgo, llevo escuchando
de todo, como ustedes, y llego a una conclusión: este chico es un crack;
mejoraría sustancialmente el staff de Moncloa.
Fran, como él dice que siempre le llamaron y no veo motivo
para no hacerlo así, aunque le quede, per se, “Pequeño Nicolás”, tiene de los
nervios hasta el propio CNI, ¡ahí es nada!
Son muchas, demasiadas las preguntas que nos estamos
haciendo.
Ahora resulta ser un fabulador, mentiroso compulsivo,
impostor y no sé cuánto más. No tengo, como es fácil comprender, elementos sólidos
de juicio para afirmar una cosa o la otra y suponiendo que estos títulos, o
alguno hagan justicia a la verdad, la pregunta inevitable es: ¿Cómo fue
posible?
Un adolescente metido en tanto festival, durante tanto tiempo
y nadie se dio cuenta de lo que ahora parece que todo el mundo es consciente. Yo, disculpen mi incredulidad, pero hay cosas que no consigo cuadrar. Es que
Fran, también compartió escenarios, en plural, con Jóse, con acento en la o,
que como él dice es como se dirigía al Sr. Aznar.
Es difícil de hacer cuadrar tanta fabulación, escenificación
y demás: él solito y sin beneplácito de nadie.
Este es un asunto que va a dar mucho juego, aunque se
pretenda silenciar en el corto plazo y los poderes públicos, hoy en cuestión,
pretendan pasar página.
Este joven acaba de provocar una tormenta de páginas y
jornadas en prensa rosa, amarilla y de cualquier color, es lo bueno de Fran; da
juego a todo y para todo.
Paso a creer que no haya tenido influencia en la dimisión de
Mato, por estar ya fuera de juego, pero no estoy tan seguro que no conozca algo
de aquellos famosos sobres de los que parece que se está dejando de hablar; al
margen de la propia “tajada” que parece obtenía, y si es así, repito una vez
más, este Fran es un crack.
Si estaba en todos los episodios nacionales de interés, no
iba a faltar donde se cortaba el bacalao de verdad.
Ese chalet que aparece donde se fraguaban negocios ¿Será
también una fabulación?, ¿De quién es?, ¿Quién acudía?, ¿A qué? y ¿Por qué?
Si asesoraba como dice, a la alcaldesa de Madrid, los motivos
por los que dice que lo hacía resultan bastante compresibles conociendo un poco
el personal gestor del Palacio Consistorial de la capital.
En fin, no se distraigan y sigan con atención: esto promete.
D. Robles