2016 apaga sus velas. Velas, y no de cumpleaños. Le resulta difícil pagar
la luz. Llegan sus últimos días y por fin con Gobierno.
Toca
análisis y este ciudadano lo va a hacer desde la percepción que la calle le
aporta y no de todo, dado que ello le llevaría a relatar un tomo en lugar de un
texto.
Analizando la realidad del momento con un poco de detenimiento y
estableciendo una comparativa entre los datos que nos presentan y el día a día de
la calle, es complejo digerir el desajuste que observo entre lo uno y lo otro.
España va bien. Crece a un ritmo muy superior a cualquier país de nuestro
entorno. Eso nos dicen con tal empeño y frecuencia que hasta pudiera ofender no
loar el mensaje.
Ahora crecemos, sí, pero nadie nos dice cuál es el punto de partida. No
es lo mismo crecer sobre diez que hacerlo sobre cero, o menos, y España cayó
tanto los últimos años que crecimiento se ha de producir con el sólo hecho de
cambio de tendencia en la coyuntura del momento. A partir de aquí, no debemos
negar la evidencia y sí aceptar ese gráfico, pero tal vez no debamos aceptar la
euforia, muy interesada, que nos presentan.
Llega un momento en la caída que
no se puede ahondar más. A partir de ahí no parece difícil concluir que el propio
ciclo provoca ese cambio de tendencia.
Entiendo que haya que insuflar optimismo, pero con prudencia.
Me pregunto quién crece, cómo, en base a qué, a costa de
quién, cuál es la situación, etc.
Tal vez encontremos alguna respuesta en la medida que vayamos reflexionando.
Tal vez encontremos alguna respuesta en la medida que vayamos reflexionando.
España va bien. Crea empleo a un ritmo mayor que cualquier país de
nuestro entorno. Eso nos dicen con tal empeño y frecuencia que hasta pudiera
ofender no loar el mensaje.
Creamos unos dos mil quinientos puestos de trabajo diarios, nos dicen.
Siendo así no entiendo cómo es posible que a estas alturas haya menos gente
trabajando que hace cinco años. Bajar el paro es una cosa, crecer el empleo
otra. Tal vez encontremos respuesta si comprobamos los motivos que ajustan las estadísticas.
Datos que interesan y mucho a quien los maneja y difunde.
Veamos: en los datos del INEM (los del desempleo) no figuran como
desempleados los miles de ciudadanos que tuvieron que recurrir a la “movilidad
exterior” para sobrevivir, bien sean nativos o venidos, pero ciudadanos que lo
eran contribuyentes en España. No figuran quienes ya no tienen expectativas de
encontrar empleo, tampoco quienes están realizando cursos de formación
obligatorios por el sistema. Tampoco quienes trabajan dos días una semana, uno
la siguiente, tres otra y ninguno la cuarta.
No figuran los tres millones de personas que ganan tres cientos euros al
mes, ni tampoco los cinco millones que no llegan a los mil.
Los datos hablan de un alto porcentaje de contrataciones indefinidas,
pero no hay uno sólo que nos indique cuántos indefinidos hay de 400 al mes.
Un Ministro económico nos dice que es mejor ganar 50€ que nada, pero no veo
que se anime a probar seis meses tal volumen de ingresos.
También hemos de destacar que los actores que favorecen ese crecimiento pagan
religiosamente, como todos sabemos, sus impuestos en España, lo que les
convierte en respetables ciudadanos.
Un factor importante que mueve la
economía de un país como el nuestro es el consumo, por lo que no es necesario
realizar gran esfuerzo para darse cuenta que, con estas variables, cabe esperar
que el consumo se dispare y con ello el recurrente crecimiento.
Como apunte significativo: las empresas
del IBEX, entre enero y septiembre ganaron treinta mil millones netos. Bien
está que las empresas ganen dinero, no voy a ser yo quien lo ponga en duda, es
más, mal iríamos si así no fuera, pero son datos que también nos deben hacer
reflexionar.
España va bien: la hucha de la
Seguridad Social sigue medrando sus fondos, como también conocemos, por lo que
no debemos estar preocupados. Un error en el cálculo nos indica que la actual
Administración está a punto de dejarla a cero, pero no ha de cundir la alarma
porque es coyuntural.
¿Qué pasaría si fuera otro Ejecutivo quien
hiciese tal cosa? Probablemente un terremoto.
Peor es el panorama que nos presentan las cotizaciones derivadas de las
rentas del trabajo si nos fijamos en el paisaje definido con anterioridad.
Ahora bien, no debemos preocuparnos, nos dicen, y hasta pudiera ofender no loar
el mensaje que con tanto empeño nos anuncian.
España va bien: La educación, elemento fundamental en el devenir de
cualquier sociedad, se rige por una norma de la que se dice busca la excelencia. Eso nos dicen con tal
insistencia que hasta pudiera ofender no loar el mensaje.
La excelencia se fundamenta en segregar al alumnado cual si en la vida
diaria viviésemos parcelados, y también prepararlo para competir en el mercado
antes que para vivir en sociedad destacando los valores fundamentales que conducen
a ello, a la vez que el catecismo se convierte en texto fundamental (no vayan a
pensar ustedes que esto es adoctrinar, no, de ninguna manera), y añadir que
triunfará quien tenga medios antes que quien tenga capacidades, véase las
titulaciones universitarias a través de los Masters.
Tal vez sea adecuado
recordar que una sociedad inculta y con educación deficiente es más manejable y
por ello es posible que sea el objetivo de esta excelencia.
España va bien: territorialmente mejor no "menealo". A veces siento que se añora aquello de “Una Grande y Libre” dado que no sabemos aceptar la
realidad que nos es propia y establecer mecanismos de convivencia adecuados a
esa realidad. Pareciera más rentable para los intereses de los Gobernantes la
tensión y confrontación que genera en la sociedad que la búsqueda de espacios
de encuentro.
Siguen sin querer darse cuenta que hay un punto al que hemos de llegar quieran o no, y cuanto más lo dilaten y más piedras se coloquen peor
será encontrar la solución adecuada.
En áreas como la solidaridad, prestación de ayuda a quien huye de la
miseria, protección a los más débiles y también protección del medio ambiente.
Si recordamos los casi catorce millones de españoles que la acción de lo que
había que hacer dejó en la pobreza; ese treinta por ciento, quién sabe si ya
más, de NIÑOS que las están pasando canutas. Que en Navidad, cuando a todos nos
entra la vena solidaria (sólo en Navidad), tampoco se va a arreglar.
Entonces es posible pensar, que España no va tan bien.
D. Robles