viernes, 27 de mayo de 2016

ESOS VIAJES DE IDA Y VUELTA

No sé bien por qué nuestros políticos se empeñan en utilizar disfraces para convencernos de sus mensajes.

El último: Albert Rivera realiza un viaje a Venezuela. No es casualidad. Nos dice que viaja con intención de ayudar, pero no cómo ni tampoco en qué. No es casualidad, no, que haya sido Venezuela el lugar escogido, ni tampoco la fecha y las fotos que exhibieron con lágrima incluida. Valoro no obstante su sensibilidad, que conste.

Pero, Sr Rivera, sea usted sincero y díganos que el momento y escenografía elegido no buscaba precisamente lo que dice, sino que es claramente un viaje al exterior sin salir de nuestras fronteras. Ese es realmente el objetivo.

Mire, no voy a ser yo quien defienda a Maduro y toda su tropa, no, pero le ruego que no me trate usted, al igual que los viejos de la política, como menor de edad.
Si irrumpe en la vida pública de España con un objetivo, entre otros, de cambiar las formas ¿por qué a la primera de cambio está usted haciendo lo mismo?

¿Hay que ayudar al pueblo venezolano? Pues claro, al igual que a todos aquellos que lo necesiten y podamos hacerlo. Además, si quiere usted ayudar, algo que considero loable, le sugiero que dé una vuelta por España, va a encontrar colas de necesidad por toda la geografía (a pesar que los medios de comunicación no se hagan eco porque no interese). Lo lamentable es que usted lo sabe, pero tal vez sea más impactante y rentable en este momento, una foto en una cola en Venezuela que en su propio país.
Le aseguro, y usted lo sabe,  que siendo la realidad diferente, hay aquí tantas colas como allí, y eso obedece a una política que cuenta con usted para ser cambiada. No sé si estoy en lo cierto. Me gustaría que me lo aclarase.

Añado a lo dicho: de haber ido a Venezuela a ayudar podía haber pasado también por México; también allí se cuecen habas ¿no le parece?
A no ser que desde allí resulte más difícil atacar a Iglesias y por tanto no se haya incluido en la agenda.

Venezuela está de moda, lo sabemos. La colocaron entre todos ustedes en la cabecera del dormitorio por un único motivo: es el “mantra” para atacar a Podemos y utilizar el miedo para conseguir un fin. Su viaje no buscó otra cosa.

Algo más cerca de su casa puede usted encontrar un auténtico drama humanitario, donde se puede ayudar y mucho: en Grecia, miles de ciudadanos sirios huyen de la muerte y la miseria y el Mediterráneo es un auténtico cementerio, mientras que la solidaria Europa (nosotros, Albert) les cierra la puerta. Tal vez si viaja a esta zona y también se da una vuelta por las colas de España no le salten las lágrimas, es posible que coja una “llorera” que le dure, en el mejor de los casos, hasta el 27 de junio.

Me sumo a la defensa de los derechos humanos, ¡faltaría más! Le recomiendo que, puestos a viajar en defensa de estos derechos humanos, programe una ruta por países amigos como China y Arabia Saudí, por poner dos ejemplos, y empiece a ayudar.

En fin Sr. Rivera, he de decir que me ha decepcionado profundamente. Realmente creí que venía para cambiar las formas de entender la política, pero los hechos manifiestan que lo que puede aportar de frescura es su edad, que siempre está bien, pero qué bueno sería que también le acompañase la orientación y las formas.

Sea usted claro, no haga como la vieja política y diga que el objetivo principal de su viaje fue Podemos, no Maduro ni tampoco Leopoldo. Le aseguro que a mí no me engaña.

Sr. Rivera: así no.

                                                                            D. Robles


sábado, 14 de mayo de 2016

VUELTA AL RUEDO

De nuevo estamos sentados en el ruedo electoral esperando la salida de los primeros, segundos y todos los espadas que acompañan a los primeros. Será la salida oficial, porque desde principios de diciembre no regresaron a toriles. El “paseíllo” ya lo conocemos: algunos cambios en las cuadrillas, pero será la repetición de la faena. Y para no variar también de las densas, intensas e ilustradas verónicas y demás lances del show.

Para empezar: desde sede de Gobierno, Mariano se apresura a calentar el ambiente con vídeos que pretenden asustar a la gente para que no se equivoque. Ni una palabra de su casa, más allá de la garantía que supone su persona para la estabilidad y progreso.
Lidera una formación golfa, nutrida de sabios en la materia. Creo que a estas alturas se puede hacer tal afirmación después de conocer cuanto se conoce, con datos que no opiniones e intuir lo que todavía no. Hace bien, sabe que a pesar de todo ello, siete millones de personas avalan su atrevimiento en unos casos, pasotismo en otros, golfería en trincheras y habernos condenado a la mayor parte de la población durante cuatro años a lo que a buen seguro mucha gente ya no recuerda.
Digo una vez más: quien tolera y apoya la corrupción y golfería, es cómplice de ella; no debe quejarse.

La alternativa socialista vive intensamente en la casa de los líos que no sé si San Pedro lo puede arreglar si baja, porque el terrenal, veo que no. Por mucho que se empeñen estos días en tratar de convencernos de otra cosa, el lío es un hecho. Aun así, están dispuestos a arreglar la casa de todos, y no voy a ser quien diga que no. El poder hace milagros, pero difícil me lo fiais. 
Desde Andalucía, se levanta la voz con tanta fuerza como facilidad, siendo como es la tierra donde anida también un nutrido grupo de golfos. Cinco millones de personas también aplauden. Con la particularidad que aquí se castiga con más facilidad y eficacia que el caso anterior, (Andalucía, por lo que parece no).

Y los nuevos, que ya no lo son tanto, repitiendo faena. Capotazo va, capotazo viene. 
Nunca estuvieron, por lo que al menos merecen el margen de la duda, más allá de cuantos disparates se escuchen sobre ellos. Cierto es que a veces hacen uso de discursos y dichos bastante “viejos”.

Y aquí cambio el tercio para referirme a los argumentos y razones que escucho en la calle y que me dan una idea de por qué las cosas son como son y también por qué desde los partidos pueden hacer lo que les venga en gana sabiendo que no les pasarán factura.
Escucho cosas tan curiosas como: “por lo menos los nuestros ya sabemos como roban” y me sale un ¡olé! Damos por sentado que todos van a robar. Hay quien lo afirma y trata de poner ejemplos para sustentar su razonamiento que resulta hasta simpático. Buena forma de buscar una justificación para apoyar a los “míos” hagan lo que hagan.  
Observo también  como funcionan los mensajes del terror y la imagen que la gente se forma en función de lo que escucha, más allá de pararse a pensar un poco si será cierto o no o si obedece a campañas concretas con un fin determinado.

No hago ningún descubrimiento si digo que el grupo más afectado por tales zarandainas y que más horas y páginas consume es PODEMOS;  que me sirve para ilustrar esta reflexión.

Curiosamente todas aquellas acusaciones que se efectuaron hasta la fecha contra esta formación tuvieron recorrido hasta llegar al juzgado, para una vez allí desinflarse al decir un Juez que no había un solo dato que justificase tales acusaciones ni nadie que lo aportase, luego es fácil concluir que hay exceso de barro y ausencia de rigor. ¿Nos dice esto algo? Y, ¿quién sabe esto último? Los menos, no interesa que trascienda. Es más importante que la gente interiorice que son casi terroristas.

La última, la presentada por el “ilustrado” Eduardo Inda, que además de haber sido ya demandado, indicios apuntan a un montaje al estilo Inda con un fin muy claro:
Haz ruido que algo queda, y ¡vaya si queda!                         

Si fuese cierta la acusación, las pruebas se presentan en un juzgado, no en un plató de televisión, o cuando menos, también en el juzgado y que la justicia resuelva, y si hay veracidad, aplíquese lo que corresponda sin contemplaciones, de lo contrario que sea el acusador quien sufra la pena que le hubiese correspondido al acusado de ser cierto. Sigo diciendo que en este país, difamar es, o muy barato o gratuito, y eso no me parece ajustado a derecho. También sabemos que una parte de la policía está actuando en estos casos no se sabe bien a las órdenes de quien, o sí, y en lugar de acudir a un juzgado con las ¿pruebas obtenidas?, parece más rentable filtrar cositas a los medios. ¡Cuánto rigor y seriedad! ¿No les parece? Debe ser que las pruebas halladas son demasiado grandes y no caben en un juzgado.
Siempre salen a luz asuntos de esta naturaleza cuando hay una cita con las urnas o algún hecho de cierta trascendencia ¿no lo observaron?

La Magistrada Victoria Rosell decidió subirse al ruedo político, y como lo hizo bajo el paraguas de Podemos, leña a discreción desde el minuto cero.
Tras ser acusada de prevaricación, decide renunciar a su aforamiento para que la justicia obre sin problema (lo mismo que Rita u otros/as)  y ahora sabemos que todo fue un amaño entre el juez sustituto y un empresario de las islas para segarle la yerba bajo los pies. ¡Tiene tela el asunto! El ex ministro Soria tampoco anda lejos de la guadaña. Y la opinión pública ¿qué opina? Pues en gran medida que Rosell es culpable. ¡Que viva el vino! Así funcionan las cosas. 
Si esta mujer se hubiese incorporado a otras listas es probable que fuese enorme, pero ¡ah! Lo hizo en PODEMOS y eso es una amenaza.

Venezuela lleva años siendo el centro de nuestras vidas, como saben, y el asusta niños de media noche; paralelamente es un socio comercial interesante. 
Todos damos cuenta de las asesorías al Gobierno de este país por parte de miembros de Podemos, entre otros, antes de existir tal formación, pero no se dice de qué, tampoco de sus asesorías en otros países, porque no interesa. Tampoco se habla de las excelentes relaciones que mantenemos con democracias tan consolidadas y respetuosas con los derechos humanos como, pongo por ejemplo, Guinea Ecuatorial, Arabia Saudí o China. No, aquí el problema y demonio es Venezuela, como si a estas alturas no nos diésemos cuenta que vivimos en Europa y en pleno S XXI. Tal vez haya mucha gente, quizá demasiada, que cree y asume todo aquello que dicen los “nuestros” sea una cosa o la contraria, y aquellos medios que trasmiten no lo que ocurre sino lo que interesa oír, y eso es un problema importante.

Volviendo al ruedo, remato la faena asegurándoles que a estas alturas puedo no tener muy claro a quien otorgar mi voto, pero si estoy seguro a quien no: es cuestión de dignidad y principios.

                                                                       D. Robles