viernes, 4 de agosto de 2017

NO LO SÉ, NO ME CONSTA

Así es. Cuan si de colegiales se tratara, repiten al unísono y por separado la misma canción que cuando los niños de la época entonaban de forma coral aquella musiquilla para aprender la tabla de multiplicar. Aquel: 2x1 es 2, 2x24. Aquella entonación que más bien se asemejaba a un coro en catequesis que una escuela de primaria. 

"No lo sé" "No me consta" "Hace mucho tiempo" "Yo no estaba allí" y un largo etc.
Argumentos "sólidos" y estudiados que tratan de justificar lo que cualquier ciudadano sabe que es injustificable. Búsqueda de escabullir responsabilidades sobre hechos pasados, presentes, y por nuestra voluntad también futuros.

Desde el Gobierno y Partido que lo sustenta, de forma insistente tratan de convencernos de su interés y colaboración con la Justicia para esclarecer todo cuanto suponga cualquier irregularidad, a la vez que no pierden tiempo en activar mecanismos para obstaculizar todo cuanto pueden aquello que les puede poner en aprietos. Aquello que pueda encender una luz que alumbre tantas miserias y golfadas que envuelven su vida diaria y que hasta ahora permanecían en el baúl de los secretos de forma casi segura.
Hay que buscar la forma de desbancar de su puesto a aquellos funcionarios que pueden descubrir su praxis y colocar a quien, bien por amistad, bien por afinidad u otras les puede hacer el juego, y en el mejor de los casos proceder a un archivo. Ejemplos hay. Es lo que se conoce como traslado por méritos, o petición propia.
A los hechos me remito.

Paralelamente resulta inadmisible que personas cuya profesión es impartir justicia y perseguir el delito bajen al subsuelo de la indecencia para salvar de las cloacas a quien decidió hacer de ellas su espacio natural.
Llevamos tiempo asistiendo a un amplio desfile de cargos populares por distintas instancias para dar cuenta de sus tropelías.
La guinda, de momento, la pone el jefe de lo que bien podríamos denominar mafia, para hacer una exposición más propia de una refriega parlamentaria que de una declaración en sede judicial. 
Este es el nivel. 
Y la pregunta importante: ¿Cuándo le va a tocar pasar por capilla al gran capo?

El Sr. Presidente, antes de serlo, dirigió campañas de su partido. Conocemos el origen de los recursos que servían para financiar esas campañas. Todos menos él mismo, que al parecer no estaba allí.
Conclusión clara. Todos saben cantar la tabla de multiplicar.

La Justicia: a pesar de las trabas que encuentra será capaz de encender una luz en medio de tanta tiniebla y alumbrar aquello que la ignorancia popular sigue manteniendo en constante penumbra. Confiemos en ello.

¿Cómo es posible que sabiendo cuanto se sabe sigan instalados estos próceres en instancias donde puedan seguir delinquiendo, a la vez que tratando de convencernos de lo que trabajan para corregir sus propias andanzas? ¿Alguien puede creer que un golfo puede establecer normas que penalicen el latrocinio?
Pues sí. Estoy convencido. De lo contrario estaríamos situados en un escenario diferente.
Cuántas veces escuché este mensaje en la calle: Ya, pero si no, ¿a quién votamos? Es decir, seguimos con los miedos inducidos de hace décadas cuando se anunciaba el apocalipsis con la llegada de los rusos.
Hoy, casi un siglo después, seguimos pensando de igual forma. No hay evolución ni aprendizaje en este campo.

Miren ustedes. El abanico de opciones que tenemos presente a la hora de apoyar una candidatura en unas elecciones nos puede gustar más o menos, poco, mucho o nada, pero hay algo claro; aquellas personas que sabemos, y matizo lo de sabemos, que delinquen, jamás se les puede otorgar confianza. Sólo desde la más profunda ignorancia y falta de compromiso se puede seguir haciendo uso de ese procedimiento.

¿Cómo es posible que seamos capaces de presumir qué va a hacer quien nunca estuvo y no seamos capaces de ver y reaccionar ante quienes sabemos que hicieron y hacen? ¿De verdad tenemos las neuronas tan mal colocadas? ¿Somos tan fáciles de manejar? ¿Es tan difícil aprender a ver?

"Nadie hizo tanto como este Gobierno para activar medidas frente a la corrupción". Estamos cansados de oír este mensaje dese hace años. Hay buenos altavoces para difundir sus oraciones.
El resultado sabemos también cual es. Nunca antes un Gobierno hizo tanto para aparentar que hacía y que todo siga igual.
Si esto ha de ser así: Amen. No nos quejemos.
                             
                                                                           D. Robles