domingo, 17 de septiembre de 2017

¡QUE EMPACHO!

Sí señores oyentes: ¡Qué hartura!
Harto estoy de ver cómo en este país se acabaron los problemas fundamentales. Ya no hay desempleo, tampoco corrupción. La sanidad parece que empezó a funcionar y la educación va sobre ruedas. Se acabó la pobreza y el empleo a plazos. No tenemos más preocupación que aquella que nos presentan hasta en la sopa del medio día. ¿Un guion trazado?

Sólo tenemos un problema: Cataluña. 
Harto también de ver cómo la gente hace seguidismo del barullo sin darse cuenta que este problema lo creó un grupo de "becerros". Me da lo mismo que los becerros estén en la Generalitat o se encuentren en Moncloa. Becerros al fin y al cabo, y cuando la política está en manos de becerros solo cabe esperar embestidas.
Si esto no fuese así, estoy seguro que hoy no tendríamos semejante tomate entre manos.

Estoy convencido que tanto a unos como a otros les interesa esta situación porque ambas partes buscan ganancia de adeptos y esto es lo que importa; y a buena fe que hay quien lo consigue. Tengan en cuenta que para muchos políticos el ejercicio de la vida pública no tiene objetivos; tiene obsesiones, y no son otras que conseguir un sillón y mantenerse en él para hacer desde aquí anti-política, es decir, ejercer la política para contravenir su principio fundamental.

Hoy repito una vez más y con más convicción si cabe que cuando lo dije por primera vez: si estamos metidos en este “fregao” es porque desde Moncloa no se supo o quiso, más bien me inclino por lo segundo, dar respuesta a las diatribas “pujolares” en sus inicios.
No hay duda que a Mariano y sus muchach@s esto les viene como anillo al dedo. Conocen muy bien la sociología del País y saben que esto produce réditos, así que vamos a presentar el Estado de Derecho, en sentido impropio, frente a un grupo de aventureros que no saben donde se meten.

Que al sur de los Pirineos se desmadró el asunto y sus líderes son unos irresponsables es una evidencia. Basta ver como se manejó el Parlamento Catalán estas últimas semanas.
No es menor la evidencia  que en Moncloa hay un grupo de auténticos incompetentes que confunden la fuerza de la razón con la razón de la fuerza, y eso nos va a conducir a un escenario que les dará muchos votos a la vez que un desastre social.

Me llamó la atención escuchar estos días las declaraciones institucionales del Presidente del Gobierno. No es difícil entenderlas, incluso estar de acuerdo en algunos pasajes, pero ello no dejó de hacer que me preguntase cómo es posible que hable con esa naturalidad de incumplimiento de deberes, conculcación de derechos, libertades, etc., sin darse cuenta que eso es lo que hace él y su gobierno. Sin querer, a poco que ustedes se hayan fijado se habrán dado cuenta que se estaba haciendo una moción de censura a sí mismo.
No escuché a nadie ponerlo de relieve. Debe ser que el momento exige silencio.

Harto también de tanta “baba” que deslizan en gran medida medios de comunicación. Algo les va en ello, y no es precisamente su labor informativa.

¡Qué razón tenía Shakespeare! Y ¡Qué vergüenza de País!

                                                                D. Robles 

domingo, 3 de septiembre de 2017

PARECE MENTIRA SIENDO VERDAD

El titular que encabeza este comentario corresponde a un personaje muy especial de la época de mis tiempos mozos que estos días de vacaciones rememoraba con amigos de la infancia en paralelo a recuerdos de aquellos tiempos.
Anécdotas y travesuras que escribieron páginas de un pasado reciente.

Titular que hoy, trasladado a presente y en contexto muy diferente: me parece mentira siendo verdad ser testigo y vivir inmerso en medio de un mundo loco y alocado. Bestias desbocadas,  gestores incompetentes y ciudadanos irreflexivos dan forma a un paisaje que en el mejor de los casos conviene recordar a Shakespeare cuando decía que en la vida tenemos dos opciones: "vivir informados o ser felices". La primera opción presenta un escenario tan preocupante como decepcionante

De nuevo el terror nos golpea bajo una fórmula muy concreta dejando 16 víctimas mortales (confiemos que esta cifra no varíe) y nuestros representantes, lejos de asumir compromisos, afloran más pronto que tarde sus diferencias y manías.
Cuerpos tendidos sobre las Ramblas de Barcelona, y politiquillos del medio al cuarto más preocupados por su papel, relevancia y posición que en buscar complicidades en un asunto tan serio como este. No se les cae la cara de vergüenza de aprovechar  estos momentos para tirarse puyas y llevar el asunto a su interés y terreno.
Si resultara cierto que una información vital en este caso no se dio la importancia debida, y tampoco se trasladó en tiempo y forma adecuados a otra parte importante en el área de seguridad, no estaríamos en situación de exigir responsabilidades y dimisiones, sencillamente hay que exigir cárcel para los responsables.

Se dice que el político es un reflejo de la sociedad y tal vez sea cierto.
Pude comprobar la prisa de algunos ciudadanos en trasladar mensajes a través de las distintas redes sociales. 
Ciudadanos del nivel de estos políticos, más o menos.  Cuerpos yacían sobre el asfalto y su preocupación era buscar vínculos y desprestigiar de paso a aquellas personas que no les gustan con mensajes descontextualizados en algún caso y falsos en otros: uno, otro y otro.
Me pregunto si estas cabecitas no dan para más, si tienen tan poco recorrido como las de tantos de nuestros políticos. Y no digo todos, quede claro, no vaya a ser que alguno de estos lo utilice a su antojo y haga un twitt oportuno.
¿Tan difícil resulta pensar un poco?

Ni el léxico de condena se escapa a esta voracidad cínica: Algún político que condenó el brutal atropello debió utilizar otra fórmula, porque la sensibilidad de la mediocridad llevó a criticar el haber utilizado la expresión atropello. 
Hasta el diccionario no se adecúa al gusto del crítico.
Vehículo arrollando gente: ATROPELLO es señores del twitt. A partir de aquí podemos colgar en este caso el calificativo que se nos antoje y tal vez no haya suficientes para definir la fórmula bárbara de atentar, pero atropello fue.

Es curioso, que entre twitt y twitt ningún twittero/a se pregunta por qué nos encontramos ante este panorama. Y en su caso, cuando alguien lo hace sea bajo un razonamiento tan simple.

¿Qué es el ISIS? ¿Quién lo sustenta? ¿Quién está detrás, o al lado? ¿Qué interés hay o hubo en su existencia? y lo fundamental: ¿Dónde se gestó y como consecuencia de qué?
Un mundo en paz no debe ser muy rentable para el poder. Ahora, cuando las cosas se van de las manos es tarde y las consecuencias imprevisibles.

Resulta cómodo seguir el dictado de lo que nos cuentan sin preguntarse si Occidente, el cómodo y próspero Occidente tendrá algo que ver en todo ello.
Reflexión para un largo, intenso e interesante debate: ¿Quién creó la bestia y para qué?

Como siempre y en todo, las consecuencias de los desmanes del poder las sufre y paga el ciudadano anónimo y corriente.

Seguro que recuerdan la foto de las Azores.
Lo que vino después: ¿Habrá provocado en parte lo que estamos viviendo?
Alguno de los fotografiados reconoció el error cometido y sus consecuencias. Otros, como nuestro ex presidente jamás lo hará. Su orgullo y complejo no se lo permite. Tiene además en el twitt buenos soldados a su servicio dispuestos a cubrir sus espaldas.
¡Cuánto nos queda que ver, escuchar y vivir!

PARECE MENTIRA SIENDO VERDAD.

                                                                      D. Robles