sábado, 24 de febrero de 2018

EL ABUELO SE CANSÓ


Se cansan los abuelos, las abuelas, la Policía, la Guardia Civil. Se cansa el conjunto de la sociedad pero todo sigue igual. Sus Señorías están convencidas de tenerlo todo muy atado para seguir avanzando en los términos que les marca quien creo la crisis y nunca lo tuvo. Se tensa la cuerda tanto que terminará estallando, y cuando eso ocurra el resultado será imprevisible. Pero no se preocupen. En ese momento ya se buscarán culpables en Rusia, tal vez en Irán y por supuesto Venezuela. La indignación de los tres colectivos aludidos y otros que emerjan estará influenciada por las fuerzas del mal.
Esta semana tocó a los pensionistas, hartos de tanta inquina salen a la calle a expresar su indignación por tanto ninguneo  y complacencia a la que vienen siendo sometidos desde hace años.
Conocemos el discurso oficial y también el de quienes apoyando ese discurso se empeñan en poner blanco sobre negro para seguir convenciéndonos de lo bien que nos va, también a las personas perceptoras de una pensión. Un 0.25% de subida trata de justificar que suben las pensiones y con ello insisten en la mentira del mantenimiento del poder adquisitivo.
No hay que ser economistas para comprobar la mentira, (una más) del discurso.

En principio, para mantener un poder adquisitivo, una nómina debe subir cuando  menos lo mismo que el IPC. Un 0.25 está muy lejos de esa realidad, a lo que hay que añadir que en los últimos años se les hace co-pagar medicamentos; sirva como ejemplo. A mayores esas pensiones tienen que hacer frente al desbarajuste social que provocaron los artífices de la crisis, sosteniendo a hijos, nietos y demás que vieron cómo el agujero negro  los tragaba y se quedaban sin ingresos. Pensiones por debajo de los mil euros y nos dicen que los pensionistas son unos privilegiados porque no bajó su retribución. Les comparan para ello con otros estratos sociales para justificar tal privilegio. Con aquellos que se quedaron tirados literalmente. No les produce rubor. Siquiera se sonrojan.
Un manifestante de 80 años bajó sus pantalones en plena manifestación para mostrar unas bragas y escenificar de forma gráfica “cómo nos están dejando”.

Me resulta significativa la diferencia en la forma de expresar una preocupación y su expresión pública: País Vasco donde las pensiones son más altas, cuando menos de las más altas, hubo una manifestación masiva. Madrid más de lo mismo. Galicia, donde las pensiones son más bajas sale a la calle un puñado de gente. Es curioso.

Nunca la pobreza tuvo en este país la dimensión que en el momento actual, y creciendo. Nunca en democracia la gente tuvo que trabajar para ser pobre, hasta ahora. Pero todos tranquilos. Ya salimos de la crisis y se está creando empleo. A veces una mentira repetida de forma insistente se convierte en verdad.
Pensé que estábamos sobre el escenario de la complacencia y vencidos, pero viendo que la gente empieza a revolverse se abre una puerta a la esperanza. Decir basta. Decir que dejen de ningunearnos y tratarnos como niños de guardería. Decir……….SEÑORES DEL GOBIERNO, NOS ESTÁN ARRUINANDO COMO PAIS Y COMO SOCIEDAD. BASTA YA. O CAMBIAN O LOS CAMBIAMOS.

                                                                 D. Robles

sábado, 10 de febrero de 2018

¡¡SOS SANIDAD!!



El pasado domingo día cuatro de febrero, Santiago de Compostela fue escenario de una magna manifestación que puso de manifiesto la preocupación creciente por el camino que sigue nuestra sanidad pública: Buque insignia de nuestro sistema social.

Paralelamente los gestores públicos nos informan de la buena salud que muestra el sistema y su gestión.
¿Qué debemos creer y a quién?
No hay mejor forma de llegar a una conclusión que comprobar en primera persona dicho funcionamiento.

Una vez hecho, es fácil tomar conciencia del camino de degradación de forma sostenida que sigue, a lo que hay que aventurar su final irreparable si alguien no lo impide.

Sin dejar de considerar aquellos vicios y aptitudes poco éticas que hubiera que corregir; esta intervención nunca debiera albergar ni justificar el camino emprendido.

Dejo claro y sentado en primer lugar, el nivel profesional y humano de los profesionales del sector, gracias a los cuales esto todavía sigue funcionando a pesar de las dificultades que encuentran en el día a día:
Tiempos de consulta programados. Estímulos e indicaciones para prescribir unos fármacos y dificultades o exclusión de otros. Jornadas laborales excesivas y según sea el caso la primera función que ha de hacer un facultativo cada día es firmar su contrato de trabajo que será de 24 horas, lo que hace que una persona, y esto es extensible al conjunto de la sociedad, a lo largo de un año pueda firmar del orden de 100 contratos laborales.

Hay que reconocer que es una forma de mejorar las estadísticas que sirven al i- responsable de turno manejar unos datos que no son reales. 100 contratos de trabajo no son 100 personas que se incorporaron al mundo laboral, es una que firmó 100 veces, pero los dastos se anuncian y  demasiada gente cree y valora en la forma  que quiere y espera el o la  anunciante.

Nos informan que bajan las listas de espera y hay que hacer la misma lectura que en los contratos laborales. ¿Por qué?
Acudimos a un centro sanitario a solicitar asistencia y si el periodo máximo establecido son seis meses y estuviera cubierto le dirán que debe volver a solicitar cita pasado ese tiempo, lo que quiere decir que las estadísticas hablan de un máximo de seis meses, pero la realidad es muy diferente.

Pido cita para una consulta en mayo y se me concede para noviembre. El facultativo cree conveniente realizar una prueba y esta se habilita para febrero.
Llega febrero y el médico que debe hacerla coge una baja (también enferman los médicos y en la situación actual me pregunto como no enferman más) y recibo una llamada para informarme que se modifica la fecha y que acuda a hacerla a una clínica privada, es decir, el médico no tiene quien le sustituya. Me dicen que acuda a la privada. ¿Qué me están diciendo de forma subliminal?
Si prefiero hacerla en la sanidad pública no tengo fecha.

Más ejemplos: Para ahorrar dinero hay productos que son sustituidos por otros antes de saber si pueden ejercer de sustitutos con garantía o por el contrario pueden presentar alguna contraindicación: Intervención quirúrgica cardíaca. El paciente entra en parada. El personal de quirófano no entiende el por qué, hasta que alguien se da cuenta que uno de los productos utilizados no es degradable como debiera y es lo que provoca el cuadro en el paciente. Hasta ahora se estaba utilizando un producto que si respondía a la necesidad del momento. El de ahora es más barato, claro, pero puede generar problemas.
Esto fue publicado en una prestigiosa revista americana por uno de los intervinientes, harto de recortes y de las condiciones en que se ven obligados a ejercer su profesión.
Sirvan como ejemplos para ilustrar una realidad sobre la cual podría escribir folios y folios.

Grandes profesionales, infravalorados por el sistema que debiera mimarles.
No basta con que sean reconocidos por el público, al menos por quien está escribiendo.

¿Nuestro fin será como el de los americanos: quien tiene dinero tiene médico y quien no que se apañe? Todos es posible si no lo impedimos a tiempo.
Una buena forma son las urnas, no lo olviden.

                                                                        D. Robles