Se cansan los abuelos,
las abuelas, la Policía, la Guardia Civil. Se cansa el conjunto de la sociedad
pero todo sigue igual. Sus Señorías están convencidas de tenerlo todo muy atado
para seguir avanzando en los términos que les marca quien creo la crisis y
nunca lo tuvo. Se tensa la cuerda
tanto que terminará estallando, y cuando eso ocurra el resultado será
imprevisible. Pero no se preocupen. En ese momento ya se buscarán culpables en
Rusia, tal vez en Irán y por supuesto Venezuela. La indignación de los tres
colectivos aludidos y otros que emerjan estará influenciada por las fuerzas
del mal.
Esta semana tocó a los pensionistas,
hartos de tanta inquina salen a la calle a expresar su indignación por tanto
ninguneo y complacencia a la que vienen
siendo sometidos desde hace años.
Conocemos el discurso oficial y también el de quienes apoyando ese discurso se empeñan en poner
blanco sobre negro para seguir convenciéndonos de lo bien que nos va, también a
las personas perceptoras de una pensión. Un 0.25% de subida trata de justificar
que suben las pensiones y con ello insisten en la mentira del mantenimiento del
poder adquisitivo.
No hay que ser
economistas para comprobar la mentira, (una más) del discurso.
En principio, para
mantener un poder adquisitivo, una nómina debe subir cuando menos lo mismo que el IPC. Un 0.25 está muy
lejos de esa realidad, a lo que hay que añadir que en los últimos años se les
hace co-pagar medicamentos; sirva como ejemplo. A mayores esas pensiones tienen
que hacer frente al desbarajuste social que provocaron los artífices de la
crisis, sosteniendo a hijos, nietos y demás que vieron cómo el agujero
negro los tragaba y se quedaban sin
ingresos. Pensiones por debajo de los mil euros y nos dicen que los
pensionistas son unos privilegiados porque no bajó su retribución. Les comparan
para ello con otros estratos sociales para justificar tal privilegio. Con
aquellos que se quedaron tirados literalmente. No les produce rubor. Siquiera
se sonrojan.
Un manifestante de 80
años bajó sus pantalones en plena manifestación para mostrar unas bragas y
escenificar de forma gráfica “cómo nos están dejando”.
Me resulta
significativa la diferencia en la forma de expresar una preocupación y su expresión
pública: País Vasco donde las pensiones son más altas, cuando menos de las más
altas, hubo una manifestación masiva. Madrid más de lo mismo. Galicia, donde
las pensiones son más bajas sale a la calle un puñado de gente. Es curioso.
Nunca la pobreza tuvo
en este país la dimensión que en el momento actual, y creciendo. Nunca en democracia la gente
tuvo que trabajar para ser pobre, hasta ahora. Pero todos tranquilos. Ya
salimos de la crisis y se está creando empleo. A veces una mentira repetida de
forma insistente se convierte en verdad.
Pensé que estábamos
sobre el escenario de la complacencia y vencidos, pero viendo que la gente empieza a revolverse se abre una
puerta a la esperanza. Decir basta. Decir que dejen de ningunearnos y tratarnos
como niños de guardería. Decir……….SEÑORES DEL GOBIERNO, NOS ESTÁN ARRUINANDO
COMO PAIS Y COMO SOCIEDAD. BASTA YA. O CAMBIAN O LOS CAMBIAMOS.
D. Robles