Veo muy interesante la campaña electoral catalana.
Si hasta
aquí estaban resultando un auténtico “coñazo”, cuyo interés que despertaban era
saber cuándo acababan; siempre más de lo mismo y sin un toque de gracia; esa
salsa y pimienta que acompañaban aquellas de hace décadas, cuando los actores
tenían nivel para ello y convocaban a multitud de seguidores sin necesidad de “carretear”
como ahora, porque si no lo saben les diré que si no se aplican en tal
práctica, en muchos casos estaría el interviniente y cuatro más.
Pues bien, esta vez, la encuentro entretenida: debe ser por
ese toque diferenciador que le dieron, que hace saltar chispas, alarmas,
nervios y vayan a saber qué.
El desfile de intervinientes que hay estos días por Cataluña me hace aventurar que hará subir el PIB catalán en el mes de septiembre. Y si
no sube el PIB, la temperatura seguro.
Para unos son elecciones plebiscitarias, para otros sólo
autonómicas. Pero resulta que estos últimos se apresuran a llevar a cabo una
turné por el mundo, más intensa de lo que hicieron durante cuatro años a la
búsqueda de mensajes, que por un lado asusten a la gente, y por otro traten de
convencerla de no cometer errores, es decir, las convierten sin quererlo en lo
que no querían.
Y en esto, conforme se acerca el día D, se intensifica la
acción y las salidas de tiesto. Todos al borde de un ataque de nervios.
Por un lado aparece “Águila Rebelde”: jefe indio, y en lugar
de saludar como es su costumbre con un “Jao” lo hace con un corte de manga (hasta
los indios pierden las formas) - por otro los mitineros al uso, que parecen estar
enfadados todo el día. Y por si faltara algo, Mariano, con la sosera que le
caracteriza provocando bostezos. Aquí
no falta casi nada.
A mayores, el poder real, ese que se conoce como fáctico,
mueve ficha y no puede quedarse callado, algo que me parece muy bien, la gente
debe opinar sin temor ni tapujos.
Los banqueros anuncian un éxodo y grandes cataclismos si los
catalanes deciden independizarse. Como si a estas alturas no nos hubiésemos
dado cuenta que la religión del banquero es la que dicta el Dios dinero y que van a estar donde huelan que lo hay. Poco importa el origen del mismo, lo importante es hacer caja, y nos dicen que se
van de Cataluña. A veces creo que esta gente a quien se le supone una cierta capacidad, no mide
bien. Estos discursos, dichos de esta forma y según cuando, sólo consiguen un
efecto contrario al buscado. Y si realmente estuvieran pensando en hacer algo
parecido, los motivos son otros que no desvelan.
Las figuras de la economía cierran filas y salen al ruedo, y
mientras más lidian, más se les revelan las encuestas. No me digan que no es
divertido.
El Gobernador del Banco de España anuncia un corralito y yo
me pregunto qué más corral quieren. Tenemos uno lleno de gallos de pelea, creo
que no caben más. El corralito resultaría pequeño.
En fin, el pastel está servido. Prepárense para el numerito que se
avecina a partir del día 28.
Sí debemos preguntarnos cómo se ha llegado aquí en una situación como la que
tenemos delante.
Pregunta a la que no veo difícil responder: Cuando aquellos
políticos que tienen la responsabilidad de gestionar la vida de un país no
tienen la capacidad ni cualificación adecuada para hacerlo, cuando falta talla
y no se sabe hacer uso de la política, cuando se sustituye el diálogo por la
fuerza y la imposición, cuando en lugar de razonar se dedican a embestir como
“carneiros”, el resultado es éste y nunca mejor decir, que hay políticos que en
lugar de buscar soluciones a los problemas que hay, que no son pocos, lo que
hacen es crear Mas.
En otra ocasión dije y hoy repito: con otros actores en
escena, hoy no estábamos en esta situación ni teniendo que prepararnos para lo
que se avecina. Ahora todo son nervios, los unos y los otros y en lugar de
centrarse, serenarse y utilizar el sentido común, turra que turra, a lo de ellos: “embestir”
Ahora también se propone trasladar el Senado a Cataluña, ¿Hay
quien dé más?
Señorías: lo que hay que hacer con tan Magna Institución es cerrarla: NO SIRVE PARA NADA.
Con estos personajes al timón ¿Cómo no va a haber crisis?
¿Cómo vamos a salir de ella? ¿Cómo va a ser posible que las cosas vayan bien?
Sería un milagro.
Y resulta que la solución para Cataluña pasa por su
independencia.
Que Dios nos coja confesados.
D. Robles
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