viernes, 1 de noviembre de 2019

INCLUSIÓN - EXCLUSIÓN


LA EDUCACIÓN, SI NO ES INCLUSIVA NO ES EDUACIÓN.

Esta expresión lapidaria escuchada el pasado día 26 de octubre en unas jornadas sobre educación en Santiago de Compostela define con meridiana claridad cómo se ha de definir un proyecto educativo en un país capaz de mirar al futuro.

Es la síntesis de una jornada tan intensa como profunda e interesante. Experiencias y reflexiones que nos resumen el esfuerzo de muchos docentes vocacionales que quieren ejercer y la primera barrera que han de superar es la resistencia del sistema.
Unas ponencias a cargo de unos intervinientes que debieran ocupar programas diarios de comunicación en lugar de los menús habituales que nos brindan.

España es un país que se caracteriza por llenar cajones de documentos y propuestas que terminan sirviendo para eso, para ocupar espacio en cajones.
El año 2008, el Estado Español suscribió el documento sobre educación inclusiva elaborado por Naciones Unidas y aprobado por todas las partes en diciembre de 2006.
Su adhesión implica su cumplimiento, y hoy en día, once años después, sigue en el cajón. Mientras tanto, los niños y niñas crecen y la escuela sigue anclada y sometida a los delirios partidarios en lugar de servir en término y forma a su objetivo fundamental.

UNA SOCIEDAD EMPIEZA A CONSTRUIRSE EN LA ESCUELA.

La educación es el pilar fundamental sobre el que se construye esa estructura.
Cada vez tenemos docentes mejor formados, vocacionales y más comprometidos, pero falla lo que nunca debiera: el sistema.
Una escuela inclusiva es aquella que está en condiciones de dar respuesta a toda su población en un ambiente y espacio normalizados. La diversidad es un valor que nos enriquece a todos, y si la sociedad es diversa la escuela tiene que saber educar desde, en y para esa misma diversidad. 
El alumnado aprende si el entorno lo favorece. No se puede focalizar sólo en el alumno el no aprendizaje. Si no consideramos el entorno y aquellos factores que lo dificultan no habremos aprendida nada.

Llevamos casi veinte años de siglo veintiuno y España sigue sin encontrar esta respuesta a la diversidad, y lo que es peor, sin preocuparle. 
La única solución pensada a esta necesidad viene desde la perspectiva segregadora, o excluyente. Seguimos empeñados en favorecer y salvaguardar los guetos.

Recientemente Naciones Unidas nos llamó la atención por el incumplimiento de la norma. Alcanzó mi perplejidad escuchar las voces que se levantaron en defensa de la educación segregada. Esa que agrupa a un alumnado con unas necesidades específicas y por ello, separado del resto de sus homólogos. Más sorprendente si cabe, escuchar afirmaciones que nos anuncian que lo que separa une. Una de dos: o separa, o une, pero ambas cosas a la vez son bastante fáciles de comprender que es imposible ¿no les parece?
¿Cómo podemos llegar a una escuela inclusiva a través de un sistema que favorezca entornos positivos, centrados en la persona y no que sean las personas las que se tengan que mimetizar con el entorno?
No se puede esperar a que la iniciativa parta desde el poder. Ha de ser la concienciación y movilización social la que obligue a hacerlo. 
La educación no es un juego. Repito lo dicho con anterioridad: es el pilar fundamental que cimenta una sociedad. 
Que nadie me diga que no hay recursos. Eso siempre es una disculpa.

En una ocasión le comenté a un alto cargo de una Administración, y viene a cuento reproducirlo, que yo me comprometía a decirles dónde están los recursos, y que ellos me dijeran qué iban a hacer para colocarlos en el lugar adecuado. 
NO ES FALTA DE RECURSOS. Es voluntad y creer.

Hoy se levanta la voz y ocupa todo nuestro tiempo Cataluña, poco antes era Venezuela y siempre hay algo en que entretener al populacho. ¿Cuánto escuchamos hablar de educación?
Himnos, banderas, discursos patrios y un largo rosario de mensajes hechos y pensados.
¿Cuándo vamos a enarbolar la bandera de la educación? ¿cuándo el himno de la inclusión? ¿cuándo el discurso patrio que todas las personas, por el hecho de serlo tienen derecho a una educación en igualdad?

                                                               D. Robles  

miércoles, 7 de agosto de 2019

GALICIA: ESENCIA Y VÍCTIMA DEL MINIFUNDIO


GALICIA: TIERRA DE POSIBILIDADES.

Pues sí, Galicia es una tierra con gran potencial de recursos.
Su mar y sus rías le aportan gran riqueza marina.  Sus kilómetros de costa y playa, la diversidad de su entorno rural, su patrimonio  monumental y cultural la dotan de un alto atractivo turístico.
Tiene un gran sector primario.  Gastronomía única.
Industria a medio gas.
Talento: sus hombres y mujeres de ciencia traspasan fronteras.
Gentes de empresa.

Todos estos ingredientes y Galicia sigue desarrollada muy por debajo de sus posibilidades.
¿Cuál es la causa, o causas?
Tal vez haya más de una; pero sin duda la más probable es la falta de talento.
Talento para gestionar la polarización que ejercen sus dos núcleos más poblados: Vigo y Coruña, centrados en su huerta particular en clara competencia en lugar de abrir mentes y puertas y ejercer un liderazgo que no saben.

Gobernar no es fácil, lo sé, pero de ahí a hacerlo dando más relevancia a un voto que al sentido común hace que todos esos ingredientes con que encabezo esta realidad naufraguen en el mar de la estupidez.
No escucho a ningún actor declarar intenciones que no sea en clave de país: dicen.
¿En clave de qué? ¿Cuál es esa clave?
El gran quiste de Galicia, por lo que no puede crecer como debiera es el minifundio intelectual de su gente magnificada en sus representantes.

Los Gobiernos de mantenimiento no son útiles a un país.
Estos actores no terminan de darse cuenta que  Galicia son unos cuantos huertitos. Que sumando huertitos se construye una huerta y sumando huertas eso otro.  Que todas estas sumas cohesionan, vertebran y hacen fuerte un territorio y hacen crecer su población, incluido el huerto particular.
Hay incluso algún cargo público que se permite trabajar para evitar que otro tenga tal cosa o tal otra porque aspira a todo para sembrar su huerta; llegando a montar festivales callejeros cuando no sacia su ansia de minifundio que suele ser insaciable.

¿Cuándo la gente común, y no tan común, piensa tomar conciencia y en lugar de seguir y apoyar las algaradas cortoplacistas empieza a marcar un guion a sus cabezas de serie? ¿Se puede pensar en futuro con estos mimbres?
Mimbres que hacen un cesto en el que también hay que meter algún medio de comunicación, tan caciquil como esos alcaldes de altar.
Egos localistas complementados con esa falta de talento y valentía en instancias superiores (Autonomía) son los ingredientes que aderezan la ensalada del imposible.
El gran paradigma de Galicia: el gran talento que tiene y el poco talento que tiene.

Sirva como ejemplo que ilustre el argumento el universitario.
Galicia tenía una Universidad: Santiago de Compostela. Universidad centenaria, respetada y con elevado nivel de prestigio.
Decidieron que había que tener tres. Había que contentar a Coruña y Vigo (los graneros de votos) Pasamos de tener una buena a tres del montón. ¿Era necesario triplicar universidades? Pues no. Y no digo que fuese adecuado descentralizar según qué áreas y dotar de unidades universitarias otras localidades además de Santiago, por ejemplo: ¿Ciencias del mar en Vigo? bien. ¿Arquitectura en Coruña? también, etc. Pero ¿Tres Universidades?
Se certifica que Galicia es la tierra del tres, y si no, añadamos a este trio el aeroportuario: tres aeropuertos que también tiene su novela particular. Dos millones setecientos mil habitantes y tres infraestructuras compitiendo entre sí en lugar de colaborar y complementarse. Dos, a sesenta y cinco kilómetros de distancia. 
¿Resultado final? El aeropuerto central de Galicia está en Oporto, que lo sabe hacer y muy bien.

¡Ay Portugal! ¡Que lección nos está dando! y no aprendemos; (y esto sirve también  para los actores de la capital del Reino)
 Pero todo es relativo. Importa poco. Vigo y Coruña siguen en su mundo liliputiense tirando del carro de la miniatura, y las autoridades autonómicas, a falta de ese talento para gestionar estos asuntos  añaden la ausencia de valentía para poner orden.
A punto  estuvo Galicia de llegar a otro tres: tres facultades de medicina.
¡Menos mal! no se consumó, de momento.  
Seguiremos pues, subidos al carro del voto y apeados del sentido común.
                                                              D. Robles


domingo, 5 de mayo de 2019

EL PODER DE LA DES-INFORMACIÓN


Recientemente tuve la oportunidad de leer un libro que me resultó altamente interesante. David Jiménez, director de El Mundo durante un corto periodo de tiempo escribe “EL DIRECTOR”. Un relato donde, con nombres y apellidos nos dice aquello que más o menos podemos intuir, pero que a partir de aquí podemos constatar: la perversión de un sistema corrupto manejado por el poder mediático, político y económico, y cómo se retroalimenta.
Cómo nos hacen creer lo que interesa y cómo consiguen que nos creemos (de crear) una opinión que en más ocasiones que menos no se ajusta a la certeza de la realidad.

Cobra valor el mensaje de un afamado periodista cuando afirmó que a la gente no hay que contarle lo que pasa sino lo que interesa que sepa.
O también: “las noticias y la verdad no son siempre lo mismo” (Walter Lippaman – 1922)

Hace una semana se celebraron unas elecciones generales con un resultado muy claro, donde la ciudadanía castigó el ruido, la falsedad y los anuncios apocalípticos.
En breve acudiremos de nuevo a las urnas y pareciera que no aprendieran nada (los medios), porque siguen en su particular mensajería de oportunidad e intención.

Santiago de Compostela, capital de Galicia es un buen escenario para rodar esta película.

La misión de un medio ha de ser informar. Y opinar en  aquel apartado destinado a tal efecto, pero no opinar a través de la información distorsionando el mensaje para que el lector u oyente perciba lo que interesa.
No creo que sea misión de un medio tener su candidato y poner en valor hasta lo que no tiene mientras se silencia las debilidades u otras consideraciones que le restarían méritos.
No creo que sea misión de un medio hablar de alguien en función de lo que pague. Es decir: si paga se habla bien y si no paga “leña” hasta que pase por caja.
No creo que sea misión de un medio criminalizar a un candidato para poner en valor  otro, o simplemente porque no es de su cuerda.
No creo que sea misión de un medio silenciar noticias no favorables, por el simple hecho de tener origen en quien le está pasando un canon (David lo explica muy bien). Eso se llama simplemente estar comprados, o vendidos, como queramos llamarlo. Todo, menos serio.
Penoso escenario sobre el que se mueven algunos medios que nos debe hacer concluir que no es fiable cuanto dicen y mucho menos guiarnos por sus titulares maliciosos, intencionados y carentes de rigor.

Un medio informa cuando nos cuenta lo que pasa, no lo hace cuando secciona la información, la retuerce hasta el punto de trasmitir lo que no es y trata de influir en el público para alcanzar sus intereses que no son precisamente los de su audiencia.
Un medio debe informar de lo bueno y lo malo, de lo positivo y lo otro. No es serio cuando se limita a convertir todo en negativo y silencia lo que pudiera ser favorable a quien tiene “vetado”. Si algún medio decide vetar a alguien, es su libertad, pero que lo haga en el amplio sentido del término, no de forma parcial.

El Alcalde de Santiago puede representar un claro ejemplo de esa perversión mediática, y por qué no decirlo, persecución, según de quien hablemos. ¿Qué les parece que algún medio no publique una foto del Alcalde como si no existiera, incluso recortando aquellas en las que pudiera aparecer en compañía de otras personas?
¿Es posible que durante cuatro años lo haya hecho todo mal?  PUES NO.
¿Su equipo habrá cometido algún error? Seguro.
¿Por qué entonces todo está tan mal? ¿Por qué hay gente que lo afirma, sin conocer?, ¿Simplemente porque lo dice no sé bien que medio?

Voy a poner un ejemplo al respecto. Mucho se habló del “desastre turístico” del equipo de Gobierno Compostelano. ¿Interesa que se piense que hubo poco menos que una obstrucción al desarrollo turístico? Pues bien, cuando se conocen los datos oficiales, es decir: DATOS, resulta que el trabajo realizado provocó un resultado completamente diferente al “catastrófico” anunciado. Es más, creo que muy aceptable. ¿Por qué no se dice esto? 
Les voy a dar algún dato: el aeropuerto de Santiago alcanzó la cifra de 2.723.296 pasajeros en 2018, 2.296.409 en 2015 y 2.464.330 en 2011.
El grado de ocupación por plaza de alojamiento: 64% en 2018, 57,4% en 2015 y 52,20 en 2011.
¿Hablamos de pernoctaciones? Pues bien: 2018 arrojó un balance de 1.338.724. En 2015 fueron 1.289.209 y 1.142.475 en 2011. Los datos son aburridos, pero estos ayudan a ilustrar lo que estoy diciendo. Valórenlo ustedes: tal vez no interese que lo conozca y sí que siga creyendo lo que interesa.

Ahora llega la campaña y todo el mundo a la yugular del alcalde - alguno más sibilino a las canillas - informando de una catástrofe pasada y no veamos lo que nos espera si revalida.
Muchas falsedades escuché a lo largo de estos años. Muchos mensajes no ciertos. Algo que me hizo muy escéptico al hilo de lo que aquí trasmito, y más.
Hay medios que ejercen más de altavoces mediáticos de una corriente que de lo que debiera ser su misión. Escriben en negrita y ponen en valor el vociferio para tensionar.  Con buena caligrafía por supuesto. Hay que ser creíbles.
¿Y si resulta que la ciudadanía se mueve en los términos que hizo el 28A y le dice a este seudopoder que así no?
Pues bien, sea como fuere: ASÍ NO.

                                                                   D. Robles


jueves, 11 de abril de 2019

UNA ESCUELA ¿PARA TODOS?


España es un país tan prolífico abriendo debates como torpe a la hora de cerrarlos. Debates que se elevan al terreno de la polémica, salen de la discusión sosegada y acaban en la crispación del  no entendimiento.
La educación es uno de esos. Un debate que en España se tendría que haber cerrado hace décadas, sigue vivo y todo apunta que seguirá.

Pilar fundamental para el desarrollo de cualquier sociedad. 

Naciones Unidas, el trece de diciembre de 2006 promulgó la Convención de los derechos de las personas con discapacidad.
En el apartado educativo dice con absoluta claridad cuál ha de ser el itinerario que ha de seguir el sistema  en los países miembro que se adhieren a la misma para favorecer la educación inclusiva y hacer evolucionar la segregación que favorece la especial: aquella que se imparte en centros específicos y para un alumnado muy concreto (recordemos que la adhesión es vinculante).

España suscribe la Convención en marzo del 2008. Foto muy atractiva mediáticamente cuyo resultado inmediato puedo traducirlo en la forma siguiente: Muchas señorías que salieron en aquella foto no sabían qué acababan de suscribir, y el resto, al día siguiente se olvidaron qué habían hecho.
Pues bien, llegados a este punto, el CERMI estatal denuncia ante Naciones Unidas el olvido del compromiso (conviene también recordar que la LOMCE, no sólo no cumple la instrucción de la Convención sino que la vulnera).

El Gobierno actual activa el mecanismo para avanzar hacia el horizonte trazado y ¿qué ocurre?
Desde el propio sector de la discapacidad, una parte se levanta en barricadas cuan si un holocausto accediese a la antesala de su casa.

Hay que decir que la escuela es el primer paso que damos en la vida en el campo de la socialización. Nadie puede estar por ello excluido de este derecho fundamental: el derecho a la educación, y una educación inclusiva en entornos normalizados y espacios comunes.

En la actualidad conviven dos modelos educativos diferentes que buscan esa respuesta a las necesidades educativas especiales (NEE): la escuela ordinaria y la escuela especial.

La Convención pone en valor la diversidad con muy buen criterio y sentido, y dice que la educación ha de darse en una escuela ordinaria por razones más que obvias.
La especial por su condición de especificidad no permite que el alumnado infantil y juvenil conviva en un mismo entorno, sino que, como su nombre indica, es específica.

No hay duda que esta opción es segregadora por cuanto no permite la confluencia de todos los niños y niñas.
Llevo muchos días escuchando a defensores de esta opción decir que la EE es inclusiva y no dejo de preguntarme cómo es posible que sea inclusivo lo que separa. Si separa segrega. Lo que incluye une. ¿Es posible vivir tal contradicción y defender tales postulados?
Al parecer sí.
Ahora bien, cada persona es libre de defender aquello que crea. Otra cosa diferente es pretender justificar y defender sus contradicciones.

La Escuela Especial no incluye, segrega, afirmo, motivo por el cual debe desaparecer y todo ese alumnado ser integrado en la escuela normalizada con los recursos necesarios que den respuesta a sus necesidades. Y aquí podría extenderme en el mantra que avisa de aquellos casos cuya dificultad……… Tal vez sea otra discusión para otro momento. Aquí se haría excesivamente largo.

Espero y confío que este debate abierto, gobierne quien gobierne a partir del veintiocho de abril, sea capaz de cerrarlo en la forma que hay que hacer: aboliendo la educación especial e integrando a toda la población en la escuela ordinaria.

Sabemos que el Gobierno actual está en esa orientación. Si tiene la responsabilidad de seguir gobernando estaremos atentos para que no flaquee y mucho menos que pueda ceder a las presiones de la segregación. La apuesta por la inclusión es enormemente superior aunque no creo que este sea un caso de tamaño.

Respeto aquellos padres que teniendo algún hijo con una necesidad específica decidan aislarlo de la población común, pero no puedo compartirlo.
Debate apasionante, con mucho recorrido pero un solo camino:
LA INCLUSIÓN.
                                                      D. Robles

miércoles, 13 de febrero de 2019

TODO POR UNA BANDERA


Tres eran tres, las hijas de Elena. Tres eran tres y ninguna era buena.
Así versaba aquella popular serie de Jaime de Armiñán de los años 70.
Tres son tres, los que Armiñan hoy dibujaría cabalgando sobre una bandera que asumen como propia y exclusiva.
Semana calentita la que dejamos atrás, más por interés de sus señorías, y alguna que no lo es, que por los hechos propios a los que se pretende dar relieve.

Hace unos años era el País Vasco y ETA el foco de acción del Partido Popular. La baza a utilizar para atacar al Partido Socialista.
Recordarán ustedes cuando se vendía Navarra, cuando se cedía al chantaje de los terroristas y un largo etc., que  hoy se reproduce bajo el epicentro catalán.
Era una época en que se pasaba de hablar de banda terrorista a Movimiento Vasco de Liberación Nacional cuando llegaba al Gobierno el propio PP.
Etapa en que se acercaban presos vascos para que estuviesen más cerca de la Audiencia Nacional, mientras que era cesión a la banda si era el PSOE quien hacía algún movimiento. 

A la negociación se llamaba "explorar vías para acabar con la violencia". Cuando el PP excarceló etarras no se traicionaba a las víctimas, y un sin fin de ejemplos que ponen de manifiesto el ADN de unos y otros.
Hay que reconocer que en este sentido el PSOE siempre fue más leal. Los hechos y datos lo avalan. El PP siempre jugó muy sucio y sin escrúpulo alguno.
ETA se acabó, no hubo chantaje ni tampoco se vendió Navarra, hasta donde sé, pero como vivimos en un país donde no puede reinar la tranquilidad, emerge el conflicto catalán y ya estamos enredados en el mismo sanedrín y con el mismo discurso.

El PP perdió el Gobierno por los hechos conocidos. Cuando la Justicia habló y lo hizo tan claro, se acabaron las contemplaciones. Todo lo demás está bien para decorar la oratoria.
El PP regresa al pasado con Pablo Casado y busca sacar tajada de la algarada. En este caso, a diferencia de etapas anteriores, con la competencia y a la vez complacencia de otros dos gallos en el mismo corral. Algo nuevo que no saben muy bien como gestionar para situarse y llamar la atención.

Ahora está en venta la unidad del Estado, una venta como la de Navarra, pero hay que azuzar a quien está dispuesto a morder y tragar sapos si fuere necesario con tal de ondear una bandera.
Lo hacen de la peor forma posible, de forma barriobajera: mintiendo, insultando, encendiendo a la gente, porque saben bien que les resulta fácil calentar a unos cuantos.

Antes era uno, después fueron dos y ahora son tres. Tres son tres, los hijos de J. M. Aznar y quien sabe si nacerá alguno más, porque a la gran algarada del domingo día diez no se subió sólo C´S y VOX, también lo hizo otras formaciones del mismo espectro, aunque haya quien a la vez que está quiere no estar y le den miedo las fotos.
La bandera española no fue la única que ondeó. 
Un popurrí que va situando las cosas y poniendo a todo el mundo en su sitio por mucho esfuerzo que se haga en despistar.

Al fin de fiesta no podía faltar el toque de la comunicación. Tres periodistas encargados de leer algo que llamaron manifiesto pero que no pasó de ser un alegato de falsedades cuyo objetivo es movilizar al personal de la mejor manera que saben: mintiendo, asustando y provocando miedo.

¿Qué puede pasar a partir de aquí? Ya veremos, pero ante unas hipotéticas elecciones generales todo va a depender de la movilización o no del espectro de la izquierda. Si esta es alta el resultado es claro. Si deciden quedar en casa el resultado también será claro.
Para ello la izquierda, no tiene un adversario sólo en la derecha, lo tiene también en la propia izquierda con los galimatías que organizan.
Veamos al PSOE con las viejas glorias ayudando. El grupo de los llamados "Susanitos“ Pero esto requiere un capítulo monográfico.

La movilización del domingo día diez, más allá de las cifras de unos y otros, está claro que no respondió a las expectativas que se habían puesto en ella. No hay más que leer la letra pequeña de quienes la organizaron aunque se afanen en darle un valor que no tuvo.
Ahora las preguntas son varias y diversas, pero, ¿será que la gente está harta de tanto barullo? ¿Será que la gente se da cuenta de las mentiras que envuelven estos manifiestos?
En el conflicto catalán hay líneas rojas que no se van a rebasar y eso es lo que hay que poner en valor, el resto: ruído, barullo, barro. 
Sólo cabe esperar que quien provoca tensión y fango termine en el fondo del mismo.

                                                         D. Robles

miércoles, 2 de enero de 2019

ALCALDE A PESAR DE TODO


En la primavera del 2015 se celebraron las últimas elecciones municipales.
En Santiago de Compostela irrumpe una formación plural denominada COMPOSTELA ABIERTA (CA) y contra todo pronóstico se convierte en primera fuerza en la capital gallega. 
Llega un intruso al parque privado.

Descolocó y colocó a propios y extraños y obligó a los demás a buscar un lugar en un espacio que deja de ser cómodo y pasa a ser un tanto complejo.

El equipo de Gobierno surgido tras el resultado electoral comenzó su particular Camino de Santiago, y cuatro años después, con sus efectos y defectos, que seguro habrá algo de todo, pero sí con una línea de actuación bastante definida nos lleva a un punto en que se hace obligada alguna reflexión.

Me resulta poco edificante, y según de que hablemos hasta preocupante, escuchar cuanto escucho, ver cuanto veo, leer cuanto leo sobre alguien que cometió el delito de ganar unas elecciones.
A partir de aquí, habrá decisiones compartidas por unos y criticadas por otros, como siempre fue y siempre será, y eso no es malo.
Si hay algo que no debe quedar fura de la más absoluta crítica, repulsa y censura es la manipulación y la falacia como fórmula para conseguir un objetivo: ganar adeptos y opinión favorable para tratar de conseguir el desalojo de quien ganó unas elecciones.
¡NO TODO VALE!

Cuatro años de titulares y páginas enteras dedicados a manipular una realidad con el fin de crear una opinión en contra de un Gobierno. Páginas y mensajes incendiarios cargados de basura para consumo de quien dice amen a todo sin detenerse a reflexionar sobre la veracidad o no de cuanto recibe y el porqué de las cosas.
En algún caso de forma descarada y otro muy subliminal, todos orientados a un fin: acoso y derribo.

Hay que saludar los discursos discrepantes pero constructivos, con alternativas; y desterrar los de tierra quemada.
Valorar quien es capaz de trasladar mensajes propositivos y sosegados y censurar a quien alimenta la algarabía y tensión en la gente con un sólo objetivo: desalojar a un Alcalde de su despacho.

Este Alcalde supo construir un equipo de gente honesta. Nadie a día de hoy puede decir lo contrario. Algo que cotiza en política. ¡Quién lo diría verdad!
Podemos hablar pues, sin temor a equívoco, de un Gobierno compuesto por gente honesta. Puedo certificar por el conocimiento que tengo de ello de su compromiso y nivel de dedicación y trabajo, pero estas cosas no se dicen porque no interesa.
Es un Gobierno que sabe hablar con la gente y valorar opiniones antes de tomar decisiones. Que informa y comunica sobre acciones que afectan a un área determinada.
Hechos que se conocen poco o nada y tampoco difunden por los medios ordinarios, pero están ahí. Nadie hasta la fecha lo había hecho en la forma y tiempo que ahora.
Es justo decirlo, aunque no interese que se conozca.

El silencio suele ser cómplice y por ello  no puedo sentirme cómplice de lo que considero injusto, y guardar silencio ante el barrizal que alguien pueda pretender que pise.
Cada cual es libre de pesar como crea y defender lo que considere adecuado, pero ello nunca debe justificar la distorsión, el barullo, la confusión y el politiqueo de luces cortas.

Este Alcalde es coherente con su discurso y esto debe valorarlo hasta quien no esté de acuerdo con él. Ello no quiere decir que toda la ciudadanía deba aplaudir su acción de gobierno, ¡faltaría más!, pero en política suele ser más habitual discursar en un sentido para después hacer lo que se tercie.

Hace unos días la oposición se unió para no aprobar unos presupuestos con el único fin de cortar el oxígeno y tratar de impedir que el actual Alcalde tenga recursos para seguir trabajando. Por mucho que se empeñen en edulcorar el argumentario la realidad es tozuda. 

Resulta más importante una campaña electoral que el día a día del Municipio y su gente.
Este equipo de Gobierno tuvo la deferencia de presentar sus presupuestos a distintos colectivos sociales para conocimiento público de los mismos. Nadie hasta la fecha lo había hecho por lo que puedo decir que son, o eran, unos presupuestos muy defendibles.

Pongo tres ejemplos para ilustrar lo que digo:
Recogen apoyos a entidades para el desarrollo de sus actividades.
Recogen un aumento en ayudas sociales hasta los 111€ per cápita.
Recogen partidas para el desarrollo de infraestructuras vitales para la ciudad.
Espero que quien dijo no, sepa explicar su negativa.

Justifican ese no, en principio y por lo que escucho, en incumplimientos de CA, etc. 
Todos los grupos municipales tuvieron responsabilidad de Gobierno. ¿Cuál fue el nivel de ejecución presupuestaria en sus ejercicios? ¿Cuál el de incumplimiento? Tal vez no se recuerde ni interese. Ahora toca sacar el hacha del baúl.
La deuda municipal se redujo en estos años de cuarenta y cinco millones a veinticinco, pero tampoco se dice.

El PP siempre dijo no a los presupuestos, luego es coherente con su discurso y por ello no criticable
La pregunta de hoy a PSdeG y BNG es por qué el año pasado sí,  el anterior también, a pesar de las dudas y ahora no.
Cualquier justificación huele a disculpas de mal pagador porque hay elecciones.
Que tome nota quien quiera y cada cual sea consecuente con lo que haga.
A partir de aquí y hasta mayo nos queda mucho que escuchar y soportar.
Que la ley del silencio no sea efectiva.

                                                        D. Robles