viernes, 5 de agosto de 2016

SESIÓN DE EMBESTIDURA



Señorías:

He ganado las elecciones y ello me otorga derecho a decidir. Entiéndanme bien sus señorías, hablo siempre dentro del marco constitucional.
También me obliga a formar gobierno y me da la posibilidad de decir cómo, cuándo y con quién. 
Confío en que todos sabrán estar a la altura de las circunstancias y no pondrán impedimentos al designio celestial. Perdón, quise decir popular.

España es un gran país lleno de españoles. El interés general exige que yo sea Presidente. Soy el único que garantiza la estabilidad, el crecimiento, el bienestar y la confianza suficiente que demandan los señores mercados. 
Bien es cierto que no tengo fuerza suficiente para hacer lo que me venga en gana como hice estos casi cinco años, pero aún así, apremio a la responsabilidad de todos para que me permitan hacerlo, de no ser así supondrá que son todos ustedes unos irresponsables.

Prometo diálogo, algo que no sé muy bien como se hace pero me esforzaré; las circunstancias lo exigen, así me lo hizo saber Soraya y como muestra de buena voluntad les envié un documento que recoge nuestro programa y ha de ser la guía para los próximos cuatro años.
Puedo aceptar alguna modificación y cambio, suavizar algunas normas aprobadas por decreto, pero también he de decir que nada que afecte a lo sustancial. Algo para justificar buena voluntad sin pasarse. 
Si sus señorías no aceptan me veré en la obligación de trasladar a la sociedad que son ustedes los causantes de los males futuros derivados de no permitirme gobernar. Saben bien sus señorías que tengo dominado un 90 % del poder mediático, a lo que he de añadir que la población en parte importante va a creer lo que yo  diga sin pestañear: si defiendo una postura bien, y si la contraria también. Eso lo han de saber bien sus señorías, por lo que tienen dos opciones: hacerme el  juego o ir a unas nuevas elecciones, en cuyo caso les garantizo una mayoría suficiente que les ha de provocar un ataque de hipo con duración no inferior a media legislatura.

La corrupción es algo que ya pasó. Importa más bien poco, por lo que no debemos entretenernos en hablar de ello. Hay asuntos más importantes que abordar y de ser el caso, ya se habrán dado cuenta sus señorías que la gente me apoya lo mismo. Les recomiendo que no pierdan el tiempo con estos asuntos. En todo caso ya levantaré yo la voz cuando descubra alguno en las filas de ustedes: esos son intolerables.

Sr. Sánchez: yo he ganado las elecciones, y si no formo gobierno usted será  responsable y también de la situación que devenga. No se empeñe en afirmar que es responsabilidad mía. Sabe bien que la población, en ese número suficiente me cree a mí tenga o no razón, eso aquí importa poco. 
Usted será un político responsable si me apoya y un irresponsable si no lo hace. Fíjese bien qué dice Felipe, VI no, el otro. El paso del tiempo le hizo evolucionar a posiciones tan coherentes que en el partido estamos valorando hacerlo socio de honor.

Ha de saber usted Sr. Sánchez, y el resto de señorías, que político responsable será aquel que apoye mi candidatura, el resto serán unos irresponsables carentes de sentido de estado: suma de separatistas, anti sistema, populistas y ya no me sale más aunque supongo que algo habrá, pero ya saben sus señorías que de vez en cuando “me trabo”. Empiezo a darme cuenta de ello cuando el ojo izquierdo se acelera.

Hablando de populismo, y como muestra de buena voluntad, confieso  que no sé muy bien que quiere decir eso, pero suponiendo que sea lo que dicen los libros, reconozco que algo de eso sí que hice durante mí mandato, bueno, tal vez bastante, pero nadie se dio cuenta y si alguien enciende la luz me va a costar muy poco desmentirlo; no necesito rueda de prensa, con o sin plasma, sólo dos llamaditas de teléfono y asunto zanjado: todo el país se entera de lo que quiero decir.
En este campo de juego del populismo siempre me fie mucho de los consejos y maneras de Esperanza: una gran política con buen dominio de ese escenario en el que viste de largo como todos ustedes debieran saber.

Por cierto Albert. Agradezco enormemente el trabajo de estas semanas. Sé lo difícil que es tratar de decir a los demás qué deben hacer sin tener claro qué va a hacer uno mismo. 
Dijo en muchas ocasiones que yo no le gusto como candidato, lo sé, pero también sé que al final le voy a gustar lo suficiente,  por responsabilidad  de estado por supuesto, y llegados a este punto creo que basta ya de indicarle a Pedro el camino y que de una vez aclare el suyo y me dé el sí.
 Si es cierto que cree que debo formar gobierno deje de marear la perdiz: ahora digo no, una semana después me abstengo, por cierto, no sé bien que quiere decir eso de abstención técnica, pero ya me lo aclarará, etc.  Arranque usted de una vez, diga que sí a mi candidatura  que es lo que va a hacer al final y deje a Pedro que haga lo que le parezca. Va a dar la impresión que Pedro es el único responsable de lo que pase, pero ha de saber Albert que aquí habrá que mojarse. Todos menos yo, por supuesto, que para eso he ganado.

Sé que a usted no le preocupan los sillones ni tampoco los cargos. Ya hablaremos de Gobierno al igual que hicimos en la mesa del Parlamento, donde me consta  lo mucho que tuvimos que esforzarnos y sufrir para convencerles que aceptaran esas dos sillas que no les correspondían.

Le veo tal fijación con Pedro que empiezo a preocuparme por su salud, temo que su corazón pueda sufrir.
Ya sabe que el documento acordado con Pedro en el mes de febrero no me gustaba demasiado, aquello que denominé con gran acierto y socarronería como el acuerdo de los “Toros de Guisando”, pero ahora las cosas son distintas y veo que cocina usted bastante bien, por lo que podemos empezar a guisar los toros. No me interprete mal, lo de podemos es del verbo poder, no vaya a pensar otra cosa.

Estamos en buena sintonía: le escuché decir que los asuntos importantes de España son los presupuestos, la unidad territorial, los compromisos con Bruselas, el techo de gasto y control del déficit.
Yo también creo que la pobreza, las necesidades de la gente, la desigualdad, el empleo digno, la sanidad, educación, los servicios sociales en general, etc., son materia que puede esperar.

Y para finalizar señorías, apelo a su sentido y responsabilidad de estado, espero un número suficiente de síes y…..  Ya tal.

                                                     Candidato mucho Español

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