Señorías:
He ganado las elecciones y ello me
otorga derecho a decidir. Entiéndanme bien sus señorías, hablo siempre dentro
del marco constitucional.
También me obliga a formar gobierno y
me da la posibilidad de decir cómo, cuándo y con quién.
Confío en que todos
sabrán estar a la altura de las circunstancias y no pondrán impedimentos al
designio celestial. Perdón, quise decir popular.
España es un gran país lleno de
españoles. El interés general exige que yo sea Presidente. Soy el único que
garantiza la estabilidad, el crecimiento, el bienestar y la confianza
suficiente que demandan los señores mercados.
Bien es cierto que no tengo
fuerza suficiente para hacer lo que me venga en gana como hice estos casi cinco
años, pero aún así, apremio a la responsabilidad de todos para que me permitan
hacerlo, de no ser así supondrá que son todos ustedes unos irresponsables.
Prometo diálogo, algo que no sé muy
bien como se hace pero me esforzaré; las circunstancias lo exigen, así me lo hizo
saber Soraya y como muestra de buena voluntad les envié un documento que
recoge nuestro programa y ha de ser la guía para los próximos cuatro años.
Puedo aceptar alguna modificación y cambio, suavizar algunas normas
aprobadas por decreto, pero también he de decir que nada que afecte a lo
sustancial. Algo para justificar buena voluntad sin pasarse.
Si sus señorías no
aceptan me veré en la obligación de trasladar a la sociedad que son ustedes los
causantes de los males futuros derivados de no permitirme gobernar. Saben bien
sus señorías que tengo dominado un 90 % del poder mediático, a lo que he de
añadir que la población en parte importante va a creer lo que yo diga sin pestañear: si defiendo una postura bien, y si la contraria también. Eso lo han de saber bien sus señorías, por lo
que tienen dos opciones: hacerme el
juego o ir a unas nuevas elecciones, en cuyo caso les garantizo una
mayoría suficiente que les ha de provocar un ataque de hipo con duración no
inferior a media legislatura.
La corrupción es algo que ya pasó. Importa más bien poco, por lo que no
debemos entretenernos en hablar de ello. Hay asuntos más importantes que
abordar y de ser el caso, ya se habrán dado cuenta sus señorías que la gente me
apoya lo mismo. Les recomiendo que no pierdan el tiempo con estos asuntos. En
todo caso ya levantaré yo la voz cuando descubra alguno en las filas de ustedes:
esos son intolerables.
Sr. Sánchez: yo he ganado las elecciones, y si no formo gobierno usted
será responsable y también de la
situación que devenga. No se empeñe en afirmar que es responsabilidad mía. Sabe
bien que la población, en ese número suficiente me cree a mí tenga o no razón,
eso aquí importa poco.
Usted será un político responsable si me apoya y un
irresponsable si no lo hace. Fíjese bien qué dice Felipe, VI no, el otro. El
paso del tiempo le hizo evolucionar a posiciones tan coherentes que en el
partido estamos valorando hacerlo socio de honor.
Ha de saber usted Sr. Sánchez, y el resto de señorías, que político responsable
será aquel que apoye mi candidatura, el resto serán unos irresponsables
carentes de sentido de estado: suma de separatistas, anti sistema, populistas y
ya no me sale más aunque supongo que algo habrá, pero ya saben sus señorías que
de vez en cuando “me trabo”. Empiezo a darme cuenta de ello cuando el ojo izquierdo
se acelera.
Hablando de populismo, y como muestra
de buena voluntad, confieso que no sé
muy bien que quiere decir eso, pero suponiendo que sea lo que dicen los libros,
reconozco que algo de eso sí que hice durante mí mandato, bueno, tal vez
bastante, pero nadie se dio cuenta y si alguien enciende la luz me va a costar
muy poco desmentirlo; no necesito rueda de prensa, con o sin plasma, sólo dos
llamaditas de teléfono y asunto zanjado: todo el país se entera de lo que
quiero decir.
En este campo de juego del populismo
siempre me fie mucho de los consejos y maneras de Esperanza: una gran política
con buen dominio de ese escenario en el que viste de largo como todos ustedes
debieran saber.
Por cierto Albert. Agradezco
enormemente el trabajo de estas semanas. Sé lo difícil que es tratar de decir a
los demás qué deben hacer sin tener claro qué va a hacer uno mismo.
Dijo en
muchas ocasiones que yo no le gusto como candidato, lo sé, pero también sé que
al final le voy a gustar lo suficiente,
por responsabilidad de estado por
supuesto, y llegados a este punto creo que basta ya de indicarle a Pedro el
camino y que de una vez aclare el suyo y me dé el sí.
Si es cierto que cree que debo
formar gobierno deje de marear la perdiz: ahora digo no, una semana después me
abstengo, por cierto, no sé bien que quiere decir eso de abstención técnica,
pero ya me lo aclarará, etc. Arranque
usted de una vez, diga que sí a mi candidatura que es lo que va a hacer al final y deje a
Pedro que haga lo que le parezca. Va a dar la impresión que Pedro es el único
responsable de lo que pase, pero ha de saber Albert que aquí habrá que mojarse.
Todos menos yo, por supuesto, que para eso he ganado.
Sé que a usted no le preocupan los sillones ni tampoco los cargos. Ya
hablaremos de Gobierno al igual que hicimos en la mesa del Parlamento, donde me
consta lo mucho que tuvimos que
esforzarnos y sufrir para convencerles que aceptaran esas dos sillas que no les
correspondían.
Le veo tal fijación con Pedro que
empiezo a preocuparme por su salud, temo que su corazón pueda sufrir.
Ya sabe que el documento acordado con
Pedro en el mes de febrero no me gustaba demasiado, aquello que denominé con
gran acierto y socarronería como el acuerdo de los “Toros de Guisando”, pero ahora
las cosas son distintas y veo que cocina usted bastante bien, por lo que podemos
empezar a guisar los toros. No me interprete mal, lo de podemos es del verbo
poder, no vaya a pensar otra cosa.
Estamos en buena sintonía: le escuché decir que los
asuntos importantes de España son los presupuestos, la unidad territorial, los
compromisos con Bruselas, el techo de gasto y control del déficit.
Yo también creo que la pobreza, las necesidades de la gente, la
desigualdad, el empleo digno, la sanidad, educación, los servicios sociales en
general, etc., son materia que puede esperar.
Y para finalizar señorías, apelo a su sentido y responsabilidad de estado,
espero un número suficiente de síes y….. Ya tal.
Candidato mucho Español
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