El año 2016 pasó su última página
para dar la alternativa a la primera de 2017 incógnitas.
Será irrepetible por todo cuanto nos
brindó. Y para no defraudar lo exhibido a lo largo de su recorrido, nos coloca en
el transcurso de sus últimos días, como guinda y remate, dos posicionamientos institucionales
que nos deja cuasi “pasmaos”.
Es imposible dar crédito en primera
instancia a tanto despropósito junto, y como si todos los días fueran 28 de diciembre
hay que revisar comunicados para confirmar la perplejidad que alumbran.
Por una parte nos dicen: que las
personas que tienen alguna dificultad de tipo sensorial (aquellas que no pueden
ver u oír) necesitarán un informe médico que les habilite para poder casarse.
Sólo falta en el documento para
rematar la faena, un párrafo que nos alerte de la posibilidad de contagio, por
lo que se recomienda al resto de la población mantener distancia con las
personas aludidas.
A continuación se visten de largo los Tribunales. Lo eleva al altar del dislate la
más alta Instancia Judicial del Estado, el Tribunal Constitucional, para decirnos que
hay personas con discapacidad reconocida que no pueden votar en unas
elecciones. Pueden presentarse, sin embargo, como candidatos a las mismas, pero
no puede votar ni votarse.
¿Qué les hace llegar a esta
conclusión?
Desde una instancia inferior se emite
una sentencia, que basada en un examen que hacen dice que una persona no puede
votar porque no conoce el sistema político español.
Fíjense bien: no conoce el sistema político español, dicen.
El TC no se digna admitir a trámite el recurso y reflexionarlo, simplemente dan por buena semejante barbaridad y emiten veredicto.
Veamos:
En primer lugar: ¿alguien puede
explicar la realización de un examen de esta naturaleza a una persona para valorar
su capacidad ante una urna?
Puestos a hacer exámenes: ¿Cuál sería
el resultado si nos examinamos todos? ¿Incluidos examinadores?
Aventuro que las tres cuartas partes del cuerpo electoral de este país sería declarado inhábil.
En medio de tanta tiniebla, alumbra un poco de luz ese voto particular,
tan claro como contundente y pegado a la realidad que emite la Vicepresidenta
del Alto Tribunal. Pareciera que en esta Instancia fuere la única persona que
manifiesta un poco de clarividencia en medio de tanto traje gris.
Conociendo como funciona el aparato electoral en este país, me pregunto
por la motivación que seguimos a la hora de depositar nuestro compromiso en una
urna.
¿Cuál es el criterio que rige en los miles de personas que acuden a votar
en régimen de acompañamiento? ¿donde un “asesor” político les entrega el sobre,
los acompaña en coche, taxi, autobús, depende del caso y lugar, a la vez que
está pendiente que voten bien y no se equivoquen, para más tarde botar si el
resultado es satisfactorio? ¿necesita examen este votante? y ¿el asesor?, pues
parece que no, esto vale y cuenta, sin embargo hay cien mil personas en España
que no se les permite votar porque parece ser que no conocen el sistema
político del país en el que viven.
¿Debiera ser considerado este acompañamiento como parte del sistema político del país?
¿Debiera ser considerado este acompañamiento como parte del sistema político del país?
Cuando una persona manifiesta saber que le están robando pero añade que
no le preocupa y que seguirá apoyando a quien le roba ¿debe ser examinada? Más
bien pienso que debiera ser inhabilitada.
Este criterio, ¿es válido? Pues sí, sin embargo una persona que tenga
reconocida una cierta discapacidad, que no incapacidad, puede estar harta que
le roben pero no le permiten decir basta.
En verdad en verdad os digo, que todo esto que relato tal vez era mejor
no conocerlo para no sentir vergüenza de país.
Me viene a mente aquel dicho de W. Shakespeare: “En la vida tenemos dos
opciones: vivir informados o ser felices”.
A estas Altas Instancias del organigrama de nuestro Estado, con gran poder de
decisión, espero y deseo que hayan pasado unas buenas Fiestas Navideñas, una
Feliz salida y Entrada de Años, y esa
copa que les haya servido para brindar por ello, sirva también para abrir sus mentes
a la reflexión, y que el año que empieza les conduzca a dejar de cometer
errores de esta magnitud a la vez que arreglar los ya cometidos.
FELIZ AÑO A TOD@S
D. Robles
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