Corre el mes de mayo. Una sentencia judicial hace que en sus postreros
días el panorama político español de un vuelco impensable. Pedro Sánchez se dispone
a provocar un terremoto político con el que no cuenta en su mejor sueño.
Presenta y gana una moción de censura al sentenciado Gobierno. Tal vez al
partido que lo sustenta. Quizá mejor, a lo uno y lo otro.
Como efectos colaterales hay que destacar el descoloque sin precedentes que
nos ofrece la formación de Rivera del que todavía no supo salir y el movimiento
sísmico que sacudió al PP.
Mariano se va. El partido se desmelena y por primera vez en su historia;
lo que hasta entonces y en casa ajena era una algarabía se transforma en
veinticuatro horas en la columna vertebral de un PP desorientado tras la
negativa de Feijoo a asumir el deseado liderazgo: elección de su líder por la
vía de primarias. Primarias un tanto especiales en este caso, pero démosle la bienvenida. Por algo se empieza.
Está claro que las posiciones se defienden en función de lo que interesa
en cada momento.
Desde hace mucho tiempo los representantes del PP vienen
demandando que gobierne la lista más votada, sin embargo en casa hay que darle
la segunda vuelta para que las cosas sean como conviene.
La base social del Partido dijo mayoritariamente que quería a
Soraya Sáenz de Santa María y, haciendo también uso de su discurso tradicional,
se establece una coalición de perdedores para decidir que no, que el camino ha
de ser otro.
¿Para qué consultar a la militancia si después se hace lo que digan los
notables de la organización? Bases que por cierto, parece que no eran las
900.00 unidades de las que se presumía, sino más bien un puñado que no supera
los 68.000.
Mientras Sáenz de Santa María representa cierta sensatez y
madurez política. Casado es la viva imagen de lo contrario: populismo y tierra quemada.
¿Por qué los notables apuestan por este último? Pues
sencillamente porque el momento exige discursos duros, populistas y radicales
para conquistar ese electorado que está en fuga hacia quien lo viene
practicando con bastante éxito: Albert Rivera. Y aquí tal vez Casado sea quien
mejor encarne ese papel.
El giro hacia la derecha ultramontana del PP es evidente. El discurso del
nuevo líder deja claro su alineamiento con las posiciones más temerarias de las
corrientes xenófobas y reaccionarias europeas aunque traten de suavizarlo.
El momento actual está impregnado de
movimientos migratorios. ¿Qué mejor forma de aprovecharlo que hacer uso del
discurso más populista para crear opinión y asustar a la gente?
Sirva como ejemplo algún caso que siendo mentira, Casado no se corta un
ápice a la hora de ejecutar un discurso con gran solvencia: nos habla de
millones de africanos llegando a nuestras fronteras cuando sabemos que la
realidad es muy distinta. No por ello menos preocupante.
Nos habla Casado de la foto del Gobierno con el Aquarius cuando ningún
miembro del Gobierno hizo foto alguna. Hubo una decisión humanitaria aplaudida
por todo el mundo. Bueno, todo el mundo civilizado y con un mínimo de
humanidad. Sin embargo se pasea por Algeciras, y sí haciéndose fotos,
estrechando manos y contraviniendo el discurso de días anteriores (es decir, se
dice una cosa u otra dependiendo de donde se esté). Habla de adopción de
medidas de papeles para todos cuando nadie contempla tal cosa, y se envuelve la
bandera del españolismo haciéndose el duro en posiciones donde se necesita
cabeza, prudencia, discreción y tranquilizar ánimos en lugar de agitar mentes
facilonas.
Sigue de paseo, esta vez en Ceuta y sigue publicando fotos, pero no se digna
pasar al otro lado de la valla para conocer las causas por las que está alli
tanta gente; el camino de penurias que habrán recorrido para huir de la
miseria, violencia, guerras, etc. Ni tampoco una opinión sobre cómo evitar o
combatir las causas que provocan tal éxodo y desastres. No. Ahora toca fotos,
mensajes de terror y crítica sin cuartel al Gobierno.
Recupera a ETA y aunque haya desaparecido todavía se le puede sacar algún
rendimiento, así que a poner en marcha el ventilador sin mirar atrás ni tan
sólo de reojo a lo que hizo su partido cuando gobernó.
Discursos que ayudan a provocar tensión entre la ciudadanía,
odio, violencia y aversión al otro.
¿Cómo un aspirante a gobernante puede permitirse tal
ligereza?
¿Populismo?
Se le puede otorgar Máster en Populismo sin necesidad de pruebas adicionales.
Se le puede otorgar Máster en Populismo sin necesidad de pruebas adicionales.
Sí. Casado se casó. Tal vez estuviese ya casado pero ahora se
desposó. Se desposó con una hoja de ruta altamente preocupante.
Este hombre al frente de un gobierno rodeado de adláteres
obedientes es un serio peligro y amenaza para derechos fundamentales de la
ciudadanía española.
Su discurso le alinea con las corrientes más xenófobas y
reaccionarias de la actualidad europea aunque traten de disimularlo.
En Bruselas empieza a preocupar. Así lo trasladan.
Sáenz de Santa María es una persona con la que se puede estar
de acuerdo o no, pero resulta bastante palpable que es alguien solvente con
quien se puede tratar asuntos serios e importantes. La preferida de forma
mayoritaria por la militancia y también por el votante conservador como parece.
Los notables prefieren otro camino. Confiemos que les conduzca al
barranco como única fórmula posible que les sirva para refundarse como aspira
su Mesías, pero hacia la senda de la sensatez.
CASADO ES UN PELIGRO SOCIAL. ¡OJO!
D. Robles
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