miércoles, 2 de enero de 2019

ALCALDE A PESAR DE TODO


En la primavera del 2015 se celebraron las últimas elecciones municipales.
En Santiago de Compostela irrumpe una formación plural denominada COMPOSTELA ABIERTA (CA) y contra todo pronóstico se convierte en primera fuerza en la capital gallega. 
Llega un intruso al parque privado.

Descolocó y colocó a propios y extraños y obligó a los demás a buscar un lugar en un espacio que deja de ser cómodo y pasa a ser un tanto complejo.

El equipo de Gobierno surgido tras el resultado electoral comenzó su particular Camino de Santiago, y cuatro años después, con sus efectos y defectos, que seguro habrá algo de todo, pero sí con una línea de actuación bastante definida nos lleva a un punto en que se hace obligada alguna reflexión.

Me resulta poco edificante, y según de que hablemos hasta preocupante, escuchar cuanto escucho, ver cuanto veo, leer cuanto leo sobre alguien que cometió el delito de ganar unas elecciones.
A partir de aquí, habrá decisiones compartidas por unos y criticadas por otros, como siempre fue y siempre será, y eso no es malo.
Si hay algo que no debe quedar fura de la más absoluta crítica, repulsa y censura es la manipulación y la falacia como fórmula para conseguir un objetivo: ganar adeptos y opinión favorable para tratar de conseguir el desalojo de quien ganó unas elecciones.
¡NO TODO VALE!

Cuatro años de titulares y páginas enteras dedicados a manipular una realidad con el fin de crear una opinión en contra de un Gobierno. Páginas y mensajes incendiarios cargados de basura para consumo de quien dice amen a todo sin detenerse a reflexionar sobre la veracidad o no de cuanto recibe y el porqué de las cosas.
En algún caso de forma descarada y otro muy subliminal, todos orientados a un fin: acoso y derribo.

Hay que saludar los discursos discrepantes pero constructivos, con alternativas; y desterrar los de tierra quemada.
Valorar quien es capaz de trasladar mensajes propositivos y sosegados y censurar a quien alimenta la algarabía y tensión en la gente con un sólo objetivo: desalojar a un Alcalde de su despacho.

Este Alcalde supo construir un equipo de gente honesta. Nadie a día de hoy puede decir lo contrario. Algo que cotiza en política. ¡Quién lo diría verdad!
Podemos hablar pues, sin temor a equívoco, de un Gobierno compuesto por gente honesta. Puedo certificar por el conocimiento que tengo de ello de su compromiso y nivel de dedicación y trabajo, pero estas cosas no se dicen porque no interesa.
Es un Gobierno que sabe hablar con la gente y valorar opiniones antes de tomar decisiones. Que informa y comunica sobre acciones que afectan a un área determinada.
Hechos que se conocen poco o nada y tampoco difunden por los medios ordinarios, pero están ahí. Nadie hasta la fecha lo había hecho en la forma y tiempo que ahora.
Es justo decirlo, aunque no interese que se conozca.

El silencio suele ser cómplice y por ello  no puedo sentirme cómplice de lo que considero injusto, y guardar silencio ante el barrizal que alguien pueda pretender que pise.
Cada cual es libre de pesar como crea y defender lo que considere adecuado, pero ello nunca debe justificar la distorsión, el barullo, la confusión y el politiqueo de luces cortas.

Este Alcalde es coherente con su discurso y esto debe valorarlo hasta quien no esté de acuerdo con él. Ello no quiere decir que toda la ciudadanía deba aplaudir su acción de gobierno, ¡faltaría más!, pero en política suele ser más habitual discursar en un sentido para después hacer lo que se tercie.

Hace unos días la oposición se unió para no aprobar unos presupuestos con el único fin de cortar el oxígeno y tratar de impedir que el actual Alcalde tenga recursos para seguir trabajando. Por mucho que se empeñen en edulcorar el argumentario la realidad es tozuda. 

Resulta más importante una campaña electoral que el día a día del Municipio y su gente.
Este equipo de Gobierno tuvo la deferencia de presentar sus presupuestos a distintos colectivos sociales para conocimiento público de los mismos. Nadie hasta la fecha lo había hecho por lo que puedo decir que son, o eran, unos presupuestos muy defendibles.

Pongo tres ejemplos para ilustrar lo que digo:
Recogen apoyos a entidades para el desarrollo de sus actividades.
Recogen un aumento en ayudas sociales hasta los 111€ per cápita.
Recogen partidas para el desarrollo de infraestructuras vitales para la ciudad.
Espero que quien dijo no, sepa explicar su negativa.

Justifican ese no, en principio y por lo que escucho, en incumplimientos de CA, etc. 
Todos los grupos municipales tuvieron responsabilidad de Gobierno. ¿Cuál fue el nivel de ejecución presupuestaria en sus ejercicios? ¿Cuál el de incumplimiento? Tal vez no se recuerde ni interese. Ahora toca sacar el hacha del baúl.
La deuda municipal se redujo en estos años de cuarenta y cinco millones a veinticinco, pero tampoco se dice.

El PP siempre dijo no a los presupuestos, luego es coherente con su discurso y por ello no criticable
La pregunta de hoy a PSdeG y BNG es por qué el año pasado sí,  el anterior también, a pesar de las dudas y ahora no.
Cualquier justificación huele a disculpas de mal pagador porque hay elecciones.
Que tome nota quien quiera y cada cual sea consecuente con lo que haga.
A partir de aquí y hasta mayo nos queda mucho que escuchar y soportar.
Que la ley del silencio no sea efectiva.

                                                        D. Robles  

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