Resulta que, haciendo un ejercicio de transparencia y
responsabilidad nuestros cargos públicos dicen obligarse a publicar sus
haberes, ingresos y patrimonio, antes y después de ejercer un cargo.
Hay incluso quien habla de haber hecho un auténtico
streptease patrimonial.
Pregunto, ¿Sirve para algo tal manifestación de desnudez?
En primer lugar, a mí no me importa en absoluto los haberes
de los demás, ni me preocupa ni debe, entiendo; tampoco de los cargos públicos,
máxime cuando no sirve más allá de un
gesto a la audiencia y tal vez para
alimentar un poquito esa curiosidad, tan hispana, de interés por el
conocimiento de aquello que no le es propio.
A ver si nos damos cuenta, de una vez, que cuando una persona
hace público su patrimonio, lo hace de aquello que ya lo es, al menos de todo
cuanto el fisco o cualquier otro órgano regulador conocen o pueden. ¿Alguien se
le ocurre pensar que cualquiera de estas personas que pone sus bienes al
desnudo va a mostrar también lo que está bajo el albornoz, si lo hubiere?
¿Sirve esto para evitar las corruptelas tan comunes a los
desnudos?
De vez en cuando hay quien sale en los medios anunciando
medidas anticorrupción, libros blancos de buenas prácticas, etc. ¿Quién de
ustedes cree que esto sirve para algo? El autor de este comentario afirma que
no sirve para nada, sólo son gestos para aparentar que hacen pero en realidad
es lo que coloquialmente denominamos “tiros
al aire”.
Si realmente hubiese interés en acabar con esas prácticas tan
interesantes bastaría legislar de forma adecuada. ¿Por qué no se hace? ¿Afectaría, entre otras
cosas a la financiación, llamémosle no transparente, de sus organizaciones? Y
de paso a ¿Alguno de sus ejecutivos?
Bastaría con una ley que condenase de forma clara, concreta y
contundente tales prácticas, de manera que, a quien se le pegue algo de lo ajeno
le correspondiera una pena tan interesante como lo pegado, a la vez que en
tanto en cuanto no devolviese hasta el último céntimo estuviere privado de
libertad. Si así fuera, tal vez hiciese reflexionar un poco antes de sucumbir a
la tentación, pero como los libros
blancos habidos hasta la fecha permiten que quien se lucra de forma indebida,
con una ligera estancia en habitat sombrío, en el mejor de los casos, cumple y después
a disfrutar de lo logrado, así estamos.
¿Nunca se pararon ustedes a pensar y les llama la atención
por qué nadie da un paso en elaborar una norma contundente
anticorruptelas?
Entenderán por qué, quien suscribe, cuando escucha los
anuncios de declaraciones patrimoniales, no les presta la menor atención.
Si hablamos de retribuciones, observo que la ciudadanía, en
uso razonable de su cabreo demanda reducir en la mitad o más los honorarios de
sus señorías, entre otras cosas. Me parece oportuno, en este apartado, reclamar
un poco de calma y decir que no debemos sacar las cosas de contexto; me
explico:
A mí no me preocupa que sus señorías tengan una retribución
digna, puedo aceptar más o menos alta si su trabajo responde a las expectativas
puestas en ellas y con ello se dieran por satisfechas. No creamos que éste sea un problema real que
tenemos como sociedad, ni tampoco va a influir de forma importante en la
economía nacional, es más, pienso que deben tener una buena retribución,
siempre y cuando se dediquen a aquello para lo que fueron elegidas.
El problema lo encontramos cuando al margen de esto ocurre lo
que vemos con demasiada frecuencia, ancha es Castilla y como dijo alguno, “yo
vine a la política a forrarme”. Esto es lo que resulta intolerable y donde hay
que decir ¡basta ya!
- Sí creo que hay que exigir reformas en aquellos conceptos que suponen una serie de privilegios que no se justifican puesto que son ciudadanos como todos los demás. Cotizarán en función de sus ingresos y al terminar su actividad pública, que debiera ser temporal, vuelvan a su trabajo y sigan cotizando ¿O no?
- No entiendo por qué una persona por ser parlamentaria o cargo público tiene una normativa jurídica diferente al resto de ciudadanía, no llegaron de Marte ni de un estadio sobrenatural ¿Qué es eso de bordear la justicia en base a un tal aforamiento?
- Legislar ya y penalizar la difamación. Veo con demasiada frecuencia su práctica. Al resultar gratuita, su uso permite el dicho, "embarra que algo queda” y hay señorías expertas en barrizales.
En resumen, ni declaración de bienes, ni libros blancos o
azules, sí a retribuciones dignas, también adelgazamiento importante de
administraciones y cargos y para lo demás LEGISLACIÓN.
D. Robles
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