lunes, 8 de septiembre de 2014

"HACIENDA SOMOS TODOS"

Pues sí, “Hacienda somos todos”: Esto es lo que nos dicen, y a poco que reflexionemos nos hemos de dar cuenta que es así. Lo que no se dice es en qué medida lo somos, todos y cada uno.

Si analizamos el concepto en su sentido más básico, pienso que haya pocas personas capaces de no interiorizarlo, asumirlo y comprometerse con él.

Hacienda, es el recaudador de impuestos, la caja del Estado, que hace acopio de recursos que después distribuye, y sirven para poder tener y mantener los servicios públicos, básicos e indispensables que hacen que una sociedad avance de una forma racional, equitativa, solidaria, etc. Han de servir para cubrir las necesidades de la ciudadanía en general.

Si esto es así. Solamente aquellos individuos egocéntricos e insolidarios que no ven otra cosa más que su ombligo, están en disposición de vulnerar tal principio y por tanto, no cumplir con él.

Nuestros impuestos sirven para tener sanidad, educación, seguridad, comunicaciones, transporte, etc.

Cuando hacemos uso de alguno de estos servicios, o de todos, sin un coste adicional, es muy común interpretar y afirmar que ese servicio es gratuito, cuando esta percepción es un abultado error de consideración, dado que lo estamos pagando a través de esos impuestos, de esa “Hacienda somos todos”, luego nadie debe decir que tenemos servicios gratuitos. ¿Hay excepciones?, es posible, pero la regla es la regla y la que debemos considerar.

Lo expuesto hasta aquí es lo que debiera ser, entiendo, y también que, quienes en cada momento concedemos la responsabilidad de gestionar esos recursos, lo hicieran de una forma seria, rigurosa y honesta.   

Ahora viene otro apartado: ¿Qué se hace con nuestros impuestos? ¿Sirven y cumplen fielmente el objetivo de su recaudación? Cada cual, extraerá la conclusión que crea.
La mía es la que expongo a continuación:

Considero que formo parte de ese gran número de personas que no le da lo mismo todo, que le preocupa lo que hay a su alrededor, que le preocupan los demás, puesto que parto de la convicción de algo tan sencillo como que el entorno que me rodea forma parte de mí y yo parte de él, luego no me debe ser ajeno.
 No me preocupa pagar impuestos, es más, creo que debo hacerlo, de manera justa y equitativa a mi realidad, por supuesto, de la misma manera que debiera ser religión para todos; pero, ¿Es así?, pues no, y si no lo es ¿Se puede entender que la gente se revele?, entiendo que es más que legítimo.
A veces, la Ley no es razón, es sólo ley.

Un contribuyente cuyos ingresos provienen de su nómina ha de pagar “x”, lo dice la ley, y también hay que decir que va a ser difícil que se escape 1€ de su contribución, mientras que un acaudalado del IBEX 35, pongo por ejemplo; uno de tantos donde elegir, bien a través del impuesto de sociedades, bien por medio de las SICAV, o cualquier otro subterfugio, que con carácter legal, otorgado por el poder establecido, que al fin y al cabo son los mismos, pueden contribuir pagando un 1%,(de lo declarado) a lo que hay que añadir lo que exportan para no pagar nada, porque pueden.

Veo estos días a una tal Ferrusola a quien esa Hacienda le debe devolver 2100€, más o menos, mientras que un joven parado debe pagar 1800 por ese IRPF.

Paso a creer que tenemos un sistema con enormes desajustes. Aquí hay algo que está fuera de su sitio. Algo que no está bien, puedo incluso llegar a la conclusión que a mí como ciudadano normal me están estafando, quién sabe si robando, de forma legal eso sí, para hacer uso de mis recursos no para el fin que debieran y reflejo en la primera parte, sino más bien para mantener el abuso de unos, la desvergüenza de otros, la avaricia de todos ellos y el uso desmedido y fraudulento de unos depravados dirigentes sin escrúpulos que son capaces de modificar leyes si fuera preciso para facilitar el desaguisado. Entre tanto, esos servicios financiados con estos impuestos se ven menguados de recursos y con dificultades de mantenimiento. Es decir, ahora pago impuestos para tener unos servicios que puedo no tener, y no por falta de esos recursos como nos tratan de hacer ver sino por otros motivos bien diferentes.

 Con nuestros impuestos se llevó a cabo el proceso denominado de saneamiento del sector financiero, tras el crac causado por la impecable gestión de sus dirigentes, que para mayor inri salieron de sus puestos: con los bolsos llenos, las entidades vacías, nuestros impuestos a disposición del difunto, y una vez resucitado,  regalarlo o casi a otros depredadores del sistema.

Luego: ¿Hacienda somos todos?, ¿O más bien muchos somos la Hacienda de pocos?

Ante este panorama, entiendo y justifico a quien se niegue, como acto de rebeldía,  a pagar impuestos, aunque creo que el camino más adecuado no es renunciar a este deber. Veo más coherente, aunque también más complicado, tomar conciencia suficiente para sacar de nuestros telediarios a tanto “mangante” que hay, viviendo a nuestra cuenta y facilitando la perversión del sistema.

Por si fuera poco, con el sello Gobierno de España, nos deleitan con anuncios publicitarios para convencernos del pago de IVA ¿Lo recuerdan?, ¡Hay que tener valor!


                                                                                  D. Robles

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