El día 4 de enero publiqué mi última reflexión, dedicada en este caso a la etapa que se abre en Grecia. Dije, que intuía que habría un momento que desde Europa, en este proceso se iban a verter amenazas con el fin de asustar a la ciudadanía para que vote una determinada opción y se aleje de otras.
No pasaron 24 horas y
dio comienzo el baile. Merkel, si cortarse un ápice ya quiere expulsar a Grecia
si gana Syriza, Holande un poco más suave, pero también enseñó el colmillo y
así sucesivamente irán produciéndose las secuencias.
Esta Vieja Europa no
deja de asombrarme. Al conocido gigante económico (eso antes), y enano político
(tal vez, antes ahora y después) hay que sumar la situación actual, donde la
gendarmería, dueña y señora del cortijo ordena y manda sobre todo lo que se
mueve a su alrededor.
Según estos criterios,
en los distintos países de Europa sólo pueden gobernar dos opciones que, en
mayor o menor medida son obedientes. Es indicativo de estabilidad, dicen. Me
pregunto qué estabilidad, para quién y a costa de qué.
Próximamente hay
elecciones en Grecia. El pueblo griego dirá quién quiere que sean sus
representantes. El resto, incluida Alemania, a respetarlo y acatarlo y si a la
Sra. Merkel y Cía., no les gusta algún resultado, tendrán dos trabajos:
cabrearse y des-cabrearse, suponiendo que sea el caso. Lo que resulta
intolerable a todas luces, es que trate de imponer a un país el gobierno que a ella le
interesa. Le recomiendo que mire un poquito a su alrededor y si hoy, Syriza
tiene la fuerza que parece tener y en el resto de Europa, también florecen
formaciones, en algún caso más que preocupantes, es debido, en gran medida, a
sus políticas insufribles. Repito lo dicho en otra ocasión: cuando aprietas a
la gente más de lo debido, que nadie se sorprenda que salte. Si algo así ocurriese,
que tengan la decencia de no culpabilizar precisamente a quien estalla. Decía
Martin Luther King “el alzamiento es el lenguaje de aquellos a los que nadie
escucha”. Que tomen nota, no se asusten, y menos todavía, asusten a la gente.
Dice Ángela que si gana
Syriza, Grecia tendrá que salir de la Unión y del Euro. Sentencia absoluta. Da
por sentado una realidad que no sabe si se va a producir o no. Si resulta que
gana Syriza, que tanto teme, su obligación será sentarse a hablar, y sobre todo
a escuchar, algo de lo que parece anda un poco coja ¿Piensa esta mujer y quien
la secunde que no hay vida más allá del Euro? ¿Debe gobernar quien ellos dicten
en todos los países de la Unión para que todo esté bien? Recuerdo cuando en
Italia se “cargó” el gobierno y entronaron a M. Monti, ya vimos qué arreglaron
y curiosamente nadie movió un dedo. Algo inaudito. ¿Para qué necesitamos
elecciones? Será para dar carácter formal a un paripé. ¿Es esto democracia?, ¿O
más bien democracia a la europea?
¿Méritos de Monti? Sin poner en duda ni cuestionar
los que su formación le otorgan, que presumo importantes, me da el olfato que
el mayor mérito es su vinculación a los grupos de poder real, entre otros, ese
del que hablé el otro día que ayudó a la Grecia de Karamanlís a presentar sus
cuentas falsas. Tal vez sea este el tipo de gobernantes que necesita Merkel
para que todo esté bien y estable.
Yo en su lugar sería
algo más prudente, no vayamos a encontrarnos con un remedio peor que la
enfermedad. En la hipótesis poco probable que eso ocurriese, (que Grecia
saliese del euro y de la Unión) las consecuencias sí que podrían ser
preocupantes para todos. Después, no busquen culpabilidades en los demás. Tanto
Merkel, como Holande, también J. C. Juncker y quien corresponda, les recomiendo
menos nervios, más sensatez, menos amenazas y más diálogo y cabecita. Esa
cabecita que no sé muy bien donde la tienen viendo lo que están haciendo. O tal
vez sea más propio decir que si sabemos dónde la tienen.
Es preceptivo exigir
respeto. En Grecia o el país que sea, deberá gobernar quien su ciudadanía decida.
No quien diga Alemania o Goldman Sachs. Si quieren hacer campaña, me parece muy
respetable, que se desplacen al terreno y acompañen a sus homólogos, canten sus
mensajes y sobre todo, no mientan, aunque esto sé que es pedir demasiado.
Aquí, en este tablero,
no está en juego el pueblo griego. Estoy convencido que les importa más bien
poco, lo que se juega es el imperio del dinero de unos cuantos; de los
gendarmes del orbe. No vaya a ser que cunda el ejemplo y se encuentren con un problema.
La ciudadanía hace años que nos encontramos con uno muy serio y aquí seguimos,
soportando mentiras, vulneración de derechos y destrucción, lenta pero segura
de nuestra estructura social. No pueden pretender que además sea en silencio.
D. Robles
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