miércoles, 1 de abril de 2015

CARTA ABIERTA A UN GURÚ

Sr. D. Luis Garicano:

Me hago eco de unas manifestaciones suyas recientes en torno a las infraestructuras del Estado en el ámbito de las comunicaciones.

Hace años que vengo escuchando un discurso similar proveniente del nacionalismo catalán, al que he de decir que presto la atención justa.

Me sorprendió y bastante escuchar de usted tal posicionamiento alineándose en esta dirección.

Vaya por delante, sólo faltaría, que no pongo en duda ni cuestiono su formación y conocimiento, lo que no hace que quiera y deba disentir y si me permite la diligencia, criticar su opinión al respecto.

Me preocupa más si cabe, después de erigirse en una voz autorizada en el área económica dentro de una formación como Ciudadanos, llamada a generar interés, simpatía y expectativas como estamos comprobando.

Dijo usted en una ocasión: “A ver, parad un poco a pensar….”
Pues bien, me permito reproducir su discurso y digo: “A ver, párese un poco a pensar”

Dígame en primer lugar Sr. Garaicano: para usted, ¿La economía debe estar al servicio de la ciudadanía, o es ésta quien debe estarlo al servicio de la primera?

La red de alta velocidad está concebida, eso nos dijeron y así debe ser, para vertebrar un territorio y comunicar a sus habitantes. Es un elemento más de desarrollo económico. ¿Por qué se empeña usted también, en considerar el noroeste peninsular de segundo nivel?, ¿Es un despilfarro para usted desarrollar la alta velocidad en esa parte de España y una inversión en el resto?

Hay algo que no debiera admitir discusión: La economía ha de estar al servicio de la ciudadanía.

Se puede discutir si hay recursos o no, por qué, si son suficientes y como se gestionan u optimizan, etc. Usted de esto debe saber algo.

Los servicios públicos han de crearse para eso: prestar servicio al ciudadano. En el área del transporte no todos son económicamente rentables, lo damos por sentado. Usted sabe muy bien que, aquel que no lo es, es compensado con aquellos que sí lo son. Una línea de autobús, pongo por ejemplo, puede no dar beneficio económico, sin embargo hay una complementaria que cubre ambas y se contribuye a dar respuesta a una necesidad social, lo que a su vez convierte en rentable.
Nadie, Sr. Garicano, puede ser condenado a un aislamiento social por intereses, más economicistas que económicos.

 Sr. Garicano: La alta velocidad es un servicio de transporte público. Afirma usted la no rentabilidad “económica” del ave que conecta la periferia noroccidental con la meseta, es decir, con el resto del territorio nacional.

Si así fuere, tal vez debiera usted y quienes defienden tal improperio buscar fórmulas para que lo fuese si esa es su preocupación. Su formación debiera servir para esto, máxime cuando asesora a un partido con aspiraciones de gestión.
Probablemente sea más interesante buscar y conseguir esa rentabilidad que dejar las cosas sin hacer.
¿Es posible?, Creo que sí: es cuestión de pensar un poco.

Además: tengo la impresión que esta concepción y posicionamiento hacen un flaco favor al partido que usted asesora: Ciudadanos. Habrá que verlo.

Concluyo sr. Garicano recordando una vez más sus palabras: “A ver, párese un poco a pensar”

                                                                            Atentamente

                                                                             D. Robles




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