Sigue el recorrido por el laberinto de la política, y en lugar de
encontrar ese pasillo que conduce a la salida, parece que el revoltijo que hay
en el interior hace disfrutar a los participantes en el juego. Cruzan un arco
para acceder a la sala de al lado y hay casos que da la impresión que
encontraron al mismo diablo porque salen con el pelo erizado (quien lo tiene).
Otras se les ve joviales, tal cual hubiesen alcanzado un premio. Al final lo
que queda, es que siguen recorriendo los pasillos de Dédalo sin encontrar la
salida.
Tengo la intuición que entramos en una semana clave para saber qué va a
pasar en el futuro inmediato de nuestro país y por tanto, de nuestras vidas.
Se escenifican apuestas, órdagos, fotos, seguro que también negociaciones
en trastienda (esto no trasciende). Todos los ingredientes típicos de una buena
ensalada.
No se preocupen ni tampoco incomoden. Es parte del juego.
Mientras tanto, siguen viendo la luz bandas y bandidos, y como si nada
ocurriese seguimos en el día a día, dando cobijo a la delincuencia y buscando
respuesta en casa del vecino.
Causa cierta tranquilidad que por fin, Jueces y Policía – Guardia Civil, dan
pasos al frente y no se arrugan ante la delincuencia organizada.
Sigue sorprendiendo ver, cómo presidentes y ex - presidentes siguen sin enterarse
de lo que pasa en su casa. Los malos son los otros y levantar sus posaderas de
las sillas también es algo que se
recomienda a los demás.
Siento dos sensaciones contradictorias: por un lado me sonroja la
pertenencia a este país y por otro me hace sentir orgullo. ¿Por qué? Porque
estoy convencido de vivir en un país muy
grande. Resulta increíble ver cómo sigue en pie y de qué manera en medio de
tanto ladrón, golfo, salteadores de camino, y muñidores del bolsillo ajeno.
¿Se imaginan España sin toda esta tropa? A la que hay que añadir, por
supuesto, los grandes personajes de negocio que no pagan impuestos, exportan su
dinero, etc. Estaríamos ante una potencia de primer orden.
Por mucho empeño que pongan en convencernos de lo que interesa, a través
de sus adláteres mediáticos, la gente cada vez es más consciente de una
realidad que podrán pintar del color que quieran, pero que va conociendo el
verdadero tono. Ahora sólo falta que sepamos reaccionar con suficiencia.
Tal vez por esto es importante colocar barreras en el acceso a la
educación y la cultura. Ya sabemos que un pueblo culto y rico en educación es
difícil de manejar.
Robín Hood, fue un personaje que forjó su leyenda en la Gran Bretaña de
finales del S XIII y principios del XIV. Robaba a los ricos para repartirlo
entre los pobres, se dice. Ahora, siete siglos después, estamos en una etapa
similar pero al revés. Se saquea a los pobres para que engorden los ricos. ¡Que
viva el vino!
Y así, seguimos fijándonos en cómo hacer para formar gobierno, o cómo
para no dejarlo: con secuencias que necesariamente tendrán que formar parte de los reglamentos de urbanidad como ejemplo de lo que no se debe hacer, además de las
hemerotecas históricas. Para muestra la cita de ayer día 12, entre Pedro y
Mariano. ¿Por qué Mariano no habrá quedado en su bunker? Al menos no habría
dado lugar a escenificar su falta de gusto y educación.
¿Sabremos salir del laberinto?
D. Robles
No hay comentarios:
Publicar un comentario