Cuarenta y cinco días después del 20D seguimos asistiendo al juego de
pactos, impactos, tal vez infartos y partos que no acaban de romper aguas.
Una nueva versión de negociación. Ahora hablan de forma virtual. Los
actores principales se comunican a través de “tweet”, tal vez por “face” y
cualquier otra forma que no sea sentarse a hablar como personas normales y
civilizadas. No. Mejor a través de mensajes mediáticos. A ver quien resiste más
la presión del o de los otros, quien flaquea antes, o también ver cómo se puede
dinamitar cualquier opción de gobierno para ir a unas elecciones, porque ello
puede interesar a unos más que a otros.
Situación más propia de una viñeta de
Forges que de la realidad misma.
Es el escenario que nos dimos los españoles,
así que, veámoslo desde la perspectiva de lo que supone de aprendizaje dado que
pasará a los documentos de la historia de España y se repetirá; ya lo verán.
Mariano sigue en estado puro, fiel a su estilo: ni sí, ni no, ni lo otro; agachado hasta que escampe
la tormenta. Habrá una ocasión en que esa estrategia deje de funcionar. Tal vez
sea esta, o no, si de nuevo hay elecciones de las que puede salir algo fortalecido,
aunque no suficiente.
Pedro da un paso al frente y dice:
¡Ahí voy yo! ¡Salga el sol por donde quiera! Hay que reconocerle valor para
que, en un momento como este de un paso adelante.
El toro a lidiar es tan bravo que para sí lo quisiera un diestro de raza.
Por la derecha atacan, por la izquierda también y desde el salón de casa mejor no
hablar. Veo en éste, el riesgo de la peor cornada.
El socio más posible del tablero, Podemos, está un poco subido y su líder algo pasado de frenada.
Un buen día presenta una propuesta de gobierno sin hablar,
al parecer, con su hipotético socio y lo ve normal, y cuando Pedro dice que lo
suyo es responder con respeto, lo hace en los términos que conocemos, y en este
caso, creo que bastante defendible, dice Pablo que mal empezamos.
Sr. Iglesias, ha de centrarse un poco. No sé si los hechos le sobrepasan
o cual es la causa pero lo veo un poco fuera de contexto. Eso no gusta. No le
favorece, más bien le resta. Usted sabrá, pero si corre tanto, tal vez en lugar
de asaltar el cielo pinche el cohete y ya sabe qué pasa después.
Prudencia señor Iglesias, prudencia. Prudencia y discreción han de ser siempre
elementos de buena compañía. En política más si cabe. Y si su apuesta es nuevas
elecciones ¡Cuidado!
Si está aquí para cambiar las cosas,
empiece por el principio. Convénzanos de ello. Ese principio es no cometer los
mismos pecados que aquellos a quien tanto critica, y percibo unos tics que se
parecen bastante a esos de los que la ciudadanía está un poco harta.
El cielo no se asalta, se conquista: con razones, motivos y gran dosis de convicción y moderación.
El cielo no se asalta, se conquista: con razones, motivos y gran dosis de convicción y moderación.
Ese destino que te ofrece una sonrisa,
también te puede dejar compuesto y sin novia.
Albert sigue navegando entre dos
aguas y corre riesgo de terminar ahogado. Creo que sigue sin hacer la digestión
del 20D y sin darse cuenta de la composición de la España que pretende dirigir.
Si no hay consciencia de esa realidad que se quiere gestionar, mal vamos.
Dice el equipo de Albert que con
Podemos ni a tomar café y cuando desde Podemos dicen que con C´s no es posible
coaligarse se molestan y les critican. ¿Estarán jugando al escondite o será
fruto de los nervios del novato?
Quien se muestra en situación de tener los pies más en la tierra, coherente
y consecuente, en mi opinión, es Alberto
Garzón. El más joven del tablero y parece que en posesión de la cabeza mejor colocada.
En fin. Toca pactar. Ya veremos qué y cómo y si al final hay
parto o aborto.
D. Robles
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