La noche del 20 de marzo del año 2003, el fuego aliado surcó el cielo Iraquí
llenando su firmamento de fuegos artificiales.
EEUU al frente y Gran Bretaña,
España, Polonia y Australia, fueron los grandes valedores de aquella lucha
contra las armas de destrucción masiva y un tirano que acosaba a su pueblo. Es fácil recordar aquellas causas que justificaban la invasión.
Que Saddan Hussein era un tirano repudiable,
no seré yo quien lo ponga en duda, lo mismo que, puestos a luchar contra
tiranos y tiranías tenemos a nuestro alrededor un abanico de posibilidades al
que no vamos a ser capaces de dar abasto. Las hay y los hay, hasta amigos.
Recuerdo aquellos días en que, en
alguna tertulia había quienes manifestábamos nuestra percepción de los hechos,
bastante ajustada a lo que fue, y quienes se sumaban a la versión oficial. El
tiempo suele ser testigo y colocar las cosas en su lugar; aunque esos tiempos a
veces son muy largos y dejan demasiadas víctimas en el camino.
Hoy, trece años después y tras una
investigación de siete, llevada a cabo en Gran Bretaña, conocemos detalles que
de alguna manera ya sabíamos y son la confirmación de la tropelía.
Hay que decir que estas investigaciones se pueden esperar en países como
Gran Bretaña. Imaginen tal posibilidad en España: antes nos cargamos a 27
jueces que consentir una sombra sobre el poder.
Gordon Brown, correligionario de Blair promovió la investigación. ¿Se
imaginan este escenario en España?
Pues bien: el informe “ IRAQ INQUIRY”, conocido como “INFORME CHILCOT”, en honor a su líder, Sir
John Chilcot, no deja lugar a dudas. Considero destacable que no se presenta
como una “vendetta”, como fácilmente ocurriría en España, sino como análisis de
errores y fallos a no repetir.
Aquí, hay quien sigue empeñado en
defender al Sr. Aznar en su firme decisión, y también insistiendo en que España
no estuvo en la guerra. Ahora sale a la palestra, nada menos que quien fue Ministro
de Defensa entonces, y afirma tal cosa con una rotundidad que hasta parece cierto. También sus aliados de la comunicación erre que erre, discutiendo si
las fechas del viaje de nuestros soldados eran coincidentes con las bombas, con
sus consecuencias, o no se sabe bien cuando. ¡Cual será la diferencia que
pretenden justificar!
“Señores oyentes, entérense ustedes
que había armas para destruir el mundo, y que España no estuvo allí”. Nuestros
soldados fueron de excursión, Irak les coincidió en la ruta e hicieron un alto.
En sus mochilas llevaban un picnic para fin de semana.
Once soldados españoles murieron, uno
ejercía misión civil, y también dos periodistas, uno de ellos claramente
asesinado, pero debió ser un efecto colateral sobre el que es mejor echar
encima la tierra que supone el paso del tiempo.
Este informe nombra 24 veces a Aznar,
también habla de las maniobras comunicativas de él y Blair para tratar de hacer ver a la
opinión pública que estaban buscando evitar lo que en realidad estaban
empujando, hasta el punto que nuestro líder presionó para no esperar a una
segunda resolución de Naciones Unidas, no fuera a ser que les aguaran la fiesta.
Ese líder que actuó para gloria propia, le importó un pepino el país ni
tampoco donde lo metía, era más importante su ego que cualquier otra cosa.
Recodarán cómo en su visita a EEUU y en el rancho de su amigo: el que fue
Presidente más torpe y patético de la historia de los EEUU, al día siguiente de
poner los pies en esa tierra ya se le había pegado el acento tejano. ¿Será tal
vez, porque es tan lúcido como su anfitrión?
En octubre del 2015, Tony Blair salió en público, tal vez empezó a
conocer algo sobre el informe que se estaba elaborando: reconoció su error y
pidió disculpas, no sirve de mucho pero es un paso, también G. Busch reconoció
errores, todos lo hacen menos José María Aznar que sigue encumbrado en su
pedestal del saber y situado por encima del bien y del mal. Para variar, Mariano
Rajoy preguntado por el informe, no sabe no contesta, es lo habitual, ¿alguien
podía esperar otra cosa? Mariano no se entera de casi nada. Se limita a decir
que hace ya mucho tiempo de eso: ¡ala! Ya está, y por tanto mejor “no menealo”.
No quiero pensar, aunque es fácil adivinar su discurso, si quien llevase a
efecto tal acción se llamara Zapatero en lugar de Aznar: ya habría leído, o se
lo habrían hecho, el informe al completo y…………
También Blair reconoce, que esa acción provocó que hoy tengamos en activo
un grupo terrorista como es el EI y que estemos viviendo el momento que nos toca,
amén de otros hechos sobre los que no es necesario ahondar porque debieran ser
conocidos por todos. Alguno de nuestros líderes sigue insistiendo que hoy el
mundo es más seguro que antes y ustedes seguro que lo creen, ¿me equivoco?
Que los actores principales reconozcan el atropello, es un paso, pero no
sirve, es mucho el daño, sufrimiento e inseguridad que crearon en todo el mundo
y sobre todo en los países en que se intervino.
Tal vez en los propios países sea difícil hacer justicia, por lo que hemos
de confiar en la justicia internacional, que sea capaz de llevar a estos
personajes ante los tribunales y ser juzgados por lo que hicieron: crímenes de
guerra y atentado contra la humanidad. La no impunidad advertiría a futuros iluminados
a pensarlo bien.
D. Robles
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