Pasó el día D y la gente habló. Se expresó en la forma que mejor se puede
hacer: emitiendo veredicto a través de las urnas.
La base social del PSOE dijo con claridad y de forma rotunda qué Partido
quiere y también cual ha de ser su hoja de ruta. A partir de aquí quien no
sepa leer el resultado tiene un serio problema. También, quien esté
haciendo cábalas para ver como se puede invertir ese resultado y jugar a la
contra ha de pensarlo bien antes de empezar.
Mucho hablaron los llamados “Notables”.
Mucho daño hicieron a su Partido. Dijeron tanto cuanto imprudentes fueron.
No fue suficiente trabajar en contra
de su Secretario General: el mismo a quien habían
encumbrado poco tiempo atrás frente a quien se suponía con más criterio y por
tanto más difícil de manejar. Sentían además
la necesidad de hacer valer su interés. A este S. G. no le estaba
permitido tener criterio propio.
Bien se sabía que había sido puesto
de forma transitoria hasta que llegase el momento de Díaz. Pues bien, esos Notables
se habrán dado cuenta que lejos de ser eso, notables, su base social les indicó
un camino.
Notables: buena definición
La primera lectura clara que deben
extraer es que aquella opción que ellos defienden no corresponde con la que la
sociedad espera y demanda, por lo que deben empezar a reflexionar con prontitud la posibilidad de
echarse a un lado de una vez o, en todo caso, seguir los pasos del “ilustrado” Corcuera.
El PSOE es un Partido necesario para España. Elementos como este último también
lo son, pero fuera de él para permitir que vuelva a conectar con la sociedad; o
al menos para no impedirlo. Ellos son los auténticos responsables de la
desconexión con esa sociedad que le es o
era afín.
Son responsables en su mayor medida del descalabro que sufrieron unas
siglas históricas, y sin dejar de reconocer el trabajo hecho y su aportación a
la vida del país por parte de quienes tuvieron la responsabilidad y compromiso de hacerlo, llega un momento en
que la posición adquirida les aleja lo suficiente de esos valores que
defendieron en otros tiempos, por lo que hay que decir: gracias por los servicios
prestados pero llegó el momento de echarse a un lado, y hacerlo de verdad.
Recuerdo muy bien aquella expresión de González referida a los ex presidentes cuando dijo que son como jarrones chinos, que no sabes muy bien donde colocar porque en todas partes estorban. Pues esto es en lo que se convirtió el Sr. González y otros, en auténticos jarrones chinos, y lo que es peor, defendiendo unas posiciones que nunca hubieran hecho tiempo atrás.
Tanto él, como otros santos barones, después del domingo 21 de mayo que
seguro quedará fijado en sus retinas sólo cabe esperar que sepan hacer una
buena lectura de la situación y actuar de forma consecuente.
Page: ya está tardando en serlo después de haber marcado su propia hoja
de ruta.
Lambán: ¿Representa este personaje a un PSOE histórico, socialdemócrata o socialista?
No creo que Sánchez se dedique a ajustar cuentas aunque motivos le sobren
después de lo vivido, es más, no sería bueno. Su misión es otra y hay que
entenderla. Pero hay muchos personajes en este Partido que si deben tomar nota
de lo que su gente dijo y aplicarse el cuento.
El alcalde de Vigo, que siempre pensó ser más importante de lo que
realmente es, después de haber visto cómo en su casa, su gente le dijo no,
parece que enmudeció. No le he vuelto a escuchar grandilocuencias dialécticas
ni instrucciones en forma de opinión.
Otro barón gallego, Patxi Vázquez: desde Orense dice que no puede
entender como la gente socialista pudo votar así. En esto estoy de acuerdo con
él. Claro que no puede entenderlo, y precisamente como no lo entiende, si debe
entender que su mundo no es el mismo que el de su gente por lo cual también ha
de entender, que al igual que el resto ha de aplicarse el cuento: hacerse a un
lado y cuando menos no estorbar, ni impedir que la gente trabaje. ¿Será capaz
de entender esto?
Sr. Vázquez la gente socialista tuvo que votar así, o en su caso a su
tocayo, pero no a Díaz que usted con tanto empeño defendió, y me parece
legítimo, ¡faltaría más!
Pero esa opción, hay que reconocer, que no parece muy socialista o socialdemócrata:
como quiera. Representa algo muy diferente.
Voy a decir algo más. Ahora que está tan de moda hablar de populismo con
el único fin de desprestigiar a terceros sin saber muy bien qué significa tal expresión,
eso es lo que ejerce la Sra. Díaz de forma notable: populismo.
Larga y ardua tarea queda por delante al nuevo equipo que se constituya.
Tendrá que trabajar duro mirando hacia fuera y lo peor, también hacia dentro.
Escuché decir a esas baronías que ahora toca remar todos juntos con su S.
G. y así debiera ser.
Permítanme que al menos en algún caso lo dude. Veremos
D. Robles
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