Es habitual hacer uso de apelativos para referirnos a otros –
otras: bien sea en clave de humor, bien con un poco de mala uva.
Sea cual sea el caso, haber visto estos días el término "Sultana” referido a Susana Díaz, me supuso cierta gracia por un lado y vi muy
apropiado por otro, por lo que decidí titular este comentario de tal guisa.
El PSOE se encuentra en la recta final de su cónclave
interno. Hoy, más preocupados de mirar hacia dentro que a la calle, cuando lo
fundamental en política es esto último, pero en este caso creo comprensible
puesto que es mucho lo que se juega un Partido de la trascendencia e importancia
del PSOE.
De los tres aspirantes en liza, la denominada Sultana es la máxima expresión en este momento del juego político al estilo clásico: decir lo importante que es la ciudadanía cuando en realidad lo que tiene en su mente es el control del poder para seguir siendo útil al sistema que sustenta tanto a ella como a las grandes figuras que la amparan. Basta ver la intensidad desplegada por estas viejas glorias: Felipe, Rubalcaba, Zapatero, Bono. Todos, incluidas las baronías se encuentran en estado de alerta en prevención de la amenaza.
¿Qué principios representan hoy estas señorías?
Creo que se puede afirmar sin temor a equívoco, que los
principios que estas siglas representaron en un momento de la historia, con
estos personajes al frente, fueron evolucionando y dando paso a otros valores,
que no principios, que hizo que se alejasen cada vez más de su esencia (esto sí
es un bandazo), y es eso lo que hay que preservar sobre todas las cosas. La
“Sultana” Díaz es la apuesta para que no sufra el status que representan.
Ilustrativo es y mucho, que medios de comunicación como ABC y
LA RAZÓN se alineen a EL PAIS (recuerden que de este último el Sr. Rubalcaba es
Consejero) y empiezan a opinar tan bien de Díaz como "estopa" reparten a Sánchez.
Es un dato que tanto los militantes y votantes en clave
interna, como los votantes del PSOE en general deben considerar y extraer la
conclusión debida. Un dato que debiera ser
concluyente.
¿Será que Sánchez puede no ser obediente y por tanto una
amenaza? ¿Será que Sánchez y los suyos se dieron cuenta que hay que mirar a la
calle y a este partido se le olvidó esa mirada?
Política y medios de comunicación van de la mano. Se
retroalimentan. Tengan en cuenta, que si no es por los fondos que reciben de
las distintas administraciones la mayoría habría desaparecido.
Medios de comunicación y poder económico se emplean a fondo
para que no sufra su status.
¿Quién en este caso garantiza esta opción? Está claro: Susana
Díaz.
Tras el debate llevado a cabo en Ferraz, quien le haya
quedado alguna duda, tal vez sea porque no quiere ver otra realidad. La
contundencia fue clara. Confirma más si cabe, lo que desde este blog se viene
anunciando desde tiempo atrás.
Vi a una candidata Susana al más puro estilo populista, con mensajes
hechos, repetidos, y sin aportar algo con que poder quedarse, más allá de
tratar de desprestigiar a su oponente. ¿Cómo se puede acudir a un debate sin
programa y pretender presentarlo dos días después?
No para de hablar de resultados, pero no nos dice que ella es quien peores resultados cosechó en su tierra en toda la historia del Partido.
Pedro perdió dos elecciones, pero nadie dice por qué. Nadie explica cómo es
posible aspirar a tener buenos resultados con la gran coalición interna trabajando en
contra. Nadie nos dice qué habrían hecho Zapatero o Rubalcaba ante la situación
nueva de multipartidismo que hay. Tampoco recuerda nadie la situación en que
estos dos dirigentes dejaron al Partido . No, hoy toca tapar la nariz y dar leña.
A veces donde las dan las
toman. Y hay que recordar a Díaz, que si no quiere algarabías ni tampoco bajos
fondos, que empiece por no provocarlas y salga de ellos.
Recordó Díaz a Sánchez que
Felipe ya no confía en él. Tal
vez pensó que esto era una puya cuando en realidad le otorgó un plus de valor.
¿Todavía no se dio cuenta esta señora que si hay alguien detestado hoy, es precisamente
Felipe?
Todo aquello que no se alinee con él es positivo y ¿quién
puede creer hoy en Felipe aparte de Rajoy, Cebrián y cuatro potentados
interesados en su figura? Está claro que
la base social del PSOE no.
A Patxi no lo vi mal, estuvo muy en línea con lo que viene
propugnando, aunque todavía no se dio cuenta, o tal vez sí, que no cuenta.
Donde realmente se juega la partida es en el terreno Díaz -
Sánchez y aquí creo que hubo pocas dudas. Yo hablaría de goleada a favor de
Sánchez. Este formato de debate no le va
bien a Díaz, se le notó demasiado.
A partir de aquí ¿Que
puede creer y esperar el ciudadano anónimo y votante?
¡Sultanes no, gracias!
D. Robles
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