Cuan dura y difícil resulta la vida
de un/a parlamentario/a; y nosotros/as, desagradecidos/as ciudadanos/as, lejos
de reconocer y considerar tal implicación y dedicación no hacemos más que
“sacudir estopa” a todo quien se mueve en torno a la Carrera de San Jerónimo.
Fíjense si ha de ser complicado su día a día, que hay casos en los que sus señorías se
ven en la necesidad y obligación de defender una postura durante un año y de
repente, en una semana, han de defender la contraria.
Soy de los convencidos que el camino que conduce al Parlamento transita
entre paredes de valores, principios, ideología y firmes convicciones.
Ya decía el gran Groucho Marx: “estos
son mis principios, si no le gustan tengo otros”. Pues tal vez eso.
A veces ocurre que, esos principios,
valores, y demás señas de identidad cambian al ritmo y sentido del aire que
sopla y empuja.
¡Qué dilema!, ¡qué disyuntiva!, ¡qué
trago tan amargo!
Esa debe ser la situación actual, o
tal vez no, del todavía y parece que también futuro portavoz del grupo
Socialista en el Parlamento.
El Sr. Hernando (el del PSOE) lleva
un año defendiendo con ímpetu y rotundidad su “no”, que a su vez fue el de su
grupo, a la investidura del Sr. Rajoy Brey. Y “no es no”; y venga a darle al no,
y de repente, tras la tormenta con rayos y granizo incluido en Ferraz, resulta
que ese “no” empieza a ser un ya veremos, para terminar siendo un pues que sea.
No será un sí abierto, lo será
encubierto. Le llaman abstención técnica. Ni ellos saben qué quiere decir tal
expresión, pero algo hay que inventar para tratar de justificar la pifia.
Pregunto: ¿puede ser
creíble un político que lo mismo defiende
una cosa que la contraria dependiendo de la oportunidad o momento? A mí me parece más bien poco, por considerar algo. Es más: no me fío.
Hernando, mano derecha de Pedro Sánchez, de la noche a la mañana se
convierte en portavoz parlamentario de la trama que lo tumba. Y a partir de
aquí y viendo el discurrir de los hechos, surge otra pregunta: ¿traicionó a su
líder?, ¿jugó el papel de Judas?
Aquel fin de semana en Ferraz, cuando
Sánchez no le quedó otra opción que la de presentar su dimisión, en ese momento
el Sr. Hernando, siendo quien había sido hasta la fecha, en propia coherencia
debía haber acompañado a su jefe de filas, pero ¿por qué no lo hizo?, ¿se movió
bien entre dos aguas para permanecer a flote y seguir luciendo su celeste
imagen como portavoz? Ese parece ser el resultado de la tragicomedia.
Su homólogo en el Senado duró en el
puesto lo que un donuts en la puerta de un colegio, sin embargo el aparente
incombustible Hernando, ejerció con Sánchez, se mantiene con Fernández y ya
veremos con quien venga. Su, o sus viajes a Sevilla le pueden allanar el camino
en el corto plazo, pero tal vez debiera pensar aquello de: “no las hagas no las
temas”. El futuro de la rosa se antoja incierto y no es apto para personas que
tan pronto suben como bajan. Sólo el carácter, rigor, seriedad y compromiso
pueden resucitar a un casi difunto Partido Socialista.
Estoy impaciente por ver cómo luce el Sr. Hernando su figura para
escenificar la defensa de esa abstención “técnica” después de su contundente “no
es no”.
Me voy a permitir sugerirles una opción que les habilite votar no y
conseguir el objetivo: la noche anterior a la votación, once o doce señorías se
van de cena con tan mala fortuna que el marisco que tomen se encontrará en
estado regular, lo suficiente para que les provoque una gastroenteritis con
diarrea incluida. Ya no podrán asistir a la votación el día siguiente. Al fin y
al cabo, algo de experiencia ya tienen, ¿recuerdan el Tamayazo? Pues uno más………
Y tampoco debiera ser necesario tantas vueltas: se abstienen los veinte
diputados que tiene Susana, la más interesada en la operación Génova, y ya
sobran 9. Es decir, no sé para qué rompen tanto la cabeza.
Hagan lo que hagan va a ser difícil que engañen a la gente.
Hagan lo que hagan va a ser difícil que engañen a la gente.
Vivir para ver. Ver para creer.
D. Robles
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