viernes, 13 de junio de 2025

LOS INTOCABLES II

 

Hace ya muchos años, cuando era adolescente, estaba de actualidad en televisión una película de acción de Eliot Ness, con un reparto nada despreciable: Kevin Costner, Robert De Niro, Sean Coneery …., muy entretenida y con un fundamento, que salvando las distancias hasta nos puede resultar familiar hoy en día. Se llamaba, o llama, porque todavía se podrá visionar: “Los Intocables”

Hoy, en 2025 y con unos cuantos años más sigo viendo intocables y, a decir verdad, estos ni me gustan ni entretienen.

INTOCABLES: título honorable asociado al estamento judicial. Los intocables de la TV arreglaban sus cosas con una pistola. Estos lo tratan de arreglar vistiendo una toga.

Pues bien; partiendo de la base que aquí, en un estado de derecho que tantas bocas llena hablando de él, ni hay, ni puede, ni debe haber nadie intocable, ¿Cuál es el motivo por el que un togado por el hecho de vestir esa indumentaria no puede ser criticado?

El momento actual requiere una paradita y pensar bien qué está pasando. Y no es porque pase ahora. Es habitual.

Uno de los nombres propios es el Juez Hurtado, sí (y hay más, pero hoy toca este).

Con jueces así podemos estar tranquilos porque la justicia funciona.

A pesar de estos elementos, tengo claro que no debemos dejar de creer y defender la justicia en su conjunto, porque son más, eso creo, los que sí son fiables y serios.

El historial del sr. Hurtado es para enmarcar.  El mismo que le tocó enjuiciar piezas de Gurtel o Púnica o ya no sé muy bien cual por el número elevado de causas, ahora resulta que decidió atacar al Gobierno a través del fiscal general y ahí está con esta sarta de improperios que sonrojan al más paciente. Podría relatar y detallar los hechos, aunque no lo creo necesario porque siendo tan reciente quien más quien menos está al día y me extendería demasiado.

Valga destacar que este personaje se empeñó en trazar un camino y para conseguir su objetivo, sólo acepta como prueba en un proceso aquello que le resulta factible y deshecha lo que le estorba, aunque sea lo cierto del mismo.

En esas ocasiones enunciadas con anterioridad donde parecía más bien un defensor de la causa que el juez de esta hizo famosa por reiterativa la expresión “pegunta no pertinente” que utilizaba como pretexto para impedir las preguntas de la acusación. Y ahí está y sigue jugando sus cartas y de paso influyendo en aquello que le interesa y tal vez pagando favores.

¿Puede un juez por el hecho de serlo cometer tales desatinos y no pasar nada? Si esto fuera poco se saca de la manga un argumentario que sin prueba alguna lo eleva al rango de causa y como dijo otro ilustre, en este caso del ron y la ginebra: “pa lante”

Vivir para ver. Ver para creer.

Este hombre hace buen honor a su nombre: “hurtar la justicia”.

Recordemos el origen de este caso: un delincuente del que apenas se habla porque el interés y altavoz hay que centrarlo en el fiscal general. Todas las piezas encajan.

“Quien pueda hacer algo que haga” ¿lo recordáis verdad? Pues ahí está.

¿Será esto la mafia de la que hablan algunos?

Este hombre es uno de los que hace y ¿cómo? Atacando a su gobierno desde la fiscalía. El delincuente de verdad no importa.

A continuación, emana la fuerza del corporativismo para recordarnos el respeto al juez, a la independencia judicial, y un largo etc. Ya conocido.

Pero ¿de qué respeto hablan?

No hay mayor falta de respeto a la justicia que la de este personaje y otros de la banda.

Sería más interesante que el respeto se lo ganen actuando con respeto. Sería más importante que en lugar de tanto corporativismo limpiaran el sistema judicial de las manzanas podridas que sólo contribuyen a desprestigiar al resto del cuerpo y sobre todo a quien lo hace con honestidad y rigor.

Resumiendo, la regla es: tú a mí me puedes decir o hacer lo que quieras mientras que yo debo mantenerme calladito y soportarlo. ¿Es ese el respeto que demandan? Pues no: si las das las tomas y te aguantas.

Interferir en política desde una toga es intolerable e imperdonable. Confiemos que alguien sea capaz de poner orden en tanto desvarío.

                                                           D. Robles

sábado, 7 de junio de 2025

MAFIA O DEMOCRACIA

 

                                      

Una pregunta como esta es evidente que tiene respuesta muy clara: siempre democracia.

Hoy en política vale todo, lo sé, pero no estaría mal que cuando se habla de algo tan serio como esto, se haga con un poco de pudor y no con la ligereza que se hace, sobre todo, teniendo en cuenta quien lo expone y de quien viene.

Hablar más alto no da más razón.

Organizar algaradas no da más crédito.

“Mafia o Democracia” gritan desde Génova 13. Nada menos que desde el número 13 de la calle Génova. Edificio que requiere dos plantas más para dar cabida a las alforjas de corruptelas mafiosas que albergan sus paredes desde su infancia. Y esto no es opinión. No es bulo. Son hechos conocidos y contrastados, varios sentenciados judicialmente y otros en capilla. Retahíla de casos que hoy en día siguen saliendo a la luz. Pero sin cortarse un pelo hablan de mafia. Tal vez sea por lo bien que la conocen. Y ya sabemos: cree el ladrón…….

¿Recordáis aquello de: “quien pueda hacer que haga”? dicho por esa mente tan privilegiada. Pues eso.

Dicen los organizadores de la algarada dominical que el Gobierno actual es un nido de corrupción.

Pregunto: si alguien conoce algún caso hoy en día en el gobierno actual agradezco que me lo indique, porque yo no conozco ninguno hasta este momento donde haya una sentencia que así lo diga.

Barullo interesado, todo. Ruido con interés que así lo considere la ciudadanía también. ¡Exagerado! Pero ninguno es tal porque lo diga el vecino del quinto. Lo es cuando la justicia lo dicta. ¿Hay algún caso que huele mal?  Sí. También es cierto, que fuera del Gobierno.

 Añado; personas golfas hubo, hay y habrá siempre y en todas partes, honestas también: partidos políticos, fuerzas armadas, sistema judicial, etc. No hay una institución que esté libre de esta lacra.

Sí podemos fijarnos qué hace cada uno para establecer líneas rojas y qué cuando se cruza una, si es que se hace.

Observo que hay quien pone fuera de juego a quien comete irregularidades y también quien lo defiende, protege y oculta.

Y hablando de mafia, voy a trazar un triángulo que trabaja de una forma muy eficaz.

                      Política, Medios, Justicia.

Veamos:

Es habitual que algo parecido a un medio de comunicación publica un informe fabricado, probablemente por o con conocimiento de un partido político, que a su vez, una vez publicado lo hace suyo y bien en primera persona o a través de esas cosas que se llaman sindicatos (que más bien parecieran organizaciones para delinquir)  lo llevan a un juez que, bien sintoniza con la red o mafia o bien pertenece a ella y sin cortarse un ápice inicia todo un proceso que tarda y tarda y tarda en cerrar, (casos duracell), tal vez porque no tiene sustento donde rascar pero sí sirve para el fin que persiguen que no es otro que tratar de hacer caer al Gobierno. Y ya está el lío armado (Que la política intervenga en la justicia está mal. Que la justicia lo haga en la política es todavía peor) Pero todo vale para conseguir el fin. Hasta aceptar una declaración o no en función de lo que interesa al instructor.

Recuerdo al Juez Hurtado rechazar declaraciones de periodistas que claramente contravenían su interés en el proceso abierto al fiscal general. ¡Escandaloso!

Curiosamente en este asunto, tuvo que acudir más veces al juzgado el fiscal general que el delincuente confeso del caso. ¿Es esto normal? Creo que no.

El mundo al revés.

¿A qué juegan estos jueces?

Está bastante claro.

 Otro, el tal Peinado, o Despeinado, no lo sé bien, porque parece estar desmelenado. ¿Cómo es posible que no sea capaz de cerrar un caso tan claro para él como es el de Begoña Gómez? Hay que ser muy torpe para no poder con él. O tal vez no. ¿Estará estirando el caso y esperando a que haya elecciones para llamar a declarar a fulanito de tal o menganita de cual y así ayudar a crear ambiente?

¿Hay jueces corruptos y mafiosos? SÍ. Por tanto, hablemos de mafia si es lo que se busca.

Mafia o democracia. ¡¡Vaya!! siempre tiende a hablar quien más motivo tiene para estar callado. Pero claro: haz ruido que algo queda y así también se evita hablar de lo que te afecta.

Conclusión y recomendación para los inquilinos de Génova 13 y Puerta del Sol y convocantes de la algarada: Si quieren democracia empiecen por asumirla, respetarla y limpiar su casa de tanta mafia.

Dice el líder del número 13 de Génova que tiene dos recetas: “limpieza y urgencia”. Estoy de acuerdo. Que empiece ya. Tiene mucho trabajo. Aunque mucho me temo que antes de empezar termine siendo limpiado él. Casos vimos.

                                                                 D. Robles

 

viernes, 17 de enero de 2025

EDUCACIÓN Vs INCLUSIÓN

 

Vuelvo a hablar de educación. Vuelvo a hacerlo de inclusión. Lo volveré a hacer dos, tres, veinte veces. Cuantas sean necesarias para seguir demandando un sistema educativo que mire al futuro sin excluir a nadie de un espacio común.

Dejaré de hacerlo, y celebraré el día que pueda decir que se consiguió el objetivo, porque si algo tengo claro es que llegará ese día. No hay alternativa. Aunque quien tiene la obligación de llevarlo a efecto se resista a trazar la hoja de ruta que conduce a este fin. Que no manifieste un mínimo compromiso y peor todavía, se instale en la complacencia.

Volveré a hacerlo para denunciar la perversión que desde alguna instancia se hace del término inclusión con el daño que supone.

Creo que no es mucho pedir a los distintos Gobiernos que cumplan la Ley, o sí, todo es posible. Parece que las leyes se hicieran para que las cumplan los demás y según de qué se trate, se aplica o no, se penaliza o tampoco.

En el año 2008, recuerdo una vez más, el Estado Español asumió la normativa emanada de la Convención de Naciones Unidas sobre educación inclusiva. Adhesión que implica su compromiso de aplicación. También lo hizo con posterioridad la Comunidad Autónoma Gallega, con el mismo compromiso. ¿Sirvió para algo? Pues sí: hubo una estupenda foto de familia.

 Posiblemente algun@s de l@s retratad@s no supieran para que estaban posando y el resto se les olvidó una vez se retiraron los flashes. El caso es que 16 años después seguimos igual, o empeorando.

Hay un marco legislativo nuevo, cierto, pendiente de desarrollo. En Galicia puedo decir que: nuevas generaciones, mismo sistema. O peor todavía. Ello no impide presumir de unos datos que siendo falsos se trasladan como ciertos para que el gran público los interiorice como tal; y no hay nada que reprochar a ese gran público que siendo desconocedor de unos hechos sigan a pie de la letra lo que el poder mediático, cómplice en la difusión les sirve con el desayuno: un café, un croissant y mucha inclusión.

Pues no: La educación inclusiva hoy en España, en particular en Galicia NO EXISTE. Es una quimera, y en el momento que se dice que el 95% del alumnado está escolarizado en educación inclusiva se está mintiendo y por extensión se va a lo expuesto antes: se está haciendo un uso perverso del término inclusión, que por otra parte viste muy bien. Tal vez por eso se utiliza con tanta ligereza.

¿Es inclusiva la educación segregada? Parece que sí. 

¿Lo es que alumn@s de un cetro específico vayan un día a un espacio deportivo público?  parece que también. 

¿Lo es que en un centro ordinario alumn@s reciban apoyo en aulas específicas alejados de sus compañer@s de aula?  Pues parece que también, aunque puedan estar toda la jornada o casi en un aula aparte. 

¿Es apostar por la inclusión restar profesionales especialistas de apoyo en los centros ordinarios?

Todo resulta inclusivo. A partir de aquí podemos entender el porqué de ese 95%.

Es más, analizando la fórmula se puede pensar que ese 95 es escaso. Yo hablaría del 99, y tal vez por dejar algún margen.

 Dicho todo lo anterior no quiero dejar de reconocer y sí poner en valor el esfuerzo de ese personal docente, que lo hay, y muy bueno, que a pesar de las dificultades y carencias de medios hacen un trabajo excelente.

 

                                                                        D. Robles