martes, 29 de octubre de 2013

LA LOMCE Y LA DIVERSIDAD

Hay que reconocer que la nueva Ley de Educación, la enésima de la Democracia, deja indiferente a muy pocos.
Es significativo haber logrado poner de acuderdo a la práctica totalidad de la sociedad, sus distintos colectivos y órganos frente a ella, sólo por esto si yo estuviese en el "pellejo" del Ministro empezaría a preocuparme, aunque no parece ser el caso, está en posesión de la verdad absoluta.
Mucho se lleva escuchado al respecto las últimas semanas. Los detractores argumentan y también los defensores, estos últimos, basados sobre todo, en datos estadísticos ajustados lo suficiente para justificar tal atropello.
Se habla de ciclos, reválidas, religiones, etc, todo ello cierto y es curioso que no escuché absolutamente a nadie dedicar una estrofa a una parte de la población gravemente afectada por la norma. ¿Se habrán vuelto invisibles de repente, o caminan de nuevo hacia la invisibilidad ? ¿Dónde está la atención a la Diversidad? ¿sólo preocupa la excelencia?
Entre reválidas, aumento de ratios de alumno por aula, merma del personal docente expecializado de apoyo, aquellos alumnos, o mejor habrá que empezar a hablar de ex alumnos están condenados a la exclusión dentro de la educación ordinaria. La población con alguna dificultad de aprendizaje, la población  con alguna discapacidad, la población con necesidad de apoyo, a la primera de cambio deben ir pensando que si quiere seguir formándose debe hacerlo en la educación especial, es decir de aquella manera, apartados del resto, tal vez en algún lugar en las afueras de la ciudad, segregados, excluidos, en definitiva, marginados.
No sé si cabe esperar que el Sr Ministro, a alguien de su entorno sean capaces de ver  que van a conseguir y también, lo que con mucho trabajo y esfuerzo se fue consiguiendo hasta aquí y que, de seguir empecinados en sus bondades, se van a cargar.
Hoy es habitual ver en colegios públicos esa  diversidad que caracteriza una socidad, aunque todavía de forma tímida, pero sabemos que para andar un camino hay que empezarlo.
Esa diversidad que solamente se puede percibir y entendeder como elemento enriquecedor no sólo para el alumnado con alguna dificultad sino para la totalidad, dado que de no ser así, hay que ser conscientes que estamos educando a una parte de la población en la ignorancia de la existencia de otra parte. Después se elaboran discursos con proclamas de tolerancia, aceptación, atención, etc., y gusta hacer fotos aunque sólo sean una escenificación que no representa una línea de pensamiento y menos de actuación, ¡hay que ser hipócritas!
La educación es un derecho fundamental que asiste a toda la ciudadanía.
¿Quién puede arrogarse autoridad alguna para vulnerar tal principio y decidir cual ha de ser el destino de tantos miles de personas?


D. Robles