martes, 28 de agosto de 2018

LA VIRGEN DE VALDALGA


El S XVII se asomaba a la historia del tiempo. Corría el año 1619 en Robles de Laciana, (enclave protegido por la majestuosidad de la Cordillera Cantábrica) cuando fue testigo, según cuenta la leyenda, de una aparición milagrosa.
 
Vivian sus gentes del cultivo de la tierra, ganadería y pastoreo. Hacíase este último en forma comunitaria donde una persona, el pastor, era la encargada de cuidar y gestionar el rebaño de todos los vecinos a lo ancho y alto del territorio. Fórmula que trasciende los siglos hasta la segunda mitad del S XX, momento en que la transformación que empieza a sufrir la sociedad moderna hace que desaparezca.

Sirva como reseña la del último pastor: Arsenio. Siempre acompañado de su inseparable Moro, el perro fiel que le acompañó y ayudó a mantener unido el rebaño.
Arsenio, como sus antecesores, llegaba cada mañana al punto de encuentro: La ermita. De su caracola hacía fluir una señal sonora inconfundible que anunciaba a todos los vecinos que estaba presto a recibir sus reses para llevarlas a la montaña. Señal que se repetía cada tarde al regresar de los pastos. Arsenio fue el último; del primero no hay constancia.
 
Era primavera del año 1619. Época sacudida por tormentas frecuentes y feroces en aquel tiempo según parece.
Era un jueves del mes de abril cuando a media tarde se desencadenó la más temible de las tempestades que cabía imaginar. El ruido ensordecedor de los truenos acompasado del destello de los rayos teñían al unísono el cielo de luz y sombra. Una combinación endiablada que bien podía  anunciar el fin del mundo.
 
El rebaño de ovejas y cabras que aquel día, como otros, pastaba entre los lugares denominados Cueña y Valdalga, asustado y aturdido inició una espantada en todas direcciones. Sultán, el perro vigilante de manto blanco con manchas grises corrió como alma en pena en busca de salvación.

El pastor, de nombre Prudencio, aterrado ante el fin de los tiempos que parece insalvable se ve incapaz de controlar aquella situación. Prudencio ve llegado el fin de sus días.

Rendido, cae postrado de hinojos y abriendo sus brazos a lo alto en señal de súplica y desconsuelo, mirando al cielo, empapado en agua y esperando el último rayo, el bastón sujeto en su mano derecha, implora a la Virgen pidiendo auxilio y protección ante tanta desventura.
 
Pocos segundos después, en el cielo de Valdalga, Barreiros y Cueña comienza a extenderse un manto transparente. Sobre el cuerpo enaguado y rendido de aquel pastor emerge la figura de una Virgen que dirigiéndose a Prudencio dice: "Levántate pastor y recoge tu rebaño. Tu ruego fue escuchado. Eres hombre de fe, noble y humilde. Conduce pues tu ganado al establo y cuenta lo que viste"
 
Prudencio se levantó, y más aturdido si cabe que cuando cayó postrado  pregunta:
¿Quién sois?
Mira en todas direcciones pero sólo alcanza a ver una figura en forma de resplandor que se pierde en el infinito.
El vendaval empieza a amainar y el rebaño de Prudencio comienza a reunirse en torno a él.
Sultán fue en esta ocasión el último en aparecer.

Una vez contadas las reses, y viendo que están todas a salvo, Prudencio inicia el camino de regreso al pueblo.
Al llegar, ávido de contar lo ocurrido y todavía en estado de éxtasis se dirige a cuanto transeúnte encuentra a su paso, abriendo sus brazos y sujeto el bastón en su mano derecha:
¡Milagro! ¡Milagro! repite una y otra vez antes de contar su visión.
Los lugareños que lo encuentran y son testigos de su exégesis, lejos de creerle pensaron que el miedo de aquel pastor lo había trastornado.
 
Pues bien, aquella leyenda permaneció en el baúl del silencio a través de los tiempos hasta que recientemente, alguien decidió colocar de forma humilde, discreta y espontánea la imagen de la Virgen en la base del tronco de un roble en el lugar de los hechos. Árbol que pareciera estar esperando este día puesto que la forma que construyó su crecer dejó en su base la propia de una capilla en miniatura para albergar la figura.

Desde ese momento, este mínimo santuario se convierte en lugar de visita donde creyentes acuden a practicar su fe.
 
Esta leyenda saldrá del baúl en que permaneció y volará a través del universo del conocimiento.
¡Que así sea!
                                                                D. Robles 

lunes, 6 de agosto de 2018

CASADO SE CASÓ


Corre el mes de mayo. Una sentencia judicial hace que en sus postreros días el panorama político español de un vuelco impensable. Pedro Sánchez se dispone a provocar un terremoto político con el que no cuenta en su mejor sueño.
Presenta y gana una moción de censura al sentenciado Gobierno. Tal vez al partido que lo sustenta. Quizá mejor, a lo uno y lo otro.

Como efectos colaterales hay que destacar el descoloque sin precedentes que nos ofrece la formación de Rivera del que todavía no supo salir y el movimiento sísmico que sacudió al PP.
Mariano se va. El partido se desmelena y por primera vez en su historia; lo que hasta entonces y en casa ajena era una algarabía se transforma en veinticuatro horas en la columna vertebral de un PP desorientado tras la negativa de Feijoo a asumir el deseado liderazgo: elección de su líder por la vía de primarias. Primarias un tanto especiales en este caso, pero  démosle la bienvenida. Por algo se empieza.

Está claro que las posiciones se defienden en función de lo que interesa en cada momento.
Desde hace mucho tiempo los representantes del PP vienen demandando que gobierne la lista más votada, sin embargo en casa hay que darle la segunda vuelta para que las cosas sean como conviene.

La base social del Partido dijo mayoritariamente que quería a Soraya Sáenz de Santa María y, haciendo también uso de su discurso tradicional, se establece una coalición de perdedores para decidir que no, que el camino ha de ser otro.
¿Para qué consultar a la militancia si después se hace lo que digan los notables de la organización? Bases que por cierto, parece que no eran las 900.00 unidades de las que se presumía, sino más bien un puñado que no supera los 68.000.

Mientras Sáenz de Santa María representa cierta sensatez y madurez política. Casado es la viva imagen de lo contrario:  populismo y tierra quemada.
¿Por qué los notables apuestan por este último? Pues sencillamente porque el momento exige discursos duros, populistas y radicales para conquistar ese electorado que está en fuga hacia quien lo viene practicando con bastante éxito: Albert Rivera. Y aquí tal vez Casado sea quien mejor encarne ese papel.
El giro hacia la derecha ultramontana del PP es evidente. El discurso del nuevo líder deja claro su alineamiento con las posiciones más temerarias de las corrientes xenófobas y reaccionarias europeas aunque traten de suavizarlo.

El momento actual está impregnado de movimientos migratorios. ¿Qué mejor forma de aprovecharlo que hacer uso del discurso más populista para crear opinión y asustar a la gente?
Sirva como ejemplo algún caso que siendo mentira, Casado no se corta un ápice a la hora de ejecutar un discurso con gran solvencia: nos habla de millones de africanos llegando a nuestras fronteras cuando sabemos que la realidad es muy distinta. No por ello menos preocupante.

Nos habla Casado de la foto del Gobierno con el Aquarius cuando ningún miembro del Gobierno hizo foto alguna. Hubo una decisión humanitaria aplaudida por todo el mundo. Bueno, todo el mundo civilizado y con un mínimo de humanidad. Sin embargo se pasea por Algeciras, y sí haciéndose fotos, estrechando manos y contraviniendo el discurso de días anteriores (es decir, se dice una cosa u otra dependiendo de donde se esté). Habla de adopción de medidas de papeles para todos cuando nadie contempla tal cosa, y se envuelve la bandera del españolismo haciéndose el duro en posiciones donde se necesita cabeza, prudencia, discreción y tranquilizar ánimos en lugar de agitar mentes facilonas.
Sigue de paseo, esta vez en Ceuta  y sigue publicando fotos, pero no se digna pasar al otro lado de la valla para conocer las causas por las que está alli tanta gente; el camino de penurias que habrán recorrido para huir de la miseria, violencia, guerras, etc. Ni tampoco una opinión sobre cómo evitar o combatir las causas que provocan tal éxodo y desastres. No. Ahora toca fotos, mensajes de terror y crítica sin cuartel al Gobierno.
Recupera a ETA y aunque haya desaparecido todavía se le puede sacar algún rendimiento, así que a poner en marcha el ventilador sin mirar atrás ni tan sólo de reojo a lo que hizo su partido cuando gobernó.
Discursos que ayudan a provocar tensión entre la ciudadanía, odio, violencia y aversión al otro.
¿Cómo un aspirante a gobernante puede permitirse tal ligereza?
¿Populismo? 
Se le puede otorgar Máster en Populismo sin necesidad de pruebas adicionales. 

Sí. Casado se casó. Tal vez estuviese ya casado pero ahora se desposó. Se desposó con una hoja de ruta altamente preocupante.
Este hombre al frente de un gobierno rodeado de adláteres obedientes es un serio peligro y amenaza para derechos fundamentales de la ciudadanía española.
Su discurso le alinea con las corrientes más xenófobas y reaccionarias de la actualidad europea aunque traten de disimularlo.
En Bruselas empieza a preocupar. Así lo trasladan.

Sáenz de Santa María es una persona con la que se puede estar de acuerdo o no, pero resulta bastante palpable que es alguien solvente con quien se puede tratar asuntos serios e importantes. La preferida de forma mayoritaria por la militancia y también por el votante conservador como parece.
Los notables prefieren otro camino. Confiemos que les conduzca al barranco como única fórmula posible que les sirva para refundarse como aspira su Mesías, pero hacia la senda de la sensatez.  

CASADO ES UN  PELIGRO SOCIAL. ¡OJO!
                                                                                  D. Robles