Cuando pudiéramos pensar que ya habíamos escuchado todo cuanto cabe en el
baúl del exabrupto y disparate, siempre asoma
su figura alguien dispuesto a saltar una valla más alta o batir la línea de un récord
anterior.
No pasó desapercibido un comentario publicado en fechas recientes en las
redes sociales.
Es imposible quedar indiferente, y más cuando ese alguien dispuesto a saltar esa valla es ingeniero y escritor, lo que hace que se le suponga un cierto nivel de formación y también capacidad de razonamiento.
Es imposible quedar indiferente, y más cuando ese alguien dispuesto a saltar esa valla es ingeniero y escritor, lo que hace que se le suponga un cierto nivel de formación y también capacidad de razonamiento.
Sé que es mucho suponer, puesto que el paso por la Universidad puede asegurar
un nivel de conocimientos en alguna materia, pero no garantiza formación
personal y tampoco intelectual, eso es otra cosa.
Xavier Alcalá: que además de lo dicho es candidato a las elecciones
gallegas por una formación política dice en su cuenta de twitter:
“Siempre nos preguntaremos las
personas completas si una criatura incapacitada de cuerpo puede ser tenida en
cuenta para dar ideas del mundo. Quien no sabe de las pasiones de las personas
(el amor carnal, el odio, el esfuerzo físico, el sudor y el cansancio, el placer
de nadar y tomar el sol, la locura de la pelea, piña a piña, el correr de las
lágrimas de alegría cuando se besa por primera vez un hijo….) Y quien nunca
pudo participar de lo que participamos los normales ¿puede mandar en un partido
político?”
Uno lee este relato y la perplejidad desborda cualquier previsión. ¿Qué entiende
este personaje por normal?, ¿completo?, ¿se considera así él?, ¿criatura incapacitada
de cuerpo?, ¿pasiones?....
Una persona capaz de mostrar estos valores como cabecera tiene muy lejos de su alcance el horizonte de la normalidad.
Señor Alcalá: una sociedad normal, es decir, quienes la
componemos, es aquella capaz de respetar, contemplar e integrar a todos sus
miembros, cada cual con su realidad y particularidades, sus valores y
debilidades. Fuera de ella no deben quedar ni aquellas personas que piensan y se
atreven a manifestarse como usted.
No cumplir estos principios básicos nos impide hablar de normalidad.
Alguien a quien las circunstancias de
la vida hicieron que tenga una
dificultad adicional a las que usted pueda tener no le convierte en inútil ni
incapaz como usted juzga. Puede estar seguro que sí goza
de una dignidad y respeto que usted no alcanza a ver y por tanto no sabe
dispensar.
¿Se considera usted normal Sr. Alcalá?
Nadie dispuesto a hacer estas valoraciones (lo que hace suponer su línea
de pensamiento), debe considerarse como tal. La normalidad es otra cosa: respetar y aceptar a cada quien como es, incluido usted viajando en
su nube del desacierto.
No dudo que su comentario va dirigido
a una persona en concreto, y en este caso he de decirle que es alguien con quien
se puede estar de acuerdo o no, pero su incuestionable capacidad intelectual y
nivel de compromiso es algo que usted nunca podrá alcanzar por las lagunas que
manifiesta y deja al descubierto.
Se presenta a las elecciones gallegas en un puesto que hace que afortunadamente
la sociedad gallega no le verá entre sus representantes. No comprendo cómo
todavía la formación que le incluye en sus listas, CxG (Compromiso por Galicia)
no le indicó donde se encuentra la puerta.
Por muchos libros que edite y titulación
académica que acredite Sr. Alcalá, la vida se escribe de otra forma, y su
retrato es muy elocuente, quizá mejor, repugnante.
Le aseguro Sr. Alcalá, que esta respuesta - crítica a su comentario, entiendo qué dura porque así me sale de lo más hondo, no impide que le dispense el respeto que como persona me merece.
Confío en que pase mucho tiempo antes que alguien se atreva a batir este
récord del desatino.
D.
Robles
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