sábado, 7 de abril de 2018

NO ES LO MISMO


Recientemente se fundó una asociación cuyo nombre Nonéomesmo- (no es lo mismo) es muy ilustrativo. Invita a una reflexión. A mí me provoca pensar si como consumidor actúo bien o no; si lo hago de forma responsable o lo otro, y si hay algo que pueda hacer para invertir una tendencia o sucumbir a la impotencia de ser una víctima más del sistema.
Como soy de los que piensa que no hay mejor cosa para conseguir nada que no intentarlo, espero que si al menos este comentario hace reflexionar a una persona y esta a su vez a otra, habrá merecido la pena.
Es una asociación de productores de proximidad. De productos ecológicos. Son nuestros vecinos que nos invitan a conocer otra forma de alimentarnos.
Proveernos de sustento nutritivo para mantener viva el alma física es un proceso diario que hacemos de forma natural, en franca ausencia de reflexión sobre el qué y el cómo lo hacemos.
Llenamos una cesta de compra más con la vista y la cartera que con la cabeza. Nos educan para ello y obedientes cumplimos con el ritual.
Conociendo las debilidades o costumbres del consumidor, la maquinaria y marketing de la gran distribución coloca en amplias exposiciones un buen abanico de piezas interesantes de tal manera que al tropezarnos con ellas no resistamos la tentación de volcarlas a la cesta, las busquemos o no. Las necesitemos o tampoco.
Compramos barato (eso creemos) = gastamos más.
Nuestro alimento carnal, en gran medida y tal vez aumentando lo obtenemos a través de grandes distribuidores, sobre todo en ciudades y núcleos con un mínimo de población.
Esa gran distribución, es también un gran negocio, algo que a veces no es compatible con la ética, el rigor y seriedad.
Son conocidas las prácticas en este sector para obtener beneficio: procurar la obtención en exclusiva de un proveedor para después extrujarlo al máximo; marcar el precio de compra, también de venta y llegar a un punto donde quien produce no gana, quien consume tampoco y sólo tiene beneficio quien dirige la nave.
¿Debe tener beneficio una empresa? No se pone en duda. La pegunta es si el beneficio ha de ser a cualquier precio, desmedido, y también si la avaricia que se apodera de alguien no es un riesgo para el resto de actores.
En nuestro entorno hay numerosos productores que desconocemos (la maquinaria comunicativa está al alcance de unos pocos), que ofertan sus productos criados en forma natural: puede ser ecológico o simplemente casero. En ambos casos producto fresco y alejado de la perversión monetaria.
Los BIP (gran distribución) del sector seleccionan el producto con buena presencia. Obligan a deshechar el que no tiene buen aspecto aunque sea igual que el lucido y...... ¿Qué hace el productor con este? ¿Tirarlo?, ¿Comérselo?
1litro de leche nos parece muy caro pagar por encima de 60 cts. Pagar 1 al productor es un exceso aunque esta leche sea natural y la de 60 cts un sucedáneo. Después invertiremos 5 al día en cafés con leche, o algo parecido.
No voy a proponer que no se tome café, faltaría más. Soy gran aficionado al mismo.
No nos fijamos en el origen de la de 60cts respecto de la de 80 o la de 1, ni tampoco quien la embasa, distribuye y nos presenta. No nos importa saber qué compramos. Nos importa el precio, total, toda es blanca.
Una mandarina, antes de comprobar si es mejor o peor que otra nos fijamos en su precio. Tampoco miramos el origen ni nos preocupan los cauces y procesos por los que llegó tan bonita a la estantería ni cual fue su fase de conservación.
En definitiva, todo funciona así porque somos más consumistas que consumidores.
Si ejerciéramos un consumo responsable en todo cuanto usamos, posiblemente haríamos que las cosas fueran diferentes.
Vista y neuronas son inversamente proporcionales cuando nos encontramos ante productos de consumo.
Al lado de nuestra casa tenemos buenos productos. A veces los miramos pero no los vemos. Los exponen cerca de nosotros, pero no los vemos. Nos da lo mismo.
¿Conseguiríamos algo consumiendo estos productos de proximidad? Pues sí:
1- Alimentarnos de forma más saludable.
2- Favorecer a nuestros vecinos productores.
3- Hacer del rural un espacio sostenible, habitable y por tanto recuperable.
4- Enriquecer nuestro entorno y por extensión a nosotros mismos.
5- Una sociedad más justa y redistributiva.
6- Lo que ingresa un productor de proximidad revierte en el entorno. Lo que ingresa un distribuidor BIP, en el mejor de los casos revierte en paises foráneos.
La distribución BIP prioriza la producción elaborada, criada a base de sustancias de gran desarrollo y en algún caso de dudosa salubridad.
Aprieta cuanto puede a quien produce y nos educa conforme a su interés, haciéndonos fácil lo menos interesante.
Para aconsejarnos, educarnos, o como querramos definirlo existe un apartado en el presupuesto anual dedicado a la publicidad.
¿Es lo mismo consumir carne producida en el campo al aire libre con todo tipo de cuidados que la que se produce en aquellas granjas donde son conocidos los procedimientos de engorde?
No, no es lo mismo.
Es cierto el nombre con que se bautizó esta asociación de productores de proximidad y producto ecológico: "Nonéomesmo"
La implantación de un BIP suele venir acompañada del mensaje de creación de empleo. Algo muy sensible que tiene calado social. Mensaje para crear afinidad. ¿Es cierto? No del todo.
No se dice cuánto tiempo va a durar ese empleo, en qué condiciones se desarrolla y también cuánto contribuye a  destruir otro. Asunto importante para tratar en un apartado propio.
Me quedo con el mensaje clave: NONÉOMESMO - NO ES LO MISMO.
Sirvan estas líneas además, como reconocimiento general, reivindicación y homenaje a esas gentes del campo, gracias a las cuales comemos también en las urbes, y en particular a un luchador, una persona comprometida y buen amigo: XOSE MANUEL DURAN
                                            
                                                                            D. Robles

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