miércoles, 20 de agosto de 2025

LA VIRGEN DE VALDALGA II

 

Corría el año 2018 cuando por vez primera me hice eco de un hecho, que según cuenta la leyenda habría ocurrido allá por el año 1619 en el término de Valdalga; enclave de Robles de Laciana, municipio de Villablino, antiguo e histórico Reino de León.

Hoy, agosto de 2025, siete añós después de haber reflejado en este mismo espacio aquel acontecimiento, retomo aquello que escuché a los mayores siendo niño, una vez compruebo que este modesto santuario construido a la sombra de un roble en el entorno de la aparición, no solo se conserva, sino que los lugareños lo cuidan con el fin de mantener vivo el recuerdo de esta leyenda, o no, ¡quien sabe!

Poco se sabe de aquel pastor, Prudencio. Nada de Sultán, el perro testigo de aquel infierno meteorológico que huyó del lugar al primer destello sonoro aullando de forma exagerada tan veloz como sus extremidades le permitían, y no se sabe bien si presa del pánico o tratando de dar algún aviso. Se cree que fue lo primero.
El caso es que la Virgen de Valdalga aplacó la furia de la tempestad descendiendo de lo más alto del infinito e interponiendo su manto protector entre aquel infierno de rayos y truenos y el fin de los días que acechaba a aquel pastor, perro y rebaño.

No hay en el lugar construcción majestuosa alguna. No hay monumento al uso. Sí hay, sin embargo, un humilde altar sobre la base del roble que pareciera haber crecido allí con esa forma, cuan de leyenda o casi milagro se tratara, para dar cobijo a esta sencilla representación y no por ello poco importante.

La Virgen de Valdalga continúa ejerciendo su poder desde no se sabe bien donde. La Virgen de Valdalga sigue extendiendo su manto sobre el horizonte de Robles y asomando su mirada al vecino Sosas desde el balcón que lleva su nombre.

Sé que recibe visitas. Sé, que fieles se acercan a orar a sus pies. También sé que cuando esta esquina de la Fe sea conocida crecerá  su interés, y en un tiempo en que todos los caminos conducen a Santiago, y que cada vez los hay con origen más diverso, llegará el día en que ese que avanza hacia Compostela por el norte se unirá al francés en El Bierzo pasando por Valdalga y discurriendo por los Quiñones.
La Fe es infinita y los caminos se multiplican como panes y peces fruto de la fertilidad que aporta la experiencia.

Pues bien, teniendo en cuenta que Robles de Laciana y su Virgen se encuentra entre estos dos caminos ¿por qué no iluminar al mundo, promocionar y desarrollar esta conexión?

Además, sabemos que cualquier caminante busca y necesita experiencias alternativas y complementarias a la Fe y sentir de su andar. Esas que esta tierra ofrece de manera exclusiva: paisajes únicos, gastronomía insuperable, buen descanso, etc.
Valdalga se encuentra en un punto intermedio entre los dos templos de la gastronomía local: La Bolera en Robles y El Campillo en Sosas con personal al mando experimentado en el arte culinario que presentan una oferta irresistible a cualquier paladar.
No se puede pasar de largo por Laciana sin degustar el chocolate con fisuelos en La Bolera, entre otras muchas propuestas que sugiere la mano magistral de Pili, ni tampoco la propuesta de caldereta de la mano de Ángel en Sosas, también entre otras muchas.
¿Cómo no degustar de paso el embutido de la montaña leonesa, exclusivo e insuperable?

Llegado este punto, ¿alguien puede resistir la tentación de visitar Valdalga?, ¿visitar  Robles y Sosas?, ¿visitar el valle de Laciana?
Sospecho que no.
                                                                                  D. Robles

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