Teníamos poco ambiente digiriendo el resultado de las
elecciones europeas y lo animada que puso la vida política española Podemos, que
viene Su Majestad Juan Carlos I y se le ocurre dimitir, aunque en este caso se
le llame de otra forma.
Visto desde esa perspectiva bien se puede pensar que: alguien
decide dimitir en este país.
El hecho en sí mismo reviste trascendencia e importancia suficiente,
pero si faltaba algo, la gente sale a la calle demandando República.
A partir de aquí, como ya es habitual y la gente estamos
acostumbrados, empiezan a sucederse opiniones y manifestaciones en un sentido y
el contrario, en todos menos en el que entiendo más adecuado, que no es otro
que el del equilibrio y sosiego.
Les aseguro que ya tenemos noticia y entretenimiento
mediático para varios meses.
Debiera ser un momento idóneo para consultar a la ciudadanía
sobre algo tan elemental, como saber su opinión acerca de la forma de Estado que
quiere.
Tengo la impresión que, si en este momento se celebrase esa
consulta, el resultado sería mayoritario a favor de la Monarquía y con ello la Coronación y Reinado de Felipe VI tendría una solvencia y más que probable
estabilidad de la cual carece sin ella. ¿Se imaginan al todavía Príncipe,
tomando el relevo y a la vez anunciando que somete a la consideración del pueblo su Reinado? Los
enteros que este hombre iba a subir serían incalculables. Y si resultare que
tal hipotética consulta arroja otro resultado ¿Cuál sería el problema? Se
cambia el sistema de Estado y se acabó el cuento. Cualquier situación con el aval
del pueblo sería respetada y se acabaría la polémica. Además, imagínense la
siguiente pregunta: ¿A quién quiere usted de Jefe de Estado, a D. Felipe de
Borbón o a D. José Mª Aznar? por ej. Les garantizo el resultado. Si yo fuese el
Príncipe dormiría muy tranquilo.
Bromas aparte; escuché entre otros,
al que fue alcalde de Coruña, Francisco
Vázquez, en una emisora de radio decir cosas tales como que, las
manifestaciones acaecidas por tal motivo estaban convocadas y asistidas por
personas que querían imponer un sistema al conjunto de la población, y lo
primero que pregunto es, si la Monarquía no es una imposición, dado que por lo
que sabemos, el pueblo no fue llamado nunca a conocer su opinión al respecto, aunque
tal vez al sr. Vázquez le hayan consultado y lo desconozcamos. El caso es que, en
tanto en cuanto se consume la sucesión en los términos previstos, es por la
misma vía, luego ¿de que imposiciones habla este señor? Debe ser que cuando se
lleva toda una vida en política y van pasando
los años, una de dos: o se pierde un poco el norte, o se va algo la “pinza”, o las dos.
Lo que la gente está demandando es que se consulte al pueblo y que sea éste, a través de las urnas quien decida sobre el modelo de Estado que quiere, creo que es algo sencillo de entender y muy natural.
El sistema democrático consiste en
eso, y a partir de ahí respetar la opinión mayoritaria. Todo lo que sale de las
urnas no lleva marchamo de imposición, lo que se ejerce en ausencia de
ellas, es otra cosa, es probable que el Sr. Vázquez no se haya dado cuenta de
esto. Otras opiniones, dentro del
respeto que merecen todas, mejor no comentar.
No obstante, no se trata de polemizar
ni tampoco evitar la polémica, porque entiendo que son asuntos que si deben
generar debate y sabemos que donde hay discusión de ideas, de proyectos,
debate, etc., hay vida, lo contrario es apatía y si me permiten una expresión
un poco dura, borreguismo.
Tan lícito es, que la preferencia de un ciudadano sea Monarquía, como otro que prefiera República, como quien ni una ni otra. ¿Por qué hemos de empeñarnos en vivir sumergidos en dudas estériles?
Siento cierta envidia de un país como
Suiza. Un país, que cualquier decisión de alcance que toma su Gobierno es
ejecutada después de consultar al pueblo vía referendo. Cualquier gobernante
con ese aval está más que legitimado y respaldado para llevar adelante su
acción de gobierno. Parecido al nuestro; un Gobierno que nos promete una cosa,
hace la contraria y además pretende que le estemos agradecidos, después de
hacer de la mentira su acción de gobierno. Si en España hubiésemos sido
consultados y esa consulta fuese vinculante ¿estaríamos como estamos?
Habrá quien piense que tal vez peor y
me parece respetable, siempre hay que considerarlo como posible, pero el
Gobierno habría tenido el respaldo de su pueblo para hacer. Por cierto, Suiza
no es un Reino.
Pues, el tema que nos ocupa hoy, es
más de lo mismo. Consultemos al pueblo y si este dice que Monarquía estupendo y
si dice otra cosa pues también. En una democracia ¿no es el pueblo quién
decide?, o mejor, ¿quién debiera?
Percibo como una de las razones de la
abdicación en este momento la siguiente:
Este proceso sucesorio requiere una
aritmética parlamentaria adecuada y suficiente. Transcurridas las últimas
elecciones, el panorama se presenta un tanto cambiante respecto al habido hasta
la fecha y si a futuro se consolida esta evolución, el relevo en la Corona iba
a tener un serio problema por lo que, llevarlo a cabo ahora es más que
justificado desde esa perspectiva. Creo ésta una razón de peso.
Pero hoy, en una sociedad como la española,
en pleno S XXI, llevarlo adelante en los términos previstos, sin el aval
popular es un serio error.
Siempre ha de ser más importante
evitar un problema que buscarle solución.
D. Robles
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