Se acercan las elecciones y hay que estructurar bien los
mensajes. Hay que engrasar bien la maquinaria. Hay que procurar que la gente
reciba el mensaje que interesa, no la realidad de lo que ocurre. Hay que
ceñirse al guion, no cometer errores.
Estos días toca hablar de los datos de la EPA, del paro, de
empleo. Escuchamos todo cuanto ha lugar.
La primera pregunta que se me ocurre es: nosotros, oyentes ¿Reflexionamos
sobre aquello que oímos? o ¿Simplemente recibimos y después reproducimos?
El Gobierno infla el pecho con los datos de paro: por fin
baja de los cinco millones, y se dice sin el menor sonrojo.
Se hace balance de una legislatura y no se comunica la
verdad, se magnifica aquello que interesa.
Fíjense lo fácil que resulta extraer una conclusión: si la
cifra del paro baja de los cinco millones por primera vez desde 2011 y por otra
parte vemos que hay cien mil cuatrocientos empleos menos ¿qué está pasando? ¿Cómo se cuadra esto?
Tal vez sea el resultado de comprobar que los datos no contemplan los miles y miles de
personas, sobre todo jóvenes, que se fueron del país en estos años al no
encontrar una salida aquí. Esa masa de inmigrantes que retornaron a su país, o
simplemente se fueron de éste por el mismo motivo. Todas aquellas personas que
al iniciar un curso de formación salen de forma automática de las listas de
demandantes de empleo. No están trabajando, pero salen de las listas. Todos
aquellos que se encuentran en una edad sin esperanza de encontrar trabajo, y
salen también de esa lista.
Mejoran las estadísticas. Alumbran unos datos que los
intérpretes usan a conveniencia, y la realidad es la que es. Por mucho que nos
cuenten: 2+2 son 4, de momento.
También parece cierto que
tiene más valor una estadística que la propia gente sobre la que se hace.
A mayores añado y afirmo: En este país no se está creando
empleo. Se están formalizando contratos, algo muy diferente. Sirve para mejorar las
estadísticas, pero no resuelve el problema.
Empleo es el medio del que dispone una persona para
desarrollar un proceso vital, un medio de vida. Hoy quien firma un contrato: un
alto porcentaje le permite subsistir y en otros muchos casos ni esto. Luego
¿podemos hablar de empleo? No. Hablemos mejor de estadísticas.
¿Contratos indefinidos? Sí. Que nos expliquen cuántos son de unas cuantas horas y 400€ al
mes. Aun así se infla el pecho y obtiene aplauso fácil de quien es
probable que no piense mucho, todo hay
que decirlo.
Hay médicos, pongo por ejemplo, que lo primero que hacen cada
día es firmar su contrato de trabajo. Hablo de médicos. Contratos de un día.
¿Es esto empleo? No. Es otra cosa. Podrá servir para ajustar esas estadísticas
de las que luego habla el gobernante de turno para enredar y mentir a su manera,
pero no es empleo.
Cuando una persona debe trabajar en 2-3 sitios distintos,
con 2-3 contratos diferentes para tener
un salario: ¿Es eso empleo? No. Es otra cosa que sirve para edulcorar esos
datos estadísticos.
Firmar un contrato de 4 horas, trabajar 8 ó las que fuere y
percibir a cambio una retribución de 4, ¿Es empleo? Esta es la realidad a donde
nos condujo quien infla el pecho hablando de cifras.
Por tanto, Sr. Presidente y familia: les ruego no me cuenten
películas de dibujos animados, sientan por mí el mínimo respeto exigible,
aunque sé que es pedir demasiado. No me consideren menor de edad. Menos todavía
como un imbécil. Aunque, si después de lo que han hecho estos años, a dónde nos
llevaron, y todo cuanto dicen, se me ocurriese pensar en renovar esa confianza el 20D, creo que estaría
padeciendo algo de esto.
El buen equipo formado por el poder real y quien pone la cara, es decir, el Gobierno,
son quienes nos han conducido al pozo en el que estamos por mucho que nos
cuenten y alaben con salmos litúrgicos.
No hay empleo, no hay recuperación social: recuerdo que se
está llegando a los catorce millones de personas que en este país se encuentran
en la cuneta. Por cierto, de estas estadísticas no se habla, no interesa,
díganme cuantas veces van a escuchar al Presidente y familia hablar de ellas.
Con un dato así ¿Se puede inflar el pulmón y hablar de recuperación?
En una palabra: si algo no hay, es vergüenza.
La gente cada vez mas pobre. Va a tener razón aquel dirigente
empresarial cuando dijo que debíamos trabajar como chinos. Ese parece ser el
camino trazado si alguien no lo enmienda. Y aquí, todos somos culpables y
responsables de los hechos.
El 21 de diciembre se
lo cuento. Después, que nadie se queje de la austeridad, de la troika, de
Bruselas y menos del Gobierno.
D.Robles
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