viernes, 11 de julio de 2014

REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA

Hace tan sólo seis meses, nadie podría imaginar que una formación política, que entonces no existía como tal, iba a provocar el ataque de nervios en la vida pública española que estamos viendo cada día.

El PSOE se dio cuenta, por fin, que caminaban hacia las catacumbas; así que toque de corneta, de arrebato y a actualizarse toca. Veremos si ahora lo consiguen o es tarde.
Izquierda Unida, con el paso cambiado, donde dijo no te quiero ahora dice, te necesito; también mueve peones y El PP, de los nervios, sólo se le ocurre hablarnos de regeneración política. No salgo de mi asombro, ante un  paisaje tan interesante.

Esto último me tiene cuasi perplejo. Mariano Rajoy hablando de regeneración democrática, es lo que nos faltaba para rematar esta legislatura tan amena. Cabe esperar que al frente del proyecto coloque al dueto: D. Luis B. – Sanchís, o tal vez otros, la suerte de tener banquillo hace que veces resulte difícil ver quien salta al terreno de  juego.

Un buen ejemplo de esa regeneración se vive estos días en Santiago de Compostela. Un hecho que sólo es creíble si se vive y ve. Siete de trece concejales no fueron en las listas, pero como se agotó la misma por diversos asuntos muy democráticos, el dedo divino nominó a los sustitutos y la ciudadanía, si lo quiere bien y si no se aguante. Todo apunta que es el guión de la regeneración de Mariano.

Si la partida está poco interesante, nos anuncia a mayores, una modificación en la Ley Electoral, para que gobierne, según dice, la lista más votada, y se queda tan ancho, y los súbditos a divulgar las bondades del acertijo. ¿Quién no se dio cuenta todavía de la pretensión de tal propuesta? Mariano y sus muchachos tienen pánico a una debacle y hay que impedir como sea tal escenario. Eso es lo que hay detrás de tal proyecto, no seamos ingenuos. Y ya sabemos, si la Ley no me permite, cambio la Ley.

No podrá haber regeneración pública seria en este país mientras no empiece por estos personajes. Esta regeneración sólo puede venir de la mano de la ciudadanía, y esto pasa por jubilar a todo lo que se mueve en la actualidad en torno a las estructuras de poder de los partidos y seamos capaces de poner caras nuevas a proyectos nuevos.

A Pablo Iglesias y demás miembros de PODEMOS: pienso que no habréis sido capaces  de pensar el día que habéis tomado la decisión de dar el paso que disteis, que ibais a liar la que habéis liado. A partir de aquí, cualquier persona podrá estar de acuerdo con vosotros o no, es lícito; pero, si de algo no hay duda es que si no hubieseis dado ese paso y obtenido el apoyo que tuvisteis, aquí no se habría movido una mosca porque todo seguiría igual. Los mismos mensajes, los mismos rostros aburridos y la gente harta y aguantando.

Cada vez que veo y escucho esos ataques desaforados a la persona, la manipulación más que probada y en claro alarde del todo vale, el uso desmedido de la falacia, cuyo objetivo no es otro que tratar de desprestigiar, me doy cuenta que hay muchos nervios, tal vez demasiados y eso tendrá un fin, el fin de los de siempre y el despegue de una nueva generación con nuevas formas, nuevos proyectos y muy importante, nuevos rostros.

Los clásicos siguen en su mundo: sean políticos, sean mediáticos; sin darse cuenta que ese intento de desprestigio no consigue el objetivo que persiguen, que ya no sirve esa estrategia, eso pertenece a la época de ellos y estamos ya entradito el S XXI. 
La sociedad de hoy va muy por delante de Rajoy, el dimisionario Rubalcaba, Cayo y demás familia.

Que nadie nos cuente, que de repente se dieron cuenta de la necesidad de regenerar la vida pública. Tuvieron muchos años para hacerlo, todos ellos y nunca hubo interés. Si ahora pasa esto es porque barruntan el lobo y porque la ciudadanía les dio un buen toque de atención: luego hemos de darnos cuenta que todos contamos en algún momento y que es una irresponsabilidad permanecer impasibles y no tomar conciencia de lo que cada uno a título individual puede y debe hacer.


                                                             D. Robles

No hay comentarios:

Publicar un comentario