Empieza a preocuparme
la Vieja Europa. La situación vivida la última semana en esas reuniones tan
largas, con Grecia en la agenda, es para empezar a preocuparse.
Dijo el dimitido
Varoufakis una vez comprobó el terreno de juego: "Ves a gente poderosa que
te mira a los ojos y dice, tienes razón pero vamos a machacarte".
Cualquier persona que siga un poco de
cerca los acontecimientos se dará cuenta que es una afirmación netamente
creíble.
Desde las esferas de poder europeas no se piensa en Grecia
como un pueblo a quien hay que ayudar para que salga de este agujero, menos
todavía en los griegos.
Objetivo prioritario, liquidar a un gobierno hostil que tiene
la osadía de discutir y cuestionar las directrices trazadas hace ya algún tiempo.
¿Otro rescate a Grecia? No, otro pago a bancos alemanes y franceses. Los
griegos no importan, lo único que deben hacer es pagar. Ahora bien, para
recibir ese dinero de ida y vuelta deben vender todo lo que tienen al precio
fijado. ¿A quién? Adivínenlo.
Europa sigue
insistiendo en su error, o no. Tal vez no sea un error sino más bien una hoja
de ruta.
Hace ya unos años
empezaron a aplicarse estas medidas para salir de la crisis, nos decían. Pues
bien, lejos de conseguir ese objetivo, cada vez está peor. Si siguen
insistiendo, incluso en contra de la
opinión de voces muy autorizadas en la materia ¿A qué conclusión debemos
llegar?
En distancias más cortas, desde España, nuestro Presidente sigue hablándonos de la necesidad del cumplimiento de los compromisos y pago de deudas. No voy a ser yo quien ponga en duda tales afirmaciones, pero si es así, ¿A qué espera él para empezar a cumplir sus compromisos y pagar las suyas? A los españoles nos debe 43.000 millones de euros de un dinero que no nos pidió, nos lo usurpó para salvar a sus "patrones" financieros, después de habernos prometido que si él fuera presidente no daría ni 1€ de dinero público a entidades financieras.
Alguna llegó a destinársele 11.000
millones para sanearla, después se vendió por 1.000 añadiendo que había sido una
gran operación. No dudo para quien lo fue. Seguro que ustedes tampoco. Ahora se
le ocurre decirnos que lo dan por perdido. ¡Cómo si no lo supiéramos! Esto sin
hablar de Bankia.
Yo no estoy dispuesto a
dar por perdida mi parte, ni autorizo a nadie que lo haga. ¿Quiénes son Mariano y Cristóbal para quitármelo sin
permiso?
Si yo dejo de pagar
unos meses el recibo de mi hipoteca, ¿Qué pasa?, sin embargo me sustraen dinero
para dárselo a la entidad a quien pago mi hipoteca, me dicen que no volveré a
verlo y aquí no pasa nada. Es posible que además deba dar las gracias porque
todo lo hacen por mí bien. Esta debe ser la recuperación que nos predican y la
estabilidad que nos garantizan.
Si esta es la Europa que están construyendo, que paren el tren que me apeo. No la quiero.
Quiero una Europa al servicio de su gente, no al servicio de
los financieros y delincuentes económicos. Quiero una Europa donde la economía
esté al servicio de las personas y no al revés como ahora. Quiero una Europa
donde pueda haber orden lógico, se respete a los pueblos y sus habitantes, no como se está haciendo.
Lo que acaba de ocurrir con Grecia, lejos de estar en la sintonía
expuesta, es un atentado a los derechos humanos entre otros. Es una imposición
de la todopoderosa Alemania con aviso a navegantes, donde aquel que se mueva
corre peligro. Sólo hay que ver las formas y discursos del jefe de las finanzas
alemán, Schäuble. Este Sr. Junto a la Sra Merkel y el apoyo de sus satélites van a conseguir en unos años
lo que Hitler no logró en su vida: someter a Europa. Estamos en ese proceso y
yo me rebelo.
Espero que pronto en
España y a continuación otros países se empiece a levantar la voz, antes que
sea tarde. Y para eso ya sabemos con quien no se puede contar aquí.
Si Europa va a ser lo
que apunta, no me sirve, no la quiero.
D. Robles
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