lunes, 9 de noviembre de 2015

CÓMO MEJORAR LA EDUCACIÓN

Evaluación. Es la nueva propuesta del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, y no sé si de algo más, para mejorar la educación en España. Evaluar, y no al alumnado como cabría esperar.

No hay tregua a la sorpresa. Ahora pretenden evaluar la calidad del docente y retribuirle en función de sus resultados. ¿Qué resultados? ¿Porcentaje de aprobados? ¿Otros? Después deberán superar una reválida, supongo, para estar a la altura de la LOMCE.

¿Cómo hacerlo? Se habla de instalar cámaras en las aulas para evaluar los métodos pedagógicos y proceder a la superación de los mismos. Serán cámaras inteligentes, también supongo, para evitar la filmación de los menores que se encuentren en dichas aulas.

Desde aquí hasta que finalice el recorrido de esta propuesta debemos estar atentos para recibir multitud de ocurrencias y también algún que otro disparate.

Se dice que hay docentes que no pegan palo al agua. Seguro que sí, como en todas partes y colectivos; pero esto nunca puede cuestionar el trabajo de un conjunto y menos justificar una medida de esta naturaleza.
Imaginen que la aplicamos a la vida pública. En nuestro Parlamento tal vez superen la evaluación dos docenas, más o menos, de señorías y con una retribución bastante más suculenta que la de un profesor.

Si quieren mejorar la educación, se hace dotándola de recursos humanos suficientes, no restándolos.
Se mejora, proveyendo de medios materiales necesarios al trabajador de la enseñanza, no mermándolos.
Se mejora dándole estabilidad y no sujetándola a los vaivenes de cada legislatura adecuándola al interés del gobernante de turno.
Se mejora pensando en generaciones y no en elecciones
Se mejora con la gestión de gobernantes capaces de pactar un acuerdo por la educación al margen de siglas y otros. Algo impensable hoy, puesto que para esto son necesarios políticos de cierto nivel y compromiso.
En definitiva, se mejora con sentido común y no con ocurrencias, y menos con normativas como la LOMCE  pensando más en los mercados que en la gente.

El ejercicio de la educación, al igual que otros servicios públicos en este país, está en manos de grandes profesionales, que además de ejercer su trabajo han de enfrentarse a iluminados con cátedra, que pretenden marcar el guion a quien sabe más que ellos.

Algo tan importante y trascendente para el desarrollo de una sociedad, como es la educación, no puede estar en manos de oportunistas y cazadores de votos.

El gran problema de la educación está en los Ministerios, no en los centros educativos. En estos los problemas que hay, son otros, que sí necesitan apoyo y merecen preocupación, y que no se resuelven con cámaras.

Puestos a evaluar: yo quisiera saber con quién se reúnen mis Ministros en sus despachos, para evaluar si merecen mi aprobación o no, también cuál es su día a día, ¿es nuestro derecho, o no? pues ¡hala! cámaras en todas partes y a rendir cuentas a quien les paga, es decir, nosotros. Metidos en faena, un disparate más, en medio de tantos, ni se ha de notar.

Vaya por delante mi solidaridad y apoyo a todo el profesorado de este país y reprobación a ocurrentes bien pagados.

Evaluemos, sí. Todos debemos evaluar y también ser evaluados. ¿Sabremos evaluar a los evaluadores?


                                                                          D. Robles


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