miércoles, 18 de noviembre de 2015

ENTRE EL HORROR Y LOS PACTOS


Sábado catorce de noviembre. Doce de la noche. Sentado ante mi ordenador envuelto en una sensación entre rabia y desconcierto, decido poner tinta sobre la noticia del momento. Hablan todos los medios. Todo el mundo opina. Una gran parte escucha y reproduce sin detenerse a pensar un instante, es lo habitual.

Decido verter tinta tal vez por aquello que: “quien quiere y puede actúa, quien quiere y no puede escribe”

Sí. No es una amenaza. Está aquí. La locura se extiende y nadie está a salvo.

Empieza a fluir un río de preguntas: ¿Por qué? ¿Qué causa hay que provoque tal barbarie? ¿Es sólo la locura de unos cuantos? ¿Hay más razones, sin razones o motivos? ¿Y ahora qué?

Preguntas que tal vez tengan difícil respuesta, o tal vez no. Todo tiene su origen y unas causas. Basta pensar un poco y ver qué estuvo ocurriendo en el mundo los últimos años, o mejor, siempre.

El 31 de octubre hice referencia a las últimas manifestaciones de Tony Blair cuando pedía perdón por la intervención en Irak. Él reconocía que aquello habría dado origen a lo que hoy conocemos como el ISIS. La desintegración de Irak a manos de los visionarios de las Azores.

También hablé del interés que siempre tuvieron las potencias occidentales por extender su orden a todo el mundo, sin el menor escrúpulo, respeto y consideración a las distintas civilizaciones y culturas. También  el papel jugado por el amigo y aliado en una zona caliente: Israel. Baluarte de inestabilidad.

Dominio, dominio, dominio. Control, control: parecen ser los únicos acordes capaces de ser interpretados con este acordeón. Acordes escritos por y para los mismos.

Cuando un estado, un Gobierno no acepta interpretar la música escrita, se arma un grupo hostil para tratar de derrocarle, después, cuando se va de las manos, se arma a otro para que combata al primero, y así sucesivamente. Ahora pasan cosas como esta y sube la adrenalina.

La industria armamentista es muy importante, pesa mucho en el PIB del país productor. Hay que darle salida a la producción y también probar la nueva tecnología; eso sí, lejos de casa. Y ahora, como siempre, las consecuencias las paga quien menos tiene que ver en estas guerras.

Las bestias capaces de llevar a cabo barbaries como la vivida en París, antes Ankara, Libia, Yemen y lo que te rondaré, necesitan sólo una disculpa para saciar su hambre asesina.

Se declara una guerra como si esto se arreglase  con misiles y bombas. Reacciones en caliente. No hay peor remedio que tomar decisiones de tal envergadura con la cabeza caliente. Todo puede ser peor.
Para buscar una salida, si la hay, es indispensable contar con mandatarios de nivel; hombres y mujeres de estado como hubo en tiempos pasados. Hoy, tengo serias dudas que los haya.

Aquí, en España, hablan de un Pacto de Estado contra el yihadismo. Un pacto suscrito entre dos al que se pide que se sume el resto. Un pacto que no aporta nada sustancial de fondo y cuando alguien dice: pacto sí pero este no sirve, se le critica y censura. ¿Qué le puede importar una pena mayor o menor a un sujeto dispuesto a morir atado a un cinturón a sabiendas que a partir de ahí, en el más allá le espera un paraíso?
Más de lo mismo. Fotos para ilustrar sensaciones de Estado y consumo del contribuyente. 
Si realmente se busca un pacto, de entrada habrán de participar en él todos los actores implicados, supongo; lo otro, es otra cosa.

El terror que tenemos delante, con la dimensión que tiene, no se combate sólo con misiles, aunque también se exija hacer uso de ellos, no voy a decir que no, pero: ¿Quién está detrás? ¿Quién lo sustenta? ¿Por qué? ¿Habrá que actuar ahí? En estos países que por intereses varios  le están dando de comer. Es más importante si cabe que las bombas, no nos equivoquemos. La pólvora es lo que ellos están esperando.

Necesitamos menos discursos y declaraciones institucionales, y más cabeza, prudencia y acción. Sabemos que hay países que están alimentando la bestia, con quien no tenemos el menor escrúpulo en mantener relaciones comerciales al más alto nivel, incluso transacionando armas. ¿Por qué la comunidad internacional no cierra filas frente a estos países o gobiernos? ¿Será que son buenos clientes o proveedores? ¿Cuánta hipocresía cabe medir en esta jungla?
Reunión del G-20 y Putin dice: Aquí entre nosotros hay países que alimentan el EI. Nadie responde. Es curioso.

El oro negro sigue siendo el motor del mundo y la llave de nuestras vidas. ¿No hay alternativa al petróleo? ¡Claro que sí! ¿Por qué no ve la luz? Intereses  comerciales de los poderosos lo impide.
El ISIS controla territorios productores de petróleo, tanto en Siria como en Irak. ¿A quién lo vende? ¿Quién lo compra? ¿Por qué se les da aire comercial conociendo el destino de los recursos? ¿A quién interesa?

Otro elemento que no es menor en esta situación de rabia y confusión. ¡Ojo a  los discursos oportunistas! Y también a la extrapolación exagerada de opiniones y conclusiones.
Terroristas son los que son, no otros. El pueblo árabe, los musulmanes en sí mismos no son terroristas. Forman parte de una cultura con grandes diferencias respecto a la occidental, sin duda, pero eso no justifica que desde aquí se les pueda tratar como terroristas o delincuentes. En el mundo hay más de 1.600 millones de musulmanes, ¿cabe en alguna cabeza que todos sean afines a estos locos?

En España sabemos bastante de terror. Que hubiese una banda terrorista (y hoy decimos, hubo, en pasado) no significa que todos los españoles lo fuéramos, creo que es bastante evidente. Pues de la misma forma coloquemos las cosas en su lugar en este caso.

Francia, bombardea posiciones del ISIS en Siria. Busca apoyo internacional y lo tendrá, ¡qué menos! Esto afecta a todos. Pero: ¿Por qué no se tomaron medidas antes?  El ISIS no nació la semana pasada. ¿Tal vez se veía bien que combatiese a Bashar Al –Assad? Saben bien dónde nació, cuándo y por qué. ¿Por qué se le dejó crecer? ¿Sólo nos preocupa cuando hiere a occidente? ¿No nos importa que esté sacrificando a sirios e iraquíes inocentes? ¿Tampoco que destruyan patrimonio milenario?
Se fue de las manos porque se quiso, a ver ahora cómo se para, y de paso, bien vendría aprender alguna lección.


                                                                                D. Robles

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